Los adolescentes valencianos entre los que más mezclan bebidas energéticas y alcohol

Más de la mitad de estudiantes de Secundaria consume bebidas energéticas habitualmente

Uno de cada cinco jóvenes de entre 14 y 18 años toma los compuestos energizantes con alcohol

Jóvenes consumiendo bebidas energéticas.

Jóvenes consumiendo bebidas energéticas. / Jordi Cotrina

Rafel Montaner

Rafel Montaner

Los adolescentes valencianos están entre los jóvenes que más mezclan bebidas energéticas y alcohol, un cóctel peligroso porque incrementa considerablemente los ya de por sí efectos adversos que los preparados energizantes tienen sobre el cerebro y el metabolismo. La edición 2023 de la Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanza Secundaria, Estudes, que cada dos años elabora el Ministerio de Sanidad dentro del Plan Nacional Sobre Drogas para evaluar el consumo de sustancias nocivas entre los jóvenes de 14 a 18 años, alerta de que en España casi la mitad de adolescentes, el 47 %, consumen frecuentemente bebidas energéticas y uno de cada cinco, el 19,5 %, las mezcla con alcohol. Ambas conductas de riesgo alcanzan el valor máximo desde que hace 9 años comenzó a realizarse esta encuesta entre estudiantes de Secundaria.

Por encima de la media

En la Comunitat Valenciana uno de cada cinco jóvenes de entre 14 y 18 años, el 20,4 %, ha consumido bebidas energéticas mezcladas con alcohol en los últimos 30 días. Esta prevalencia está por encima de la media española (19,5 % de los estudiantes) y se sitúa entre las más altas de España. El podio de la clasificación lo lidera la juventud de Illes Balears, seguida por la de Asturias y la de Cataluña. En los tres casos casi uno de cada cuatro jóvenes, alrededor del 23 %, practican esta conducta de riesgo.

Las bebidas energéticas representan un conjunto de productos que desde hace algunos años se comercializan libremente. Su irrupción en el mercado está influenciada por intensas campañas publicitarias, que las presentan como bebidas refrescantes creadas para incrementar la resistencia física, proporcionar sensación de bienestar y estimular el metabolismo, capaces de suministrar un elevado nivel de energía proveniente de una combinación de ingredientes adicionados por sus posibles efectos estimulantes, sin advertir de sus consecuencias negativas para la salud.

Un menor observa bebidas energéticas en un supermercado.

Un menor observa bebidas energéticas en un supermercado. / Levante-EMV

La promesa de consumiendo estas bebidas se 'aguanta más' y 'la fiesta nunca se acaba' hace que los jóvenes sean uno de los grupos de población más expuestos al consumo de este tipo de bebidas que contienen una mezcla de compuestos que incluyen cafeína, glocuronolactona y vitaminas. Algunas atribuyen sus propiedades estimulantes a aminoácidos como la taurina o a su contenido en extractos de hierbas como el ginseng o la guaraná, y en algunos casos se agregan minerales, inositol y carnitina y altas concentraciones de glucosa.

"Consecuencias importantes a nivel cerebral y metabólico"

El informe que el Observatorio Español de las Drogas y las Adiciones (OEDA) del Ministerio de Sanidad ha elaborado a partir de la Estudes 2023 destaca que "las bebidas energéticas tienen consecuencias importantes a nivel cerebral y metabólico". Detalla que algunos de los efectos adversos de las bebidas energéticas son "la estimulación del sistema nervioso central (SNC) y cardiovascular y su relación con el sobrepeso y la obesidad". Además, añade que "la ingesta regular de bebidas energéticas se ha asociado a la sobredosis de cafeína, la hipertensión, la pérdida de masa ósea y la osteoporosis" y recalca también que "entre los efectos secundarios resultantes del consumo regular se destacan palpitaciones, insomnio, náuseas, vómitos y micción frecuente". Por todas estas razones, su consumo está contraindicado en personas con enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, trastornos cerebrales neurológicos, embarazadas, menores de 16 años y diabéticos.

Se dispara entre las chicas

La mezcla de los compuestos energizantes con alcohol, pese a que potencia la aparición de los efectos negativos de las bebidas energéticas, se ha convertido en una práctica barata y cada vez más popular entre la juventud ante la supuesta promesa no solo de poder prolongar la fiesta hasta el amanecer, sino también evitar la resaca del día después. En la Comunitat Valenciana, esta práctica de riesgo se ha reducido casi dos puntos entre los chicos: en 2013 lo hacía el 23,2 % y ahora lo hace de forma regular el 21,1 %. Sin embargo, se ha disparado entre las chicas: si hace 9 años casi una de cada seis adolescentes, el 16,8 %, bebían combinados de bebidas energéticas y alcohol este año lo hace cerca de una de cada cinco, el 19,8 %.

