'Tener una buena salud mental es un lujo que no está al alcance de todo el mundo'

Levante-EMV analiza la situación actual de la salud mental entre las personas jóvenes y el impacto que ha tenido la pandemia a través de un encuentro con expertos del ámbito sanitario organizado con la colaboración de la Fundación ‘la Caixa’

Los expertos alertan del aumento de trastornos de salud mental entre los jóvenes valencianos

Levante TV

Jaume Vidagañ

Jaume Vidagañ

Cintillo salud mental.

Cintillo salud mental. / ED

Según la OMS, uno de cada siete jóvenes padece algún problema de salud mental y se estima que esta podría ser la primera causa de enfermedad en el mundo en 2030.

Además, la pandemia ha contribuido a acelerar este proceso durante los últimos tres años. Así pues, un reciente estudio publicado por las fundaciones FAD y Pfizer señala que el número de jóvenes con trastornos mentales se ha cuadruplicado tras la pandemia, siendo el grupo poblacional más afectado en este sentido.

Con todo, la pandemia también ha permitido visibilizar este problema que viene de lejos y situar el debate en la agenda política, aumentando el número de recursos destinados a combatirlo.

En este punto, Levante-EMV organizó el pasado martes un encuentro informativo, con la colaboración de la Fundación ‘la Caixa’, para analizar la situación actual de la salud mental entre las personas jóvenes, reconocer los factores de riesgo y proponer soluciones a esta realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Para ello, esta cabecera reunió a algunos expertos del ámbito sanitario y representantes de la juventud en la Comunitat Valenciana en una mesa redonda que estuvo moderada por la directora de Relaciones Institucionales de Prensa Ibérica en València, Silvia Tomás. En ella, participaron el conseller de Sanitat Universal, Miguel Mínguez; el consejero del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de València (Icomv) y director de la Oficina del Médico Joven del Icomv, Juan Pablo Carrasco; la psicóloga y orientadora, Carmen Esteban; y la vicepresidenta del Consell de la Joventut, Esther Martínez.

Mesa redonda sobre la situación actual de las salud mental en los jóvenes valencianos.

Mesa redonda sobre la situación actual de las salud mental en los jóvenes valencianos. / German Caballero

Los ponentes coincidieron en señalar la preocupación de las instituciones y los profesionales sanitarios por el aumento de las consultas en las unidades de atención de salud mental infanto-adolescente, que ha sido del 32 % desde 2019. «El año 2020 ha marcado un antes y un después en la exteriorización de las alteraciones de salud mental, sobre todo respecto a crisis de ansiedad y depresión, autolesiones e ideas de suicidio», resaltó el conseller Miguel Mínguez.

Por su parte, el doctor Juan Pablo Carrasco reconoció que «la salud mental de los jóvenes ha empeorado en los últimos años». Según un informe de la Sociedad Española de Pediatría, las urgencias psiquiátricas de la población infanto-juvenil han aumentado un 50 % en los últimos años. «Antes era poco habitual, pero ahora atendemos casi a diario a niños y adolescentes. En mi última guardia, llamaron a la una de la madrugada para alertar de un menor que se había intentado suicidar», advirtió el doctor Carrasco.

En este sentido, Carmen Esteban expresó la importancia de hablar abiertamente de salud mental. «Sigue siendo un tema tabú. Existen ciertas emociones como la tristeza o el miedo —que son la base de la depresión y la ansiedad— que todavía se relacionan con la debilidad o la falta de gestión emocional, por lo que muchas veces tratamos de negarlas y desvalidarlas en los niños; sin embargo, con ello impedimos que aprendan a enfrentarse a esas emociones y a gestionarlas para evitar desarrollar trastornos emocionales», explicó.

Del mismo modo, Esther Martínez destacó que en los últimos años se están derribando tabús en torno a la salud mental «gracias a la valentía de muchos jóvenes que han dado ese paso hacia adelante para hablar de emociones, sentimientos y de salud mental».

Esther Martínez, vicepresidenta del Consell de la Joventut.

