Pasajeros afectados por la avería: "El tren ha parado en medio de la nada"

En la estación de AVE Joaquín Sorolla de València las colas en los puntos de información de Renfe e Iryo eran notables hoy por la tarde. Noelia y Milagros debían haber salido desde València a Madrid pero se quedarán en casa hasta al menos mañana. «Esto es un caos, una catástrofe, por lo menos podrían dar alternativas con autobuses desde València para poder viajar a Madrid». 

Desde fuera no daba la impresión de que se hubieran suspendido todos los trenes entre Madrid y la Comunitat Valenciana porque el ambiente era tranquilo. Eso sí, al entrar a la estación, los paneles informativos daban cuenta de la situación. «Cancelado». Las oficinas de atención a los pasajeros de las operadoras de Renfe estaban a rebosar. Los viajeros llegaban y se sumaban a la cola. Las trabajadoras que informaban eran claras, independientemente del corrillo al que uno se acercara. «La solución es esperar a mañana», decía una empleada de Renfe. «Estamos reubicando a la gente para trenes para mañana», detalla una de Iryo.  

Odisea a mitad camino

En la otra parte de la historia, la de los pasajeros que sí salieron de la estación esta mañana y quedaron parados a mitad camino está Marc, de 20 años. El joven valenciano ha salido a las 10:35 de València para ir a Madrid a ver un concierto de la artista Judeline, que actuaba en la capital a las 19:30 horas. A esa hora, el joven hablaba con Levante-EMV desde un autobús que han fletado tras quedar parado el tren en mitad del trayecto, a 40 kilómetros de Cuenca y en un paraje rural.

Cientos de pasajeros atrapados en un tren entre Madrid y València

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«Sobre las 11:30 horas, cuando estábamos a mitad de camino, el tren se ha parado. Estábamos a 40 kilómetros de Cuenca y justo en un puente, no al lado de una carretera», comienza a relatar Marc. Tras una hora en el interior del convoy, sin electricidad, se abrieron las puertas. «Al principio no nos dejaban salir pero finalmente la gente ha ido abandonando el tren para tomar algo de aire», señala. 

40 kilómetros de Cuenca

Precisamente porque estaban parados en un puente, después de varias horas llegó la Guardia Civil y abrió un camino alternativo para poder bajar a los pasajeros a la carretera y subirse al autobús. «Abrieron un paso secundario y nos trajeron agua y comida. Después de mucho esperar, ya estamos de camino a Cuenca». La compañía, señala Marc, les dio la opción de subir a un tren dirección Madrid una vez en Cuenca. Y eso harán. Llegarán a la capital previsiblemente tras casi 12 horas y aunque ya no podrán ir al concierto, al menos «tenemos una aventura que contar», pero eso sí, después de haber pasado «muchos momentos de incertidumbre, con gente mayor con ataques de ansiedad y, también, algo de miedo», concluye, por último, este pasajero.