En el conjunto de España la tendencia al aumento del consumo de bebidas energéticas entre el estudiantado conforme se avanza en edad hasta es similar en chicos y chicas, aunque siempre está más extendida entre la población masculina. A los 14 años, cuatro de cada 10 niños (el 46,1 %) consumen de forma regular bebidas energéticas pese a que no son recomendables para menores de 16 años. A esta edad ya las toman seis de cada 10 adolescentes (58,1 %), experimentando una caída a los 17, que se recupera alcanzando su punto más alto a los 18 años (59,8 %). Entre las chicas, entre los 14 y los 18 años, la proporción de las que toman bebidas energéticas se mantiene alrededor de cuatro de cada 10.

En lo que respecta a la práctica de mezclar bebidas energéticas con alcohol, a los 14 años lo hacen poco más de uno de cada 8 chicos y chicas. A los 16 años ya son uno cada cuatro chicos y una de cada cinco chicas. En el grupo masculino la mayor prevalencia de consumo combinado de bebidas energizantes y alcohol se registra en los alumnos de 17 años (26,8 %), mientras que, en el femenino, la mayor proporción se observa en el grupo de alumnas de 18 años (23,4 %).

Galicia apuesta por un veto que el Consell estudia

Ante el repunte del consumo de bebidas energéticas entre los menores de edad, Galicia prepara una ley autonómica que equiparará estos estimulantes al alcohol por sus riesgos para la salud. En la misma línea, la Conselleria de Sanidad que dirige Marciano Gómez también ha señalado que estudiará "de forma seria" si prohibir las bebidas energéticas a los menores como en Galicia.

El informe de la OEDA concluye que "se puede afirmar que hay una mayor prevalencia de consumo de las diferentes drogas analizadas entre aquellos estudiantes que han consumido bebidas energéticas de alto contenido en cafeína, alcanzando valores máximos cuando éstas son mezcladas con bebidas alcohólicas". Así, por ejemplo la totalidad (100 %) de estudiantes que consumen alcohol frecuentemente lo mezclan con bebidas energéticas, al igual que la mitad de los que fuman y cerca de cuatro de cada 10 de los que consumen cannabis. Así mismo, la proporción de los que consumen cocaína y éxtasis se duplica entre los que mezclan alcohol y bebidas energéticas, al pasar de alrededor de 1 % de estudiantes a más del 3 %.

Más repetidores entre los que consumen bebidas energéticas

Respecto a las características sociodemográficas de aquellos estudiantes que han consumido bebidas energéticas en los últimos 30 días, el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA) subraya que los estudiantes que han bebido bebidas energéticas "sacan peores notas de media, repiten más cursos o hacen más pellas que el resto de alumnos que no han consumido éstas en el último mes". Estas diferencias, añade, "son todavía mayores en aquellos estudiantes que han consumido bebidas energéticas mezcladas con alcohol".

Jóvenes con latas de bebidas energéticas.

Jóvenes con latas de bebidas energéticas. / Jordi Cotrina

Alrededor de uno de cada cuatro estudiantes de Secundaria hace novillos en España, en la mitad del alumnado que consume bebidas energéticas esa proporción de faltar a clase sin causa justificada crece hasta uno de cada tres alumnos, mientras que entre los que mezclan bebidas energizantes con alcohol el absentismo escolar afecta a más de cuatro de cada 10. Igualmente, un tercio de los que combinan bebidas energéticas con alcohol han repetido curso.

En cuanto a las salidas nocturnas, "las diferencias son aún mayores", apunta el OEDA. "Hay un porcentaje  mayor de estudiantes que han consumido bebidas energéticas con o sin alcohol en los últimos 30 días que salen 2 o más noches a la semana, regresan a las 3 de la madrugada o más tarde tras salir una noche y disponen de más dinero para gastar semanalmente  para salir con los amigos, ir al cine o ir a tomar algo". Así, mientras uno de cada cuatro estudiantes de Secundaria sale dos o más noches a la semana, dicha proporción se eleva a un tercio entre los que toman bebidas energéticas, y si las mezclan con alcohol la media ya se dispara a cuatro de cada 10.

Vuelven a casa a pasadas las tres de la noche

Lo mismo sucede con aquellos estudiantes que vuelven a casa a las tres de la madrugada o más tarde tras salir. Esto lo hace uno de cada tres jóvenes de entre 14 y 18 años. Pero si consumen bebidas energéticas la proporción de los que vuelven a casa pasadas las tres de la noche crece hasta cuatro de cada 10 y en el caso de los que las toman con alcohol ya son más de la mitad los que regresan a su domicilio a altas horas de la madrugada.

En relación con las actividades que suponen un factor de protección frente al consumo de bebidas energéticas, según el observatorio del Plan Nacional sobre Drogas, "se encuentran, la lectura de libros o tocar algún instrumento musical". Aquellos estudiantes que realizan dichas actividades "presentan una prevalencia de consumo de bebidas energéticas menor". Así, entre los casi dos tercios de jóvenes que leen libros o tocan algún instrumento musical, menos de la mitad consumen bebidas energéticas y no llega a uno de cada siete los que las mezclan con alcohol.

Tracking Pixel Contents