La Reserva de la Biosfera de l’Albufera sumará 44.729 hectáreas en tres áreas
Las dos primeras zonas se corresponden con la superficie actual del parque natural y la tercera es la que actúa de transición
La propuesta con la nueva delimitación es el primer paso exigido por la Unesco

Imagen panorámica de l'Albufera de València / Miguel Ángel Montesinos

La futura Reserva de la Biosfera de l’Albufera alcanzará las 44.729 hectáreas con la nueva propuesta de zonificación de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio incluida en la candidatura que ahora se remitirá a la Unesco. La zona central comprende en gran medida al lago y su orla perimetral, con 3.192’37 hectáreas. Casi todas ellas son propiedad del Ayuntamiento de València, a excepción de 31,25 que corresponden al término municipal de Sollana. Le sigue el área de amortiguación, con 17.752,11 hectáreas. La novedad es una tercera franja, de transición y con 23.784,91 hectáreas, con lo que en total se doblaría la superficie del parque natural.
Candidatura de trece municipios
La delimitación de esos tres espacios diferenciados es una de las principales exigencias para optar al reconocimiento internacional del organismo de la ONU. Objetivo que ahora persiguen València, Albal, Albalat de la Ribera, Alfafar, Algemesí, Beniparrell, Catarroja, Cullera, Massanassa, Sedaví, Silla, Sollana y Sueca. Es en el núcleo de la Reserva de la Biosfera donde la protección es más estricta, con figuras como el Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) o el Plan de Ordenación de Recusos Naturales (PORN) - ambas herramientas actualmente en elaboración- que contribuyen al blindaje del paisaje, sus distintos ecosistemas y las especies autóctonas.
En el espacio calificado como tampón o amortiguamiento se desarrollan actividades compatibles con prácticas ecológicas que refuerzan la investigación científica, la vigilancia, la formación y la educación ambiental. En el caso de l’Albufera éste coincide con el ámbito del actual paraje protegido desde 1986 por la Generalitat, que cuenta con poco más de 21.100 hectáreas. Básicamente se trata de arrozales y acequias, en un complejo pero necesario equilibrio de las actividades agrícolas con las exigencias biológicas de un hábitat de la Red Natura 2000.
En la tercera área, la de transición, las comunidades promueven diferentes usos económicos de carácter sostenible a nivel sociocultural y ecológico, tal como determina la Unesco.

Un paseo en barca en la Albufera. / J.M.López
Lo cierto es que como destacaron en la Lonja la alcaldesa de València, María José Catalá y el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, el objetivo es apoyarse en la ciencia y las universidades valencianas para promover la conservación, con estudios de la capacidad de absorción de CO2 del enclave, por ejemplo. También garantizar el óptimo estado de l’Albufera y cumplir todos los requisitos que exigen las figuras de protección y la Directiva Marco del Agua. Algo complicado si falta el recurso hídrico, como ocurrió en otoño. Ayuntamiento y Generalitat han abierto un frente ante el Gobierno para reclamar los caudales contemplados en el Plan Hidrológico del Júcar. El Consell ha iniciado ya los trámites para recurrir a la vía judicial autorizando a la Abogacía de la Generalitat.
Medio Ambiente, como responsable de la gestión del parque natural, es el que lleva a cabo desde 1994 un seguimiento de las zonas húmedas de la Comunitat Valenciana, que en l’Albufera incluye tanto los ambientes acuáticos del lago como las acequias y el marjal. En la laguna somera se toman muestras mensualmente y en el resto de lugares bien de forma trimestral o estacional si se trata de puntos de vertido de las depuradoras o los ullals. El gobierno valenciano ha ido adquiriendo terrenos en la orla del lago, como la Tancaeta de Burriel o el Tancat de la Ratlla, para garantizar la regerenación de flora y fauna de especies desaparecidas en el colapso ambiental de los años setenta.
Protección del cordón dunar
La protección de las zonas dunares es otra de las actuaciones esenciales que se persiguen en los últimos años, ya que además actúan como barreras naturales contra la erosión de unos temporales cada vez más extremos por la crisis climática. Entre las actividades en este fragil ecosistema figuran la recuperación de estas estructuras. La eliminación de las exóticas invasoras es otra de las taréas de las brigadas de biodiversidad coordinadas desde el servicio de Vida Silvestre de la Generalitat. Estos proyectos de restauración, vitales para aumentar la resiliencia de las costas, son algunos de los preceptos que marca la Unesco a los miembros del selecto club de Reservas de la Biosfera.
La designación permitiría a los trece municipios incluídos en el parque natural beneficiarse de ayudas para programas de investigación y puesta en marcha de iniciativas no solo de conservación sino de desarrollo económico ligado al medio ambiente. Así ocurre en las Reservas de la Biosfera del Alto Túria y el Valle del Cabriel, que obtuvieron el reconocimiento en 2019. En el caso de la primera su territorio, casi 68.000 hectáreas, excede los límites de la Comunitat Valenciana para adentrarse en Castilla-La Mancha aunque sus ocho localidades apenas alcanzan los cinco mil habitantes. En la segunda sus más de 421.000 hectáreas - de las más grandes de España- se reparten de nuevo por Castilla-La Mancha y también Aragón . Sus 52 pueblos suman poco más de 27.000 habitantes. Una realidad diametralmente opuesta a la de l’Albufera, enclavada en pleno cinturón metropolitano de València y con la enorme presión demográfica de su más de un millón de ciudadanos que dificultan el siempre complicado reto ambiental.
En cualquier caso, como coincidieron las autoridades locales y autonómicas en la presentación de la candidatura el pasado jueves en la Lonja de la Seda, «se trata de una oportunidad para que todas la poblaciones limítrofes a este lago nos comprometamos a mantenerlo, respetarlo, cuidarlo y ponerlo en valor».

Propuesta de zonificación de l'Albufera / LEVANTE-EMV
Una revisión cada diez años para mantener la designación
España alcanzó en 2024 el número de 55 Reservas de la Biosfera, distribuidas por 16 de las 17 comunidades autónomas concuatro de ellas transfronterizas: tres con Portugal y una intercontinental con Marruecos. El reconocimiento al que ahora opta l’Albufera se sumaría al que ya obtuvo en 1989 al ser declarado Humedal de importancia Internacional por sus características como hábitat de aves acuáticas. Además es parte integrante de la Red Natura 2000 - al haber sido declarada como Zona de especial protección de las Aves (ZEPA) en 1990 y seleccionado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) desde 2006. Además, algunas partes de su ámbito han sido también señaladas como Microrreserva de Flora y como Reserva de Fauna. Ser Reserva de la Biosfera comportará la obligación de una revisión periódica fijada en diez, con un informe técnico que se somete a la evaluación del Comité Consultivo sobre Reservas de Biosfera que emite recomendaciones a cumplir para evitar la retirada del reconocmiento.
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