Esther Martínez, vicepresidenta del Consell de la Joventut. / German Caballero

Obtener un diagnóstico precoz

Según la Confederación de Salud Mental de España, más de la mitad de las personas que padecen un trastorno mental no reciben el tratamiento adecuado o ni siquiera son atendidas

En este sentido, el conseller Miguel Mínguez aseguró que la sanidad pública debe actuar de forma preventiva, «haciendo un diagnóstico precoz y un seguimiento terapéutico rápido para evitar que estos problemas supongan un deterioro en la edad adulta».

Para ello, el conseller abogó por impulsar políticas «globales» y «de gobierno» que actúen sobre el ámbito educativo y sanitario, pero también en materia de empleo y vivienda. «No es casualidad que las políticas de ayuda a la vivienda o a encontrar el primer empleo hagan que el bienestar de las familias repercuta sobre los niños y las niñas», expresó.

Miguel Mínguez, conseller de Sanitat Universal.

Miguel Mínguez, conseller de Sanitat Universal. / German Caballero

Además, el conseller aprovechó para poner en valor la inversión realizada por el Consell durante los últimos años en materia de salud mental, que «es muy superior a la que se ha hecho en los últimos 30 años», y que ha culminado con el nuevo Plan Valenciano de Acción en Salud Mental, que «va a poner fin al déficit histórico en esta gran patología», avanzó. 

En este punto, el comisionado de la Generalitat para el Plan Valenciano de Acción en Salud Mental, Rafael Tabarés, explicó a través de un vídeo las principales líneas de actuación de este programa que ha permitido la incorporación inicial de 257 profesionales entre psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros o terapeutas. «Vamos a poder mejorar sustancialmente la atención a los jóvenes con una inversión de 53 millones de euros en los próximos cuatro años», afirmó.

De este modo, el plan prevé la incorporación de nuevos equipos de intervención comunitaria, centros de día y unidades de acogida en crisis que, junto con la formación a los educadores, las familias y los médicos de atención primaria, contribuirán a ofrecer «los medios suficientes para detectar los problemas graves de salud mental en los jóvenes valencianos», concluyó Tabarés.

Con todo, el conseller Miguel Mínguez aseguró que se están dando los pasos adecuados para ver un panorama «muy esperanzador» en la Comunitat Valenciana, aunque confesó que no será inmediato: «Necesitamos unos años más, porque hacen falta más recursos humanos. En el momento tengamos los profesionales adecuados, vamos a poder incrementar el número de hospitales de día, los recursos móviles y la creación de las unidades de hospitalización», insistió.

«El nuevo plan de salud mental va a poner fin al déficit histórico en el ámbito de la salud mental»

Miguel Mínguez

— Conseller de Sanitat Universal

Al respecto de ello, el doctor Carrasco subrayó que el abordaje de la salud mental «no consiste únicamente en poner más psicólogos, sino en entender que en sociedades enfermas van a vivir menores enfermos. Tenemos que trabajar para conseguir una sociedad justa e igualitaria, en la que los menores puedan pasar más tiempo con sus familias, no perciban los problemas económicos de sus hogares y tampoco sufran violencia en la escuela o a través de las redes sociales».

Del mismo modo, Carmen Esteban recordó que «los niños y los adolescentes no tienen bajas por problemas de salud mental, por lo que deben seguir madrugando, estudiando y haciendo exámenes» y advirtió que, aquellos diagnosticados, «no deberían someterse a esos niveles de estrés».

Recurrir a la ayuda profesional

El 40 % de las personas diagnosticadas con trastornos de salud mental confiesa haber sentido rechazo social por parte de su entorno, según un estudio de la Confederación de Salud Mental de España. «Los jóvenes se sienten infravalorados e incomprendidos por los adultos cuando muestran un malestar mental», aseguró Esther Martínez, quien añadió que «la sociedad no está preparada para afrontar los problemas de salud mental de los jóvenes».

Además, la vicepresidenta del Consell de la Joventut agregó que existe un gran desconocimiento entre los jóvenes respecto a los recursos sociales, educativos y sanitarios que existen en materia de salud mental, lo que provoca una infrautilización de los mismos. Además, Martínez alertó que, muchas veces, los jóvenes terminan por autodiagnosticarse en Internet ante las dificultades para acceder a estos recursos por la vía pública o privada.

Juan Pablo Carrasco, consejero del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de València (Icomv).

