Más de 300 personas rescatadas en las playas con la bandera amarilla
Los fallecidos por ahogamiento ascienden a 56 en la Comunitat Valenciana durante 2024
Los organismos que vigilan las playas reclaman una normativa homogénea para todos los municipios

Playas llenas pese a la bandera amarilla / Germán Caballero
Joan Palací Miralles
El mar no es una piscina. De hecho es un lugar cambiante y con corrientes que te arrastran hacia adentro. En lo que va de verano solo Cruz Roja ha rescatado a más de 300 personas. Unas cifras a las que se le suman los 56 fallecimientos por ahogamiento en las aguas de la Comunitat Valenciana a fecha del 16 de agosto, según datos ofrecidos por la Federación de Salvamento y Socorrismo de la Comunitat Valenciana. De los cuales 41 habrían sido en el mar con o sin vigilancia. Siendo los más recientes, el de Dénia y el de Port Saplaya.
Los que más se ahogan son hombres de a partir de 55 años
Pese a la advertencia que indica la bandera verde, amarilla o roja; la imprudencia se convierte en el primer factor de riesgo para los bañistas. Casi uno de cada dos ahogamientos se produce con las amarillas, seguido de las verdes y las rojas. Los que se dan en tercer lugar son totalmente evitables, ya que en estos casos está prohibido el baño y en algunos municipios hacerlo está sancionado. Asimismo, el perfil promedio al que han atendido los servicios de salvamento y socorrismo son varones de más de 55 años. Por contra, las mujeres representan a una séptima parte de los fallecimientos; de los 56 en la C.Valenciana, ocho han sido mujeres.
Los datos del Informe Nacional de Ahogamientos (INA) del mes de julio, situaba a la Comunitat Valenciana como la que más muertes tuvo en esos 30 días, registrando 16, y la tercera que más ha contabilizado en 2024 (43).
Las primeras horas de la mañana, las más peligrosas
Los ahogamientos de primeras horas de la mañana son de los más peligrosos. «Hay playas en las que empezamos a trabajar a las 10 u 11 de la mañana, y hay quien ya está en el agua desde las 9 de la mañana. La hora a la que entramos depende de cada municipio», explica Salvador Perelló, responsable de Formación de la Federación de Salvamento y Socorrismo de la Comunitat Valenciana. Se trata de un problema que ocurre a lo largo de la costa valenciana, por ello tanto ellos como Cruz Roja, piden que haya una norma homogénea como tienen en Baleares, Canarias y Galicia.
Asimismo, otra medida que piden es la implicación de la policía para sancionar a personas que entran en el mar cuando está prohibido el baño. «Instalar un retén cerca de la costa frenaría estas temeridades», señala Perelló. Y añade que «hay ayuntamientos que incluyen en la normativa de playas la presencia de agentes para que multen por incumplir las normas». Dénia, Sagunt y València son ciudades que cuentan con ello.
En el caso de Sagunt, Pablo Carretero, coordinador del Servicio de Salvamento y Socorrismo de las playas de la localidad, señala que «este verano la Policía Local ha puesto unas 20 multas por bañarse con bandera roja». Estas van de 400 a 900€ de acuerdo con la ordenanza municipal. Además, tan solo en Sagunt se han rescatado a más de 40 personas, en un total de 23 operativos.
Con el calor, las playas se llenan de personas
Las altas temperaturas alimentan las ganas de ir a la playa. Que vaya más gente. Lo que supone que aumente la posibilidad de que haya algún incidente. «Un gran número de personas se ahoga a escasos metros de la orilla, con agua a la altura de la rodilla», explican desde Cruz Roja. Se trata de personas mayores y con patologías. Por ello, insisten en que «quienes tengan dolencias médicas deberían avisar a los socorristas para evitar sustos».
El calor provoca desorientación, mareo y aumento de la temperatura corporal, además de posibles efectos secundarios en determinados medicamentos. Por tanto, la precaución es fundamental durante el baño. Con la bandera amarilla, entrar al mar no está prohibido, pero se debe extremar la atención y ser prudente. «Prudencia es que los pies toquen el suelo, porque si dejan de hacerlo quedamos a merced de las corrientes marinas, y nos pueden engullir. Siempre estamos recordando que el mar no es una piscina»

Un socorrista vigila la playa de El Perellonet, ayer, con bandera roja / Germán Caballero
Un reglamento homogéneo
Lo que más destaca del socorrismo es su precariedad laboral. Perelló, denuncia que están expuestos a muchos riesgos: «Estamos expuestos al sol muchas horas, las vidas de muchas personas están bajo nuestra supervisión y solo cobramos el Salario Mínimo Interprofesional». Este se trata de un trabajo temporal, para cuatro meses. Además, destaca la poca formación. Por ello piden a la administración una normativa común, al menos, para la Comunitat Valenciana. «La Unión Europea exige tiempo de formación mínima de 400 horas, pero aquí hay quien con dos semanas se ha sacado el cursillo», insiste. Así, el plan de prevención de ahogamientos que piden consta de una campaña de concienciación a la sociedad, una legislación para el socorrismo y formación para los trabajadores.
- Hazte Oir arremete contra la jueza de la dana por descartar la responsabilidad penal de la CHJ
- La Generalitat niega manipulaciones en la fotografía de Mazón entrando al Cecopi
- Una llamada a la ministra y un puente construido en 72 horas: el Ejército reconecta Loriguilla
- La nieve llega al interior de Valencia
- El bombero que confinó a la familia: 'Revisé el piso y no había humo. Estaban muy asustados, pero era lo más seguro y les dije que se quedasen ahí
- ¿Por qué la jueza no ha imputado a ningún responsable de la CHJ?
- Emergencias que sí funcionaron el 29-O y por las que ha preguntado la jueza de la dana
- Me quedé atrapado. Era un soplete a mil grados. No había salida. Al final, me quité la máscara y me tumbé en el suelo a morir