Mazón consuma el vuelco y el PP recupera la hegemonía ocho años después

El PPCV obtiene más del doble de diputados que en 2019 y logra ser primera fuerza en las tres provincias por primera vez desde 2015

Mazón y Catalá celebran el triunfo este 28M.

Mazón y Catalá celebran el triunfo este 28M. / EDUARDO RIPOLL

Mateo L. Belarte

Mateo L. Belarte

Por la puerta grande. El PPCV vuelve a ser la primera fuerza política de la Comunitat Valenciana y está en condiciones de volver a gobernar la Generalitat tras ocho años en la oposición, aunque dependerá de la ultraderecha para lograr la mayoría necesaria. Los de Carlos Mazón lograron este 28M hacer buenas las altas expectativas con las que llegaban a las urnas y consumaron el vuelco, superando con holgura a un Botànic condenado por el pinchazo de Unides Podem y cumpliendo a su vez con la presión depositada por la dirección nacional, que fijó la recuperación de la autonomía como una de sus prioridades para allanar el camino a la Moncloa a Alberto Núñez Feijóo. Mazón, que sale reforzado como líder autonómico del PPCV tras haber recuperado el partido en dos años, tenía una bala y ha aprovechado el disparo.

Los conservadores consiguen un crecimiento con el que algunos ni soñaban, y superan en más del doble el número de diputados de esta legislatura en el parlamento autonómico, saltando de 19 a 40. Salen propulsados, con niveles de apoyo muy superiores a los de 2015 (cuando fueron primera fuerza pese a dejar el poder) y entierran las épocas más críticas del partido, que hace apenas cuatro años estuvo a punto de ser superado por Ciudadanos como primera fuerza de la derecha. Ahora, el avance del PP llega en gran parte gracias a la fagocitación del voto de los liberales, que desaparecen de las Corts

El PP logra la victoria en las tres provincias y arrebata además feudos históricos a los socialistas a nivel municipal, donde se repiten los éxitos azules. El triunfo popular es incontestable y así se replica en las tres circunscripciones, como era el objetivo de la dirección autonómica.

La noche fue más breve y mucho menos incierta de lo que se antojaba. No hizo falta apurar el escrutinio, ni mucho menos, y antes de alcanzar el 50 % la sede del PPCV ya era una fiesta.

 Alicante, muy presente en el discurso de Mazón y donde el líder popular tiene su base de operaciones y ha desarrollado su vida política, se confirma como el gran granero de votos para el PP, al cosechar aquí más del 38 % de los votos y aventajar en diez puntos al PSPV, segundo. Pasa de 7 a 15 diputados en esta circunscripción, por la que se presenta Mazón. Del mismo modo, en Castellón el PPCV dobla de 5 a 10 escaños y saca más de seis puntos de distancia sobre los socialistas, volteando por completo el resultado de 2019, y en Valencia crece de 7 a 15 y aventaja a los del puño y la rosa en otros seis puntos.

La gobernabilidad

El resultado deja a Mazón como el gran ganador de la noche y único con opciones de ser investido ‘president’ de la Generalitat. El líder de los populares valencianos tendrá ahora que explorar opciones de gobierno, si bien Vox surge como único potencial aliado del alicantino, ya sea como apoyo externo o como parte del nuevo Consell. Mazón ha evitado aclarar sus planes al respecto, pero Vox ha venido avisando de que si el PP les necesita, como es el caso, exigirá entrar en esos gobiernos para dar apoyo al candidato popular.

El azul fue el color de la noche en toda España, evidenciando que la ola de cambio no ha sido exclusivamente valenciana. A priori, el resultado avala la estrategia del PP de agitar el 28M como un plebiscito a Pedro Sánchez. Unas cartas que Mazón ha jugado en la Comunitat Valenciana ligando la figura del presidente del Gobierno a la de Ximo Puig e incidiendo en asuntos como el agua o las bajas inversiones en Alicante.