Así afecta la plaga de jabalíes: Accidentes de tráfico, daños a los cultivos y perjuicio a las aves acuáticas

El plan de gestión de la Generalitat recoge la necesidad de acabar con dos tercios de los ejemplares por los graves problemas que provocan

Ejemplares de jabalíes en la zona periurbana de Peníscola

Ejemplares de jabalíes en la zona periurbana de Peníscola / D. Antich

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

La elevada descendencia del jabalí (Sus scrofa), con hasta dos camadas al año y una media de seis crías en cada una, aboca a extraer anualmente el 66 % de los ejemplares. Dos tercios del total, según los expertos, deberían ser eliminados. Una proporción que año tras año es imposible de cubrir por la caza produciéndose un aumento progresivo de la población. Prueba de ello es que en puntos como el Parc Natural del Desert de les Palmes las ratios se han incrementado entre un 80 % y un 90 %. La modelización del territorio en el último lustro permite estimar una media que supera los 134.000 individuos.

El plan de gestión elaborado por Vaersa para la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica confirma la alta siniestralidad que causa la especie, ya que nueve de cada diez accidentes de tráfico tienen al jabalí como responsable. Los daños a los cultivos e infraestructuras agrarias como los sistemas de regadío, y que vienen denunciando periódicamente las organizaciones del campo, es otra derivada no menor así como los problemas de seguridad en zonas periurbanas. Cada vez es más frecuente su presencia en torno a comederos de ganado, vertederos o incluso contenedores de basura.

Jabalí en una cuneta de una carretera valenciana

Jabalí en una cuneta de una carretera valenciana / Levante-EMV

Carácter oportunista

Al margen de los problemas de seguridad ciudadana en zonas periurbanas la radiografía elaborada para la Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica apunta también la afección del jabalí al medio natural. Su carácter oportunista se refleja en el consumo de huevos y crías de aves silvestres que nidifican en el suelo, como la perdiz roja (Alectoris rufa), pero también pequeños mamíferos, anfibios y reptiles. Su actividad reduce la cobertura herbácea y la proporción de leguminosas.

Según el estudio, presentado en el último Consell Valencià de la Caça hace unas semanas, se constata una relación negativa en la producción de todos los grupos de aves acuáticas en los puntos frecuentemente utilizados por los jabalíes como carrizales o bordes de masas de agua. Su importante crecimiento y notable adaptabilidad, unido a la ausencia de depredadores como el lobo en territorio valenciano, disparan la presión que ejercen sobre otras especies silvestres con las que compiten por el hábitat o el alimento.

Elevadas densidades de animales ramoneadores agotan zonas de vegetación natural evitando su desarrollo y regeneración. En el caso del jabalí, además, puede incluso crear modificaciones en la vegetación y el suelo debido a su comportamiento de remover el suelo buscando alimento. Circunstancias que según el documento de la conselleria, adquieren ya valor de perjuicio ambiental.

Los hábitos preferentemente nocturnos, además, le suponen una gran ventaja pues le confiere un carácter esquivo frente a muchas amenazas que se desarrollan sobre todo de día, como todas aquellas ligadas a la actividad humana. La elevada mortalidad de las crías por enfermedades respiratorias queda compensada pr su propia estrategia reproductiva. Los datos más recientes del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos, señalan que actualmente hay más de un millón de ejemplares de jabalí en España, un número que podría duplicarse para el año 2025 por que las licencias de caza, el único método de control válido hoy por hoy, disminuyen año tras año

«La caza es el único método de control que hay»

El plan de gestión del jabalí impulsado por la Conselleria de Transición Ecológica no convence a la Federacion de Caza de la Comunitat Valenciana, que esgrime que no servirá de nada si la Administración no cumple con medidas como la de fomentar la comercialización y consumo de este tipo carne, la creación de salas de inspección y posible despiece,-en la actualidad no hay ni una sola- o la de ampliar la red de puntos de retirada de cadáveres. «Ahora mismo la caza es el único método de control pero son los cazadores los que tienen que hacerse cargo del destino de las piezas abatidas y de sus costes», insiste su presidenta, Lorena Martínez. De ahí la manifestación convocada para el próximo sábado 6 de mayo en València, donde se espera el apoyo de más de 40.000 manifestantes.