Primero la calima y luego la "lluvia de sangre", ¿hay algún beneficio ahí?

Natacha Payá

En muchas ocasiones, los vientos del sur arrastran partículas provenientes del Sáhara hacia nuestras latitudes, como ha pasado este mismo lunes. Además de ensuciar, el polvo sahariano tiene consecuencias para la salud, pero también algunos beneficios para el medio ambiente. ¿Quieren saberlo? Es bastante probable que alguna vez hayan presenciado una lluvia de barro o, también conocida como «lluvia de sangre». Cuando sucede, las ciudades acaban con una capa superficial de barro o tierra. Básicamente, las ciudades acaban hechas un desastre, aunque no hay que olvidar que este tipo de lluvia tiene efectos beneficiosos para el medio ambiente. 

Aunque nos pueda sorprender, las gotitas de agua en nuestra atmósfera no solo están formadas por agua. Generalmente, necesitan lo que conocemos como «núcleo de condensación» para que alcancen un mayor tamaño, hasta caer finalmente. Pueden ser sales, materia orgánica, bacterias o polvo en suspensión, en este caso. La superficie se calienta por el calor, levantando las partículas, que son arrastradas a grandes distancias por el viento. Cuando están en suspensión, las partículas se van agregando a las gotitas de agua hasta que acaban cayendo por su propio peso. 

En España es bastante habitual que se produzca este tipo de lluvia, especialmente en el litoral mediterráneo y en Canarias. Además están yendo a más como consecuencia del cambio climático. Cuando tenemos una borrasca o un área de bajas presiones frente a las costas del oeste peninsular, se impone la circulación del sur, que arrastra las partículas de tierra y barro del Sáhara hacia el norte.

Aunque siempre nos quejamos cuando aparecen, las lluvias de barro son muy buenas para los campos de agricultura y las plantas en general, ya que aportan numerosos nutrientes a la vegetación, como ocurre en el Amazonas. A modo de ejemplo, los aportes de fósforo que llegan desde el Sáhara son fundamentales para la selva amazónica, donde en sus suelos apenas hay fósforo. El suelo del Amazonas, al estar tan poblado de vegetación, es bastante pobre en nutrientes, por lo que la llegada de estas partículas ayuda a que la selva sea tan verde.

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