La izquierda, entre la crítica al Consell y sus cambios internos

Los socialistas esperan la investidura de Sánchez para abrir el debate sobre el liderazgo

Protesta contra la violencia machista con pancartas separadas el pasado 19 de septiembre. | M.A.MONTESINOS

Protesta contra la violencia machista con pancartas separadas el pasado 19 de septiembre. | M.A.MONTESINOS / d.a.San José/v.p. València

V.P.

València

Los resultados del 28M dejaron a la izquierda muy tocada tras abandonar el Palau de la Generalitat. Primero llegó un estado de shock por el pacto PP-Vox que desbancó al Botànic y elevó a la presidencia a Carlos Mazón y luego cierto desconcierto que puede reconfigurar los proyectos políticos de PSPV y Compromís. Tras el verano, la labor de oposición se ha centrado en atacar los puntos débiles del nuevo Consell y, sobre todo, a Vox.

La imagen de PSPV y Compromís tras una misma pancarta después de los últimos asesinatos de violencia machista es la única vez donde las dos formaciones de izquierda han ido de la mano contra el Consell. El Botànic fue un pacto de gobierno, no de oposición, insisten socialistas y valencianistas.

«Hemos gobernado juntos ocho años, pero ahora cada uno está trabajando en su proyecto de oposición», explican fuentes de las formaciones de izquierda. La elección gracias a los votos del PP de la diputada de Compromís, Maria Josep Amigó, para la Mesa de las Corts en lugar de la socialista Josefina Bueno fue quizás la mayor evidencia de que el acuerdo firmado en 2015 y reeditado en 2019 era ya pasado.

PSPV y Compromís cargan contra el Gobierno por separado aunque con líneas similares. En estos 100 días los socialistas han puesto el foco en la «insolvencia, la incompetencia y la falta de proyecto» del Consell. Critican el regalo fiscal de 350 millones a 22.600 ricos que supone la eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, lamentan que en violencia machista tenga una postura «plegada a la ultraderecha» que la niega y reprochan la ruptura del consenso en política lingüística.

El diagnóstico es similar en Compromís. Hablan del «peor inicio de curso escolar de los últimos años», lamentan que se haya «perdonado impuestos» a quienes menos lo necesitan y que una parte del Gobierno niegue la violencia machista y la otra «lo maquilla». Asimismo, recuerdan que han denunciado a Antifraude a Vicente Barrera y José Antonio Rovira por ser administradores de empresas después de que hubieran tomado posesión como vicepresidente y conseller de Educación, respectivamente.

Un trago amargo

Pero los cien días también han sido para PSPV y Compromís una muestra de esa máxima de que el poder desgasta sobre todo al que no lo tiene. Y perder la Generalitat ha sido un trago amargo que ha alterado las dinámicas internas y que puede reconfigurar los proyectos de los dos partidos.

En el PSPV quien ha asumido la voz cantante frente al Consell ha sido Rebeca Torró como síndica. También ha ganado protagonismo la delegada del Gobierno de la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, como nueva vicesecretaría general de la formación. El futuro de Ximo Puig es el elefante en la habitación, pero toda la vida orgánica queda a expensas de que Pedro Sánchez logre (o no) su investidura y qué influencia pueda tener en los equilibrios internos la confección del Gobierno.

En Compromís la novedad ha sido el desembarco de Joan Baldoví en las Corts tras 11 años en el Congreso. El dirigente de Sueca ha asumido el liderazgo de la coalición que no está exenta de turbulencias. Iniciativa continúa fuera de los órganos de la coalición por la designación de Enric Morera (Més) como senador mientras sigue el goteo de renuncias por discrepancias con la dirección. De fondo, la participación de Sumar, cómo reconfigurar el espacio dejado por EU y Podem, fuera de las Corts, y el proceso judicial que afecta a Mónica Oltra.

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