Igualdad

Paula Iglesias (FELGTBI): “Trabajaremos para que las terapias de conversión sean consideradas eurocrímenes”

La presidenta más joven de la Federación Estatal LGTBI cree que las nuevas generaciones están más abiertas a la diversidad pero más expuestas a los discursos de odio

Asegura que la Ley Trans "garantiza derechos sin borrar a nadie"

Paula Iglesias, presidenta de la Federación Estatal de personas LGTBI

Paula Iglesias, presidenta de la Federación Estatal de personas LGTBI / Miguel Angel Montesinos

València

En redes sociales, Paula Iglesias se define profesionalmente como psicóloga y médica y, personalmente, como una “idealista sin remedio”. Han pasado quince años desde que pisó por primera vez la sede de Lambda en València y se inició en el activismo LGTBI. Ahora, con 34 años, se ha convertido en la presidenta más joven de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTBI), que agrupa a 55 entidades, y de la que fue vicepresidenta con la anterior presidencia de Uge Sangil. Como joven, sabe que la generación Z está más expuesta que nunca a los discursos de odio. Como mujer, sabe que el verdadero feminismo es el que no excluye a ninguna mujer, tampoco a las trans. Como activista, sabe que hay que llegar a acuerdos con las instituciones, como el Pacto de Estado contra los discursos de odio, y que la mejor voluntad política es la de sentarse a trabajar. Por ejemplo, para que las leyes reconozcan las identidades de las personas no binarias o intersexuales, o para que las terapias de conversión sean consideradas eurocrímenes.

¿Cómo comenzaste en el activismo LGTBI?

Entré por la puerta de Lambda en 2009, al grupo joven. Luego pasé a coordinarlo durante un tiempo y pasé a la ejecutiva de Lambda, donde llevé la vocalía de Voluntariado. Unos años después pasé a formar parte de la ejecutiva de la Federación Estatal LGTBI, primero como secretaria, luego en la primera candidatura de Uge como vocal de políticas estratégicas y estos últimos tres años en la Vicepresidencia de Uge (Sangil) hasta este domingo, cuando asumí la presidencia de la Federación.

¿Qué te hizo dar el paso?

En primer lugar, que no contaba con referentes, no tenía a nadie en mi entorno que fuese LGTBI, me sentía un poco sola en ese sentido, así que me acerqué a Lambda para poder conocer al colectivo y luego una vez entras te das cuenta de todas las discriminaciones que sufres, empiezas a ser consciente de la LGTBIfobia y de todo lo que queda por hacer, ahí me enganché a lo que era el trabajo diario y el activismo.

¿Cuáles son las principales líneas de acción o las prioridades de la nueva directiva de la Federación contigo al frente?

Esta nueva Comisión Ejecutiva recoge el trabajo de la anterior y en este sentido estamos impulsando el Pacto de Estado contra los discursos de odio hacia los grupos vulnerables, que es el tema que ahora mismo más nos preocupa por el auge de los discursos de odio y las consecuencias que están teniendo a nivel de agresiones y de delitos de odio. Otra de las líneas estratégicas, aparte de seguir trabajando en la educación en diversidad y en ámbitos como el laboral o el sanitario, es empezar a visibilizar más identidades que han estado más invisibilizadas como las personas no binarias o las personas intersexuales.

Paula Iglesias durante la entrevista

Paula Iglesias durante la entrevista / Miguel Angel Montesinos

Has mencionado como prioridades el trabajo en el ámbito laboral y en el sanitario. ¿Cuáles son las principales discriminaciones que observáis en esos ámbitos más cotidianos?

El ámbito laboral es donde pasamos la mayor parte del día y donde se pueden dar discriminaciones y, sobre todo, nos preocupan las que son más implícitas, como que muchas personas LGTBI vean restringidos derechos como el de obtener permisos a la hora de casarse, por poner solo un ejemplo. En ese sentido, desde la Federación tenemos dos programas -Emidis y Yes we trans- que trabajan con las empresas para ayudarles a integrar la diversidad dentro dentro de los centros laborales. Además, recientemente hemos acordado el Decreto ley para para los planes de diversidad en las empresas y, de hecho, la ministra de Trabajo, tanto en el Orgullo como en la inauguración de nuestro congreso, se comprometió también al desarrollo de un protocolo de acompañamiento en el ámbito laboral para las personas trans, que son el colectivo que más nos preocupa en el ámbito laboral porque ha sido muy discriminado y sufre altas tasas de paro. Por su parte, en el ámbito sanitario nos preocupa que muchas veces en los profesionales tienen poca formación a la hora de tanto de tratar la diversidad o de tener presente que esa diversidad pueda aparecer por la puerta de consulta y eso tiene repercusiones sobre la salud física. Por ejemplo, el profesional sobre todo de Ginecología y Urología no tiene en mente que una persona trans pueda atravesar las puertas de la consulta. También ocurre en mujeres que tienen relaciones con mujeres y a las que se les presupone cishetero y no se contempla que puedan tener relaciones con otras mujeres. Estos prejuicios obligan a la persona a tener que visibilizarse y romper ciertos estereotipos. Además, se nos expone a mucha desinformación y, en ocasiones, el mal menor es que el paciente no vuelva a aparecer por esa consulta. Por último, nos preocupa la salud mental. Creo que todas tenemos claro que que ser LGTBI no conlleva, por sí, problemas de salud mental, pero sí que hay que tener en cuenta que la LGTBIfobia social a la que estamos expuestas sí que tiene repercusiones sobre nuestra salud mental y habrá que atajarla en algún momento.

