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El PP tumba las peticiones de Vox en inmigración en un pleno tenso con la izquierda

Los populares son derrotados sobre financiación al no devolverles Compromís el apoyo previo

La bancada de la izquierda, vacía en una intervención del PP, ayer.   | JOSÉ CUÉLLAR/CORTS

La bancada de la izquierda, vacía en una intervención del PP, ayer. | JOSÉ CUÉLLAR/CORTS

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

València

Después de muchas horas de debate, con momentos de alta tensión en las Corts, llegaron las votaciones y estas evidenciaron que la inmigración es el principal tema de discrepancia entre PP y Vox, que pese a ello los voxistas son el socio más viable para el Consell, que los populares quieren incidir en la pinza con Compromís por la financiación aunque sufre desgaste y que el choque verbal más duro para el Ejecutivo autonómico está en la izquierda.

Mazón celebra anoche junto a la bancada del PP las votaciones al final del debate de política general. | JOSÉ CUÉLLAR/CORTS

Mazón celebra anoche junto a la bancada del PP las votaciones al final del debate de política general. | JOSÉ CUÉLLAR/CORTS

Son las cuatro conclusiones con las que se terminó el debate de política general, el primero tras el cambio de gobierno, que ayer dejó un pleno bronco, con la salida de los diputados socialistas y valencianistas como la escenificación de esta confrontación, pero que también tuvo llamadas al orden y una combinación de gritos que obligaron a recordar que el hemiciclo no es «un campo de fútbol».

Toda la diatriba verbal acabó reflejada en la pantalla de votaciones, donde la izquierda y el PP se anularon en prácticamente todos los puntos. Los socialistas vieron tumbadas sus 12 propuestas, cruzándose voto en contra en totalidad de mociones con PP y Vox, algo similar a lo ocurrido con las planteadas por los valencianistas de las cuales solo una, la relativa a financiación, recibió el apoyo del PP —y el rechazo de PSPV—.

Esta fue la única de las propuestas sobre la reforma del modelo de reparto y sus derivadas —había tres— que salió adelante, pero dejó claro que la unidad de reivindicación queda en el pasado. El apoyo de los populares a los valencianistas no se extrapoló después a la propuesta del PP y Compromís se abstuvo, lo que impidió que saliera adelante, algo que Carlos Mazón le reprochó a Joan Baldoví desde su escaño.

Relación entre ‘exsocios’

Esta fue la primera y única derrota parlamentaria que vivió el partido de gobierno, que apenas notó las dificultades de estar en minoría tras la salida de Vox. Los voxistas lanzaron ayer varios avisos retóricos, señalando que no esperaran «un cheque en blanco, ahora ya no estamos en el gobierno», pidiéndoles «valentía» para algunas medidas o incluso señalando el riesgo de que sus votantes se sientan «estafados» que, sin embargo, no acabaron trasladándose a la pantalla de votaciones ya que sus exsocios respaldaron todas las mociones del PP salvo financiación.

En las presentadas por Vox, quedó claro que la gestión de la inmigración, tema con el que Santiago Abascal justificó la ruptura de los gobiernos autonómicos, es un frente de discrepancia. El PP tumbó la resolución de Vox sobre el tema, en la que pedía, entre otros puntos establecer la «prioridad nacional» en las ayudas públicas o la repatriación de las personas en situación irregular a sus países de origen o a Bruselas. «Estamos muy lejos de sus planteamientos», justificó el síndic del PP, Juanfran Pérez Llorca.

No fue el único punto de los voxistas que los populares tumbaron. Lo hicieron también con la propuesta sobre política lingüística e industria. Los populares se esmeraron en que cada debate con los voxistas, incluido en aquellas que votaron en contra, fuera acompañado de buenas palabras, incidiendo en los puntos de acuerdo, en lo realizado en el año de gobierno juntos y en invitaciones a «seguir trabajando» y focalizando las críticas hacia la izquierda de forma recurrente.

«Que se besen, que se besen», acabaron cantando PSPV y Compromís ante las muestras de cariño de los exsocios. Al fin y al cabo, lo de ayer fue una primera prueba y visto lo visto, Vox se mostró como el único voto viable para que Carlos Mazón pueda aprobar los presupuestos del próximo año.

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