El 34% de los valencianos no puede afrontar gastos imprevistos

La renta media por persona aumenta 54 euros más al mes respecto al año pasado pero no supera los mil euros

El 34% de los valencianos no puede afrontar gastos imprevistos.

El 34% de los valencianos no puede afrontar gastos imprevistos. / Save The Children

Mónica Ros

Mónica Ros

El 34% de los valencianos no puede asumir gastos imprevistos. La renta media suma 54 euros más al mes, pero no supera los mil euros (en concreto, 989 euros). Los ingresos han aumentado un 6% pero la cesta de la compra no para de subir (un 17% respecto al año pasado) y el alquiler en València ha subido 500 euros en cuatro años. Y con todo la pobreza se ha reducido. En la Comunitat Valenciana y en el resto de territorios de España. Así lo asegura el informe "El Estado de la Pobreza en las Comunidades Autónomas" realizado por EAPN (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, con sus siglas en inglés) que confecciona el trabajo con los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) ante unas elecciones autonómicas y municipales "que nos brinda una oportunidad para poner en el foco el problema de pobreza y exclusión social existente en las diferentes regiones de nuestro país, que a nivel estatal alcanza a 12,3 millones de personas, así como los efectos de las sucesivas crisis y de las políticas impulsadas para hacer frente a las mismas".

En la Comunitat Valencina el dato más destacable se centra en la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social (denominada tasa Arope), que es un indicador que recoge la proporción de población que se encuentra en situación de riesgo de pobreza o exclusión social. Así, la valenciana es la autonomía que ha registrado un mayor avance en esta tasa al conseguir una reducción del 10%. Esta mejoría está motivada principalmente por la reducción de su población en riesgo de pobreza --es decir, personas que ingresan menos de 840,6 euros al mes-- que pasa de ser un 25,1 % a un 22,3 %.

Gráfico sobre la tasa Arope por autonomías.

Gráfico sobre la tasa Arope por autonomías. / Levante-EMV

Tanto si se comparan los datos con el año anterior (2021) como con el 2015, el resto de los indicadores también descienden. El responsable de Investigación de EAPN, Juan Carlos Llano, explica que la pobreza y la pobreza severa se han reducido a datos de 2009. "Esto demuestra que la manera de enfrentarse a la última crisis es diferente a la manera a la que se enfrentó la crisis anterior. En el año 2008, cuando empezó la crisis se puso el acento en controlar el gasto, reducir la deuda de los estados y aplicar recortes. Esta forma de actuar se llama una reacción procíclica y provocó una debacle. Todos los indicadores de pobreza subieron muchísimo. Y para esta crisis de 2020 se llegó a un compromiso general, por ejemplo, para poner en marcha el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y no hubo discrepancias. Se entendió que lo anterior no había funcionado y se aplican medidas para mantener vivo el latido del sistema, mediante el consumo. Y ha funcionado porque se ha conseguido, en dos años, recuperar la calidad de vida perdida por la crisis de la Covid-19 que incrementó muchísimo los indicadores de pobreza", explica el experto.

"En 2008 se aplicaron medidas de recorte, pero en 2020 se dieron ayudas y funcionó mejor", explica el experto.

Ahora bien, el informe destaca que a pesar del progreso experimentado en los índices que reducen la desigualdad, queda mucho por hacer si se trata de alcanzar los objetivos de la Agenda 2030. "Dicho progreso experimentado durante el último año, aunque doblega los efectos de la pandemia por covid-19, no es suficiente si se pretende cumplir con los objetivos de la Agenda 2030, para lo que habría sido necesario que en 2022 en la Comunidad Valenciana hubiese unas 140.000 personas menos en situación de riesgo de pobreza y/o exclusión social", explica el informe.

Un panorama bien diferente sin ayuda pública

Y añade: "En la Comunitat Valencia, de no haber existido ningún tipo de transferencia pública, el doble de población (46,4 %) se habría encontrado en hogares cuyos ingresos no alcanzan el umbral de la pobreza. Del mismo modo, si sólo existiesen pensiones por jubilación y supervivencia, la tasa de pobreza habría sido 8 puntos porcentuales más alta. De igual modo, la tasa de pobreza severa sería de más del doble si sólo existiesen las pensiones por jubilación (17,1 %) y alcanzaría al 34,2 % de la población si no hubiese ningún tipo de transferencia. La importancia del papel del Estado en su función redistribuidora se aprecia si este análisis se extiende a lo largo del tiempo. El efecto reductor de la pobreza que tuvo en la Comunitat Valenciana las medidas sociales adoptadas durante la pandemia se extienden hasta el año 2022, mejorando el impacto que tenían las transferencias públicas antes de la pandemia".

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