Microclimas de olivar

Olivos en bancales en la provincia de Alicante

Olivos en bancales en la provincia de Alicante / E. Moltó

Enrique Moltó

La oportunidad de lluvias y nieves de la semana pasada volvió a pasar de largo y todo se fue mucho más al norte. Hay un concepto del que se abusa, el de microclima, que todos los pueblos, sobre todo los turísticos, pero también algunos de los productores agrarios denominación de origen, utilizan para explicar las virtudes que les hacen únicos. En estos casos sería mejor aplicar el concepto de clima local, porque lo de microclima queda para escalas de más detalle. En zonas montañosas con bancales es mucho más fácil encontrar estos detalles climáticos que sólo podemos percibir por la vegetación natural y los cultivos, porque es difícil colocar sensores en tantos sitios. El gran Cruyff dijo que si no sabes por qué ganas no sabrás por qué pierdes. En este sentido, en mis olivares he detectado cosas curiosas que, sin duda, se relacionan con detalles de tiempo y clima. En el caso del clima vemos como algunas variedades de olivo se han colocado de forma ancestral en zonas más resistentes al frío o a los excesos de humedad. Para el caso del tiempo, este año hemos podido ver como en un año seco, el exceso de humedad del mes de mayo perjudicó al cuajado de la flor, dependiendo de ubicaciones muy concretas y, al lado de olivos cargados al máximo, hemos visto olivos sin nada, cuando todos tenían mucha flor en su momento. Y lo poco que tenían los que no tenían, en ramas orientadas al sur. Valdrá la pena instalar más sensores que nos confirmen lo que sospechamos.

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