De yacimientos olvidados a red de parques arqueológicos "temáticos"

Los profesionales aseguran que la arqueología es una oportunidad de generar empleo y riqueza en los municipios

Solo un 11% de poblaciones valencianas cuentan con museos dedicados a la arqueología

Valencia la Vella, la ciudad visigoda del siglo VI ubicada en la actual Riba-roja

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València

"La arqueología puede generar riqueza, no tiene que verse como un problema". Esa fue una de las conclusiones de la mesa de debate sobre el "futuro de la arqueología valenciana" organizada esta semana por el Consell València de Cultura en la que intervinieron entre otros el director del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), Manuel Olcina, quien propuso convertir los yacimientos que se han descubierto e investigado en parques arqueológicos temáticos, centrados en un periodo de la historia concreto, como el yacimiento visigodo (Valencia la Vella) de Riba-roja.

Olcina puso así el acento en la recuperación de los yacimientos arqueológicos como una de las claves del futuro de la arqueología. Son "museos al aire libre", en algunos casos "únicos" como Castellar de la Meca, un poblado íbero situado en Ayora o el yacimiento fenicio de la Fonteta, que pueden convertirse en atractivos locales si se les dota de medios y un centro de interpretación que ayude al visitante lectura. Olcina recalcó el potencial como "generador de empleo y riqueza" de los yacimientos arqueológicos que en muchos casos no pueden verse porque no tienen personal o los horarios son muy limitados y en algunos casos están en manos privados. Todos pueden convertirse en museos al aire libre especializados. en un momento concreto La Forqueta Fenicios, Ribarroja y el mundo visigodo (Valencia la La potencia turística de la Comunitat justifica tener una red de yacimientos arqueológicos tematizados, en línea con lo que se ha hecho con la Ruta de los Iberos.

Otra herramienta a explotar es relacionar los museos de arqueología con los etnográficos.

En su intervención sobre la gestión de los museos arqueológicos, Olcina demando más recursos para la gestión arqueológica y una nueva ley de museos. "No hay instituciones que puedan sustituir la labor de conservación de los museos que es casi competencia exclusiva de los museos de arqueología". "Son instalaciones muy especiales que tienen que albergar y explicar materiales descontextualizados que han estado miles de años en un terreno del que se han extraído. Es una labor muy específica y nada fácil". Por ello quizás de los 288 museos que hay en la Comunitat solo 76 están dedicados a la arqueología (un 26%). Solo cubren una mínima parte del territorio. Solo el 11% de municipios de València y Castelló tienen museos de arqueología, porcentaje que se eleva al 20% en Alicante. Grandes ciudades como Benidorm o Altea no tienen pero si otros municipios más pequeños, como Cofrentes o Forcall, que si han sabido ver el potencial turístico que pueden tener los restos arqueológicos que esconde el subsuelo. Cofrentes, Mariola o Forcall.

Salvo los grandes museos de València o Alicante los museos tienen problemas, no solo de personal especializado, sino también de "anquilosamiento y desfase, con programas didáctivos escasos y repetitivos". Es necesario crear más museos, aseguró Olcina, y aprobar una nueva ley que les permita desarrollar sus funciones de manera digna procurando un discurso que atienda a la historia más que a la mera exhibición de vitrinas de cerámica.

Para el director del MARQ, "Los museos locales deben ser renovados pero también los museos grandes tienen una gran responsabilidad, por ejemplo, ceder piezas a colecciones museos locales para mejorarlos".

En la mesa también intervino el catedrático de Arqueología de la Universidad de València, José Luis Jiménez, la jefa del Arqueología de la Generalitat, Consuelo Matamoros y el presidente de la Asociación de Empresas de Arqueología, Gabriel Segura.

José Luis Jimenez quien aludió a los cambios registrados con la aprobación de la Ley de Patrimonio valenciano de 1998 que fomentó la aparició de las empresas de arqueología. Son estos profesionales, supervisados por los técnicos y servicios de arqueología de los ayuntamiento, los garantes de la conservación del patrimonio histórico enterrado que en ocasiones tienen enfrentarse al recelo de los promotores, privados y en ocasiones públicos, que "ven la arqueología como un problema" porque muchas veces va a suponer retrasos, sobrecostes en las obras y desajustes en el presupuesto. Jiménez aludió en su intervención a las nuevas arqueologías como la de la arquitectura y abogó por intervenciones menos destructoras.

En las intervenciones del público, el arqueólogo Víctor Algarra hizo autocrítica de la profesión y aludió a la falta de conexión con la sociedad. A su juicio "la arqueología, tiene mucho futuro pero hay que saber transmitirlo". "La sociedad nos pide que intervengamos y lo demos a conocer. Es necesario además hacerlo desde una visión más global. Hay que ir más allá de la arqueología del 'forat' y de lo romano". "Y los medios de comunicación tienen un papel muy importante en esto".

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