Extinguida una especie valenciana emblemática para la zoología española

Se trata del Theodoxus Valentinus, un caracol de agua dulce exclusivo de l'Alcúdia de Crespins | El investigador Alberto Martínez-Ortí denuncia la falta de recursos para garantizar la conservación de especies endémicas en riesgo de extinción

Ejemplares de Theodoxus Valentinus, la especia que se han dado por extinguida

Ejemplares de Theodoxus Valentinus, la especia que se han dado por extinguida / MVHN

Abraham Pérez

Abraham Pérez

El Museu Valencià d'Història Natural (MVHN) de la localidad valenciana de Alginet ha comunicado la desaparición del Theodoxus Valentinus, una especie de caracol cuya presencia estaba exclusivamente ligada al municipio de l'Alcúdia de Crespins, concretamente en el río Sants, desde su nacimiento hasta la conexión con el río Canyoles.

"Nos la hemos cargado nosotros mismos", lamenta Alberto Martínez-Ortí, director e investigador del museo, quien asegura que "no ha venido nadie de fuera a extinguir esta especie única en el mundo" y acusa a las administraciones competentes en la materia de conservación de no haber dedicado los recursos suficientes para recuperarla y evitar este fatal desenlace. "Ahora todo el mundo quiere el caracol vivo, pero eso tenían que haberlo pensado antes", explica.

Una especie admirada por naturalistas

Este caracol de agua dulce con una concha de hasta 11 mm de altura estaba considerado como uno de los endemismos valencianos de agua dulce más emblemáticos para la zoología valenciana, española e incluso europea. Su existencia fue descrita por primera vez por Mariano P. Graells en 1846. Desde entonces ha sido objeto de deseo de numerosos naturalistas europeos que venían a admirarlo a su hábitat, llevándose algunos ejemplares a sus museos de historia natural ya que era una especie muy admirada por los coleccionistas.

Una de las características que diferencia a esta variedad endémica de otras familias del Theodoxus es su concha, que cuenta con cuatro vueltas de espiral con un perfil ondulado. La última vuelta ocupa la mayor parte del caparazón y destaca por su variable gama de colores, que pasa por tonos negros, rojizos e incluso amarillentos.

Su extinción se ha confirmado tras el estudio que han llevado a cabo desde el MVHN en el que se analizaban las secuencias moleculares de algunos de los cadáveres de la especie. Martínez-Ortí explica que no se conocen imágenes vivas de esta especie a pesar de la creencia de que existe una población en el riu Verd de Benimodo, algo que el investigador desmiente. "Los estudios que hicimos junto a distintas universidades americanas concluyeron que se trataba de otra especie", apunta.

También se hicieron estudios espeleológicos en 2014 con el objetivo de encontrar ejemplares vivos, pero la búsqueda concluyó sin éxito. Así, las últimas muestras que se hallaron con vida se encuentran hoy expuestas en el museo de Alginet.

Miembros del MVHN buscando ejemplares en 2014 en el túnel de Batán

Miembros del MVHN buscando ejemplares en 2014 en el túnel de Batán / Virginia Mateo

Falta de protección

Desde el centro señalan la sobreexplotación del acuífero como la principal causa de la extinción. Así, denuncian que la extracción del agua para regar los campos de los alrededores "durante años y años" provocaron la desecación total de un río en el que esta especie se reproducía con normalidad en la década de los 80. Que el río se secase produjo la muerte de todo ser vivo que habitaba en él, aseguran desde el museo.

La desaparición de este endemismo valenciano se suma a otras muchas especies que están en proceso de extinción. Así lo asegura Martínez-Ortí, quien advierte que "si los políticos no se ponen las pilas van a desaparecer más especies endémicas valencianas en los próximos 30 años", lo que hará que las nuevas generaciones nunca lleguen a conocerlas.