La pieza clave para entender el actual proceso de calentamiento climático es el análisis del cambio en el balance energético planetario. En varios comentarios hemos señalado que el clima terrestre cambia cuando cambia el balance de radiación del sistema tierra-atmósfera. Así ha sido desde el origen de nuestro planeta, con sucesión de fases climáticas cálidas y frías, hasta la actualidad. Pero el actual proceso de cambio climático ha incluido un nuevo elemento en el tablero de actores de dicho balance energético: los gases que generan efecto invernadero procedentes de la combustión de los combustibles fósiles. Estos gases reflejan, para algunas longitudes de onda, la energía contenida en dichos gases de manera que las capas bajas atmosféricas se calientan progresivamente. Es lo que se conoce como forzamiento radiactivo no natural. Y es el proceso que está alterando en mayor medida el resultado del balance energético planetario. Este balance se supone neutro en un clima sin tendencia térmica. Entradas y salidas de radiación entre la atmósfera se equilibran. En el actual proceso de calentamiento climático lo importante es determinar el valor, en vatios por metro cuadrado, de dicho desajuste. Un reciente estudio publicado en la revista Earth System Science Data, liderado por la investigadora Karina von Schuckmann, ha actualizado dicha magnitud. Manejando datos para el período 1971-2020, este trabajo señala que el desajuste se puede cifrar en 0,48 +/- 0,1 W/m2. Se trata de un valor que matiza el valor aportado en el Sexto informe del IPCC (0,57 W/m2), pero que confirma que este balance está alterado y esta alteración explica la progresiva subida de temperaturas que experimenta nuestro planeta, de forma notable, desde 1980 a la actualidad. Para el período 2006-2020 este valor se la elevado a 0,76 W/m2. Y todo ello con un Sol muy poco activo. El estudio aporta otro dato preocupante: un 79 % de esa energía, en forma de calor, acumulada en nuestro planeta se localiza en las cuencas oceánicas. Y esto significa que el proceso de calentamiento nos va a acompañar varias décadas más en este siglo, aunque se consiguiera descarbonizar la economía mundial —cuestión realmente utópica— en breve plazo. Y en los próximos años, además, el Sol parece que va a registrar más actividad, esto es, enviará más radiación al sistema climático terrestre, a su balance energético.