Leah Bisquert: "Hamás es una cultura de muerte y de odio que quiere destruir Israel"

Leah Bisquert, nacida en Dénia hace 70 años, vive en Israel desde hace una década junto a su marido y su hija, que tiene cuatro niños

En primer plano el barrio de Har Homa y, al fondo, Belén.

En primer plano el barrio de Har Homa y, al fondo, Belén. / Levante-EMV

Rafel Montaner

Rafel Montaner

València

Leah Bisquert, nacida en Dénia hace 70 años, es una valenciana que lleva una década viviendo en Israel. Esta catedrática de Instituto, en la búsqueda de sus orígenes descubrió que sus antepasados eran judíos. Ello le llevó realizar todo el complejo proceso formal de retorno familiar al judaísmo y a tomar la decisión de irse a vivir a Israel, con su marido y su hija, que está casada con un ciudadano israelí y ya tiene cuatro hijos de entre 2 y 7 años. 

Leah vive en Har Homa, un barrio en el Sur de Jerusalén frente a Belén, rodeado de población árabe. Destaca que “los brutales ataques terroristas indiscriminados que padeció la población civil israelí el pasado sábado, un día sagrado para los judíos en los que estábamos celebrando una de las fiestas más importantes de nuestro calendario religioso, han sumido al país en un dolor y en una tensión emocional que es difícil de narrar”.

"Vivir en una tensión continua"

“Israel es un país que, al estar rodeado de enemigos, está preparado para las guerras y en casi todas las viviendas tenemos una habitación habilitada como refugio contra el lanzamiento de misiles”, añade. En Har Homa, cuenta, no son muy frecuentes las sirenas que avisan de los bombardeos, “de cuando en cuando lanzan un misil para recordarnos que están ahí”, pero añade que en otras zonas en el sur de Israel, especialmente las más cercanas a Gaza, “están lanzando una cantidad enorme de misiles, y la población civil, con niños y personas mayores, está constantemente corriendo hacia los refugios, lo que supone vivir en una tensión continua, y eso la comunidad internacional no lo ve”, lamenta.

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Para Leah “Hamás es una cultura de muerte y de odio que quiere destruir al pueblo de Israel, de hecho tienen campamentos de verano para escolares en los que enseñan a los niños cómo matar a los judíos”. Lamenta que el mundo occidental “no entienda que Israel, frente a esta barbarie, lo único que está haciendo es buscando su derecho a existir”.

Acopio de víveres

El Gobierno israelí ha lanzado esta semana un llamamiento a la población a hacer acopio de víveres, agua, baterías de móviles con el fin de prepararse a resistir en los refugios durante tres días por si la escalada bélica aumenta. Leah cuenta que aunque en Har Homa la situación está tranquila “en las tiendas hay cierto desabastecimiento porque la gente se está preparando para lo que pueda venir, además algunos comercios pueden estar cerrados por miedo a los ataques y la presencia policial ha aumentado después de que un disparo, de no se sabe donde, impactara esta semana en una casa”, añade.

Har Homa, el barrio del sur de Jerusalén donde vive Leah, y al fondo Belén.

Har Homa, el barrio del sur de Jerusalén donde vive Leah, y al fondo Belén. / Levante-EMV

"Ahora no tenemos ni territorios, ni paz"

Leah no ve otra solución más que el Ejército israelí “entre en Gaza y tome el control, porque con Hamás no se puede negociar”. “En 2005 ya salimos unilateralmente de Gaza y se evacuaron muchos asentamientos israelíes bajo la promesa de territorios a cambio de paz y ahora no tenemos ni territorios, ni paz”, subraya.

Sostiene que Israel solo hace que defenderse. “Nuestro pueblo ha sufrido mucho a lo largo de la historia, con la expulsión de los judíos de España, con la Inquisición, el Holocausto… con lo que Israel ha tenido que desarrollar una capacidad de resiliencia muy grande y, por tanto, va a ser difícil, aunque nos dejen solos, borrar a este país del mapa”.

"Nos disparan como a patitos de feria"

Frente a las acusaciones contra Israel de someter a la población palestina a un apartheid, alzando vallas y muros de hormigón alrededor de los asentamientos palestinos, Leah se defiende: “No es ningún apartheid, esos muros simplemente son una protección efectiva para que no nos maten disparándonos como a patitos de feria cuando vamos en coche por la carretera, algo que no sale en las televisiones occidentales”.

“Israel está dispuesta a ayudar a los palestinos y de hecho lo hace, pues hay muchos árabes que tienen la nacionalidad israelí y que trabajan y conviven con nosotros, porque si nos respetan no hay ningún problema”, concluye.

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