Análisis
La fortuna en el extranjero de Eduardo Zaplana
Eduardo Zaplana siempre ha negado haber tenido dinero en el extranjero o haber cobrado comisiones. Dos mantras que la sentencia del caso Erial conocida esta semana desmienten ya que lo consideran el titular en la sombra de las cuentas en Andorra, Luxemburgo y Suiza, procedentes de comisiones.

Eduardo Zaplana abandona la Ciudad de la Justicia el 1 de febrero, cuando se suspendió el juicio del caso Erial. / Germán Caballero
La «baraka» de Eduardo Zaplana, que en 27 años de vida pública nunca pisó un estrado judicial, ni siquiera como testigo, se acabó el 22 de mayo de 2018, cuando fue detenido por el caso Erial. Dos días después se convirtió en el primer «Molt Honorable» que ingresaba en prisión. En el centro penitenciario de Picassent permaneció nueve meses, junto a sus dos testaferros, hasta que los investigadores del caso Erial recuperaron 6,7 millones de euros de su fortuna y lo dejaron en libertad (y no por motivos de salud, como erróneamente se cree).
El pasado 15 de octubre Zaplana se convirtió en el segundo Molt Honorable en ser condenado. A diez años y cinco meses de cárcel, 17 de inhabilitación especial para empleo o cargo público, otros 10 de inhabilitación al derecho de sufragio pasivo y una multa de 25 millones de euros. El primer Molt Honorable en ser condenado (el 12 de enero de 2017 a un año y medio de prisión por falsedad y delito contra la Hacienda Pública) fue José Luis Olivas, absuelto en esta causa.
Desde que fue detenido y hasta el juicio de Erial celebrado de febrero a mayo de 2024, Zaplana proclamó su inocencia y siempre negó haber tenido dinero en el extranjero. Dos mantras que no reiteró en el breve comunicado remitido el martes tras conocer la sentencia.
El fallo de la sección cuarta de la Audiencia de València dictado por los magistrados Pedro Castellano, Isabel Sifres y Cristina Badenes es contundente sobre su fortuna en el extranjero. «Eduardo Andrés Julio Zaplana Hernández Soro era el verdadero titular de los fondos» o «el titular real o último beneficiario» de las cuentas abiertas en Luxemburgo, Andorra o Suiza. Aunque todas figuraban realmente a nombre de sus testaferros.
Las cuentas de Andorra
«La organización de Eduardo Zaplana constituyó un entramado societario en Panamá con cuentas bancarias en Andorra, para recibir dinero también de procedencia ilícita», acusaba la Fiscalía Anticorrupción y recoge la sentencia. Hasta 9,8 millones de euros llegaron a tener ingresados en las 5 cuentas abiertas en Andorra a nombre de Joaquín Barceló Pachano, el amigo de juventud y testaferro, o de empresas panameñas (Merceron, Puncak, Adua o Plaza Fountains). Joaquín Barceló Pachano declaró en el juicio que todo este dinero era de Zaplana. Y los magistrados creen su versión. «Se trata de cantidades obtenidas por él [Zaplana] en su condición de político».
La sombra de la sospecha es que este dinero procedía de las comisiones pagadas en Terra Mítica, el parque temático de Benidorm impulsado por Eduardo Zaplana. Fue su primer proyecto faraónico y también el primer caso en ser judicializado en la etapa del PP. Dieciocho empresarios y dos directivos (uno de ellos Justo Valverde, excuñado de Zaplana) fueron condenados por estafar 6,3 millones a la Hacienda Pública y 1,3 millones al parque temático durante su construcción. Dos empresarios confesaron que se pagaron hasta 3.000 millones de pesetas en comisiones ilegales y que Zaplana era uno de los comisionistas. Un hecho que nunca se pudo demostrar.
Los Cotino en Luxemburgo
Los Cotino crearon en Luxemburgo las mercantiles Imison International SA y Fenix Investments. Inicialmente con 640.000 euros que el fallecido Juan Cotino llevó en mano a Luxemburgo, de forma ilegal, cuando era director general de la Policía.
Ambas sociedades acabaron en manos de Joaquín Barceló (Imison) y Juan Francisco García (Fénix) una vez sus cuentas engrosaron con los 6,4 millones ingresados por los Cotino, a cambio de las adjudicaciones de las Inspecciones técnicas de vehículos (ITV), ya que del Plan Eólico no ha quedado demostrado que pagaran mordidas (aunque también fueron adjudicatarios).
Inversiones en Suiza y España
Parte de este dinero se entregó al testaferro uruguayo Fernando Belhot para que lo reinvirtiera. Yparte retornó a España a través de las empresas creadas por el asesor fiscal Francisco Grau (condenado a cinco años) a nombre de «Pachano» para garantizar dinero en efectivo a Zaplana (hasta 2,4 millones recibió de su testaferro uruguayo) o realizar las inversiones inmobiliarias en Madrid (La Finca, el piso de Núñez de Balboa), la Vila-Joiosa y Altea.
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