La Diputación de Valencia abordará en el pleno el "tasazo" a la basura en 2025
El nuevo tributo, obligatorio ya en 2025, debe financiar todo el coste del servicio y pide que se incorporen sistemas para medir lo que se genera

Recogida de basura en Valencia. / Agustí Perales Iborra

Aunque es un asunto que suele quedar fuera de los titulares y no se aborda en los grandes debates, la nueva tasa de basuras que van a tener que aplicar los municipios a partir de abril de 2025 será uno de los principales quebraderos de cabeza en el municipalismo de la Comunitat Valenciana en este otoño e invierno.
Tal como informaba Levante-EMV este domingo, la mayoría de ciudades valencianas están preparando ya sus alternativas para implantar este nuevo tributo que debe financiar el servicio de recogida, transporte y tratamiento de residuos sólidos urbanos. La diferencia con la tasa que muchos ayuntamientos cobran ahora mismo a sus vecinos es que este nuevo tributo, de obligado cumplimiento a partir del 10 de abril de 2025, no puede ser deficitario.
¿Qué significa eso? Que lo que se repercutirá a los vecinos debe dar una cobertura que se aproxime lo máximo posible al coste real del servicio. Y eso va a suponer un incremento exponencial en los recibos, de hasta cuatro veces más en algunos casos, ya que en este momento lo que recaudan los ayuntamientos se queda en muchos casos en el 60 % de lo que realmente cuesta.
Y la preocupación de muchos ayuntamientos ha llegado al punto de que la Diputación de Valencia va a abordar este asunto. Preocupación no solo por el rechazo vecinal que puede generar, sino también por la implementación de un nuevo impuesto con unas particularidades técnicas complejas.
Vox presentó ayer una moción para el próximo pleno -se celebra el lunes, 30 de septiembre- en la que reclama que desde la diputación «se pongan en marcha medidas de asistencia y apoyo a los municipios de nuestra provincia que tengan por finalidad el asesoramiento técnico necesario para cumplir con los requisitos establecidos en relación con la aplicación de esta tasa».
Y es que cabe recordar que esta normativa, que viene del Gobierno y que sigue las exigencias de la Unión Europea, persigue reducir la generación de residuos y concienciar sobre este asunto. Y uno de los mecanismos que utiliza para ello es el del pago por generación de residuos. Es decir, que el que más contamine, más contribuya. Una filosofía compleja de aterrizar en la práctica. Según explica el Ministerio de Hacienda en una guía remitada a los ayuntamientos, las entidades locales «deberán incorporar gradualmente elementos que tengan en cuenta el comportamiento de los ciudadanos en la generación de residuos». Un sistema avanzado, ponen como ejemplo, incorporaría una cuota fija y otra variable individualizada en función del comportamiento del vecino, por ejmplo, con contenedores inteligentes que permitan medir lo que genera cada ciudadano.
Dificultad técnica
Desde el Ayuntamiento de Valencia, la ciudad más grande de la C. Valenciana, ya reconocían la dificultad de determinar lo que contamina cada vecino. De hecho, los diferentes ayuntamientos que ya han hecho públicas sus ordenanzas recurren a diferentes sistemas. Algunos fijarán la tasa por el tamaño de la vivienda y por el uso residencial o económico; otros lo determinarán a través del consumo de agua. Y muchos otros están esperando estudios encargados para afrontar la implementación de este tributo.
Ya el pasado mes de mayo, la Asociación Nacional de Inspectores de la Hacienda Pública Local (ANIHPL) alertaba de que esta nueva tasa puede provocar un caos tributario y conllevar litigios con un coste para la administración.
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