Juan Pablo Carrasco, consejero del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de València (Icomv). / German Caballero

Estos factores son algunos de los que explican que tan solo el 19 % de los jóvenes valencianos recurra a ayuda profesional en caso de sufrir ansiedad. «Los psiquiatras somos unos de los profesionales que tenemos más estigmas, lo que supone una barrera más para que los jóvenes puedan venir a hablar con nosotros», añadió al respecto el doctor Carrasco, quien instó a «quitarnos esas ideas y acercar la imagen del psiquiatra real, que es una persona joven con ganas de poder ayudar».

Sin embargo, la realidad es que el sistema no está preparado para atender todas las derivaciones que se dan por casos de trastorno mental. Actualmente, en España hay seis profesionales de la psicología por cada 100.000 habitantes, tres veces menos que la media de la Unión Europea. «Estamos realizando citas forzadas a diario para atender a los pacientes en situaciones complicadas y muchos compañeros que tratan casos graves no tienen donde derivarlos, sabiendo que necesitan más atención que la que pueden ofrecerles en una consulta o dos al mes. Se ha avanzado mucho en los últimos años en la Comunitat Valenciana, pero siguen haciendo falta muchos recursos para que los jóvenes tengan la salud mental que merecen», explicó el doctor Carrasco.

«Faltan recursos para que los jóvenes tengan la salud mental que merecen»

Juan Pablo Carrasco

— Consejero del Icomv

Por último, Carmen Esteban identificó las principales señales de riesgo que podrían ayudar a detectar a las familias y educadores principios de trastornos de salud mental. «Las señales más comunes en los niños son la irritabilidad y los cambios bruscos en el estado de ánimo, alteraciones en el sueño y la alimentación o cambios en el rendimiento académico; por su parte, los adolescentes también desarrollan importantes cambios de peso y en su entorno social —aislamiento o cambio brusco de amistades—», detalló Esteban, aunque reconoció que en los adolescentes es más difícil de identificar porque «se relacionan con la edad algunas conductas que enmascaran una sintomatología de problemas de salud mental».

Así pues, Carmen Esteban cerró su intervención asegurando que «tener una buena salud mental es un lujo que no está al alcance de todo el mundo, porque las listas de espera en las consultas de psicólogos y psiquiatras supera los tres meses», aunque confió en poder conseguir que termine convirtiéndose en un derecho.

El peligro de las redes sociales

En los últimos años, uno de los factores que mayor impacto han causado en la salud mental de los jóvenes han sido las nuevas tecnologías y, más en concreto, las redes sociales. Además, el confinamiento provocado por la pandemia propició un aumento del uso de estas entre los más jóvenes.

Pese a que la edad mínima establecida en España para acceder a redes sociales es de 14 años, el 68 % de los niños y niñas entre 10 y 12 años usa las redes sociales, según la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu).

Carmen Esteban, psicóloga y orientadora.

Carmen Esteban, psicóloga y orientadora. / German Caballero

«Las redes sociales no son aptas para niños ni para adolescentes», aseguró Carmen Esteban, quien advirtió acerca de los peligros que se ocultan detrás de estas plataformas: «Los menores que tienen perfiles en redes sociales tienen las llaves de un mundo que es mucho más peligroso que el mundo offline, porque los riesgos son invisibles, no hay seguridad y no sabemos quién está al otro lado de la pantalla». Al respecto de ello, este mismo informe señala que el 12,5 % de los menores acepta peticiones de amistad o seguimiento sin conocer a la otra persona.

«Los menores pueden acceder fácilmente a contenidos que no son aptos para ellos, por lo que los padres y las madres deberían tener las contraseñas de sus hijos e hijas», aconsejó Esteban.

Por su parte, el doctor Carrasco reconoció que las redes sociales son «un peligro para los problemas de salud mental», ya que los menores no tienen las herramientas ni la capacidad para filtrar a qué tipo de contenidos acceden. «Entre un 20 y un 30 % de ellos accede a contenidos sobre suicidio sin buscarlo», alertó.

Por último, Carrasco instó a «poner límites al acceso de los menores a las redes sociales, supervisarlo y hacer formación desde las escuelas», además de «tener en cuenta el uso de las redes sociales desde la práctica clínica de salud mental».