Esterilización forzosa y silenciada en pleno siglo XXI

El libro «Ventres sota custòdia» de la periodista Maria Bonillo Vidal indaga sobre una práctica habitual que se ilegalizó hace solo dos años

Esterilización forzosa y silenciada en pleno siglo XXI

Esterilización forzosa y silenciada en pleno siglo XXI / Mónica Ros. Valènciadasdasdasd

Mónica Ros

Mónica Ros

La historia de Vera parece de película pero es real. Es el último testimonio del libro «Ventres sota custòdia», una investigación de la periodista Maria Bonillo Vidal sobre la esterilización forzosa de las mujeres con discapacidad, un tema tabú y desconocido que era legal hasta diciembre de 2020.

Un año antes, mientras llegaban noticas lejanas de un virus que se extendía en China, Maria Bonillo ponía la mirada en los pasos que daba el gobierno valenciano para erradicar esta práctica generalizada. «Mi pensamiento fue automático: ¿cómo que esterilizaciones forzosas?», explica Bonillo. Y ella, periodista de raza, se presentó a la beca de periodismo de investigación Josep Torrent que da la Unió de Periodistes Valencians. Y la ganó.

Ahí empezó una investigación en plena pandemia mundial, que concluyó el pasado martes con la presentación del libro en el Centro Cultural La Beneficencia. «Cuando comencé la investigación, la esterilización forzosa a las mujeres con discapacidad era legal y cuando lo acabé, ya no», explicaba la periodista en la presentación del libro, publicado por la Institució Alfons el Magnànim-Centre Valencià d’Estudis i d’Investigació.

El libro desgrana un tema complicado y desconocido sin prejuicios, con el máximo respeto y con la mente abierta para escuchar y plasmar la opinión y vivencias de las mujeres afectadas, de sus familias, de las asociaciones, y de los profesionales. Empatía máxima. Sin juicios de valor. Todo un reto que Bonillo Vidal ha superado, con nota.

Uno de los aspectos que más llama la atención es la falta de datos. Sólo constan desde 2005 cuando se empezó a recoger información sobre «esterilizaciones a incapaces» y se reúnen datos hasta 2015. A partir del 2016 aparecen reflejadas dentro de los procesos relativos a la «capacidad de las personas» así que se sabe muy poco. Y lo que no se contabiliza no existe. Bonillo analiza las pocas cifras que sí existen y refleja que «sobre cien personas con diversidad funcional son esterilizadas cada año, mil en la última década».

Desde la democracia

Para poner el contexto esta práctica ilegal hasta hace muy poco, Bonillo explica su legalidad desde la democracia, que se perpetúa en el Código Penal de 1995. «Mientras se reivindicaba la despenalización del aborto se coló el paternalismo y el capacitismo y se permitió que las mujeres con discapacidad fueran esterilizadas si lo autorizaba un juez a petición de los familiares o tutores legales».

Pero ¿por qué se esteriliza a las mujeres con discapacidad? El fin está claro: evitar embarazos. Bonillo desgrana los tres mitos muy arraigados que envuelven esta decisión: el primero estaría basado en un «supuesto beneficio para la sociedad, la comunidad o la familia» ya que se trata de evitar «una carga más». El segundo está relacionado con la capacidad de «poder ser madre o de ser buena madre, mejor dicho». El tercer mito, lo encarnaría el paternalismo, es decir, «es una cosa que se hace por el bien de las mujeres con discapacidad».

Pero, además, hay un cuarto argumentario y es del quien asegura que una esterilización «podría proteger a las mujeres de posibles abusos, del hecho de tener un hijo fruto de una violación». Ahora bien, Bonillo asegura que este punto es el más criticado por los colectivos que luchan contra esta práctica ya que «no se puedan quedar embarazadas silencia, de facto, los abusos, no los previene». «Los abusadores disponen de una especie de ‘barra libre’ para seguir adelante con sus actos ya que no haya ninguna señal que haga saltar las alarmas», argumenta.

«Ventres sota custòdia» explica los métodos anticonceptivos más comunes y da voz a quienes han estado silenciadas en una práctica común pero desconocida que, además sólo las afecta a ellas. Ligaduras de trompas, sí. Vasectomías, ni se plantean.

«Es violencia, es necesario un cambio de mentalidad y no juzgar»

La investigación «Ventres sota custòdia» desarrolla la investigación con los testimonios de varias mujeres con discapacidad, aparte de sus familais, colectivos o profesionales. Entre los testimomnios de mujeres con discapacidad , Bonillo aborda distintas perspoectivas y soluciones a embarazos no dseados. «En el libro aparece una mujer con discapacidad que optó por un DIU porque la chica tenía pareja y relaciones sexuales; otra a la que su mamá le dio un tamagotchi, con el objetivo de ver si podía mantenerlo con vida para que comprobara por sí misma por qué no debía ser mamá; otra que fue esterilizada en su día... Testimonios directos de mujeres que podrían haber sido madres y de otras para las que esa realidad es un imposible. Hay que hacer un cambio de mentalidad. La casuística es enorme. Y sobre todo, hay que evitar juicios de valor. Porque esa realidad es tremenda», explica Bonillo. El último testimonio, el de Vera, corta la respiración. «Pero habrá que leerse el libro, ¿no?», concluyó la periodista y escritora. 

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