La ‘perellonà’ concluye sin que l’Albufera recupere transparencia
El incumplimiento de los niveles mínimos fijados por la Generalitat en 2018 ha sido la tónica dominante desde noviembre
El caudal ambiental extra no acaba de solucionar la crisis hídrica

La Albufera, en un color rojizo. / Germán Caballero

El Parc Natural de l’Albufera cerraba este lunes una paupérrima ‘perellonà’donde el incumplimiento de los niveles mínimos del lago fijados en 2018 por la entonces Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente ha sido la tónica dominante desde noviembre. La falta de renovación del vaso y una inundación de la marjal exigua, unas 3.000 hectáreas frente a las 10.000 de la anterior campaña, han dejado al lago sin apenas vegetación sumergida. No menos preocupante es la proliferación de un nuevo microorganismo que ha teñido de rojo el agua.
Hay quien ya afirma que la turbidez del lago es la peor de la última década. Aunque los análisis diarios que llevan a cabo tanto Ayuntamiento de València como la Conselleria de Medio Ambiente no detectan afectación a la flora y fauna de la laguna, lo cierto es que el tono de color chocolate continúa sobre todo en el corazón del paraje. Otra cosa son las acequias por donde va entrando el caudal ambiental que llega desde la Acequia Real del Júcar.
Peor con el poniente
La bajada de temperaturas había propiciado una ligera mejora del agua, aseguran a Levante-EMV, con la recuperación de unos diez centímetros de transparencia. Sin embargo, el fuerte viento de poniente de estos días y los termómetros disparados son el peor enemigo para l’Albufera. Especialmente con la apertura de compuertas, pues si no se garantiza la entrada de agua al vaso el descenso del nivel será inmediato. Cabe recordar que en apenas diez días el lago perdió veinte centímetros, como reflejaba el sistema de indicadores de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Aunque cabía la posibilidad de que la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio ampliase el período de la ‘perellonà’ no ha sido finalmente así. La inundación solo ha sido aceptable en la zona norte del parque natural tras el acuerdo alcanzado con los regantes de Favara y el Túria. En el resto, aseguran, ha sido muy floja.

Embarcadero de l'Albufera en la Gola de Pujol estado del agua que presenta un color marrón provocado por un agente externo desconocido / Francisco Calabuig
Durante la legislatura del primer Botànic el departamento que dirigía la entonces consellera Elena Cebrián tuvo que fijar la regulación del nivel y comunicación con el mar del Parc Natural de l’Albufera. Eso sí, tras el requerimiento de la Fiscalía Provincial de Valencia. Entonces se estipuló que para la inundación invernal, del 1 de noviembre al 15 de enero, el nivel idóneo mensual tenía que ser de 25 cm sobre la base señalada como 0 en la escala de lectura instalada en las compuertas de la Gola de El Pujol. Algo que solo ha empezado a vislumbrarse a finales de diciembre.
Nuevo microorganismo
Lo cierto es que el microorganismo detectado por la Universitat de València y no identificado hasta ese momento, como publicó en exclusiva Levante-EMV, se ha adueñado del enclave. Al tratarse de una cianobacteria que aprovecha la falta de luz mejor que otros competidores ha arraigado con fuerza dadas las condiciones de la laguna somera, como explicaba Antonio Camacho, catedrático de Ecología. Desde Medio Ambiente insisten en que las analíticas no dan motivo para la inquietud.
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