Ocho de cada diez valencianos toma el doble de sal de la recomendada

"¿Cocinas sin sal?" Es una pregunta habitual en muchas conversaciones habituales entre amigos o en el entorno laboral. Pero, ¿cuánta gente renuncia al cloruro sódico en sus comidas? En la Comunitat Valenciana, solo dos de cada diez personas -el 20 % de la población- consume mayor cantidad de sal de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El resto, el 80 % de los valencianos y valencianas ingieren más de la debida. Así se extrae de la encuesta "¿Cuánto sabemos de alimentación?", elaborada por el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (Codinucova), publicada con motivo del Día Mundial de la Hipertensión, que se conmemora el 17 de mayo.

El estudio cuenta con la información de 462 encuestas realizadas a la población adulta de la autonomía valenciana para conocer sus hábitos de consumo y conocimientos acerca de la alimentación y la nutrición. El resultado de la encuesta determina que "el consumo poblacional de sal se eleva a más del doble de lo recomendado entre los adultos, que es menos de cinco gramos diarios", explica la vocal de Sanidad de Codinucova, Maite Navarro. Otra de las conclusiones de la encuesta es que tres de cada diez valencianos ingiere alimentos ultraprocesados al menos con una periodicidad semanal.

Riesgos del consumo de sal

¿Cuáles son las consecuencias derivadas del exceso de sal? La principal es un aumento en el riesgo de padecer hipertensión; una patología crónica con la que conviven el 19,2 % de la población, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La Comunitat Valenciana es, de hecho, la quinta autonomía con mayor prevalencia de esta enfermedad.

Las personas con hipertensión sufren un aumento de la presión arterial por encima de los valores normales y puede derivar en enfermedades cardiovasculares, como la angina de pecho, el infarto de miocardio, ictus hemorrágicos o ictus isquémicos; cuatro de las patologías más comunes.

Modos de sustituir la sal

Desde Codinucova recomiendan a las personas consumidoras de sal ir reduciendo su ingesta poco a poco. Esto se consigue acostumbrándose progresivamente "a cocinar con cantidades más moderadas de sal y sustituirlas por elementos más saludables sin renunciar al sabor".

Entre los condimentos sustitutivos, se encuentran las especias, las hierbas aromáticas como el tomillo, el perejil o la pimienta que, según Navarro, "tienen propiedades para potenciar y modificar los sabores de los alimentos que cocinamos". Otras alternativas son usar el ajo o la cebolla cuando se cocinan guisos, salsas, carnes o pescados. ¿Y en el caso de las ensaladas? ¿Cómo renunciar a la combinación de aceite, sal y vinagre? En este caso, Navarro propone como alternativa el uso de cítricos como el limón o la naranja. "Son dos ingredientes que aportan frescura y sabor muy significativo", concluye Navarro.