Desde la Federación habéis destacado que la nueva comisión ejecutiva está compuesta de perfiles muy variados. ¿Por qué consideráis importante esa apuesta por la interseccionalidad?

Somos un equipo muy diverso. Tenemos personas asexuales, personas bisexuales, personas trans, personas no binarias… Pero también personas de diferentes edades, porque nos parecía importante incorporar una perspectiva joven, que recoja nuevos discursos. En eso yo creo que la Federación ha hecho una apuesta potente porque, a mis 34 años, soy la persona más joven que asume el cargo en los 32 años de vida de la FELGTBI. También hemos incorporado a personas que viven en el entorno rural o personas con discapacidad, porque lo que queremos hacer ver que es que todas esas disidencias que nos atraviesan a todas nos acercan más a la población. Además, para nosotras esa diversidad no es una amenaza, sino que es un valor que nos enriquece y también como equipo porque podemos tener otras perspectivas y trabajar en distintos ámbitos.

Entrevista con Paula Iglesias, presidenta de la Federación Española de personas LGTBI

M. Á. Montesinos

Hablando de esa perspectiva joven y, desde el contacto con esas generaciones, ¿está la juventud ahora más comprometida y abierta a la diversidad, es más permeable a los discursos de odio o ambas cosas a la vez?

Creo que vivimos un momento agridulce. Es cierto que hay una generación que se plantea cosas que quizá no podíamos plantearnos hace 20 años y que tiene mayor acceso a través de las redes sociales a referentes y a información sobre el colectivo. Pero también es cierto que convive con los discursos de odio a los que también puede tener acceso a través de esas redes, que los amplifican. Y es preocupante, porque tenemos datos que nos indican que la Generación Z ha aumentado su discurso de odio, sobre todo entre los chicos. Es la consecuencia de la amplificación de los discursos de odio en redes sociales y de su legitimación en altas esferas.

Accedes al cargo después del anterior mandato en el que el colectivo LGTBI y su relación con el feminismo ha estado en el centro del debate, sobre todo a raíz de asuntos como la Ley Trans. ¿Qué impacto ha tenido esta polémica para el colectivo y cómo es ahora la relación con movimientos feministas?

El colectivo LGTBI y el feminismo siempre han ido de la mano, y siguen yendo de la mano. Yo creo que esa parte mal llamada feminista desde mi punto de vista no defiende los valores del feminismo, que es que ninguna compañera se queda atrás. Al final, el feminismo lucha por la igualdad de todas y no debe excluir a ninguna mujer de esa lucha. La Ley LGTBI lo único que hace es garantizar derechos sin borrar a nadie, porque dar derechos a una parte de la población nunca conlleva la merma de otras personas. ¿Qué queda por hacer? Pues se han quedado fuera de la ley y trabajaremos por visibilizar la identidad de las personas no binarias. Y con respecto a los menores intersex, sí que es verdad que la ley hace referencia a la prohibición de cirugías y de tratamientos hormonales, pero la redacción final ha quedado un poco ambigua, en el sentido de que esta prohibición se aplicará siempre que no exista un consejo médico que recomiende lo contrario. Por eso, asociaciones de madres y padres nos piden que la redacción sea algo más concreta y trabajaremos para ello.

Otro asunto polémico o que genera diversidad de opiniones en el colectivo es el de los vientres de alquiler. ¿Existe un posicionamiento de la Federación LGTBI sobre el tema?

No, no existe todavía. Claro, al final la Comisión Ejecutiva lo que hace es guiarse por las líneas estratégicas que establecen las entidades, ahora mismo 55. Durante el congreso del pasado fin de semana, hemos debatido y reflexionado sobre cuáles deberían ser las líneas estratégicas en los próximos tres años y las entidades de Federación no han llegado a un posicionamiento conjunto en este tema. Hasta que no lo hagan, pues no, no formará parte de nuestra línea estratégica.

En la Comunitat Valenciana recientemente se han conocido casos de supuestas terapias de conversión de personas LGTBI en centros escolares. ¿Cómo se ha llegado hasta este punto y cómo deberían castigarse y prevenirse estas pseudoterapias?

Es muy grave, porque este tipo de pseudoterapia se aprovecha de la vulnerabilidad del colectivo de que la persona pueda estar viviendo un ambiente hostil en casa, a nivel social o escolar, que le puede llevar a buscar esto pensando que puede ser la puerta a la salida de su sufrimiento. Y es muy grave que un supuesto profesional se aproveche de esa vulnerabilidad para, con una base ideológica, generar mucho sufrimiento, porque sabemos que someterte a este tipo de pseudoterapias luego tiene muchas repercusiones a nivel de salud mental. La ley sí que prohíbe estas terapias de conversión con sanciones administrativas, pero a partir de la Federación estamos trabajando en conjunto, impulsando una iniciativa para que estas terapias sean consideradas eurocrímenes y que se juzguen como tal. Hemos empezado con una recogida de firmas hasta mayo de 2025 y seguiremos peleando.

¿Cómo es la relación de la Federación con el Gobierno de España?

Ahora mismo con el Ministerio de Igualdad la verdad es que la predisposición es es a trabajar. Por eso, desde la nueva presidencia y desde la nueva Comisión Ejecutiva esperamos que siga esa predisposición, que es la que ha llevado a que ahora estemos impulsando conjuntamente el pacto de Estado contra los discursos de odio.

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