Dana catastrófica en Valencia

La gota fría más adversa del siglo y la más catastrófica desde las tragedias de 1982 y 1987

La Dana del martes arroja un impacto y registros superiores a la de septiembre de 2019, que arrasó la Vega Baja y la Vall d’Albaida

La nueva realidad del cambio climático es una combinación fatal de fenómenos extremos: lluvias explosivas, tornados y avenidas devastadoras

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J. M. López

Minerva Mínguez

“No hay dos situaciones meteorológicas iguales y cada una tiene sus características. Provoca graves efectos en las zonas próximas, pero diferentes”. Lo cierto es que el primer análisis de la Aemet es que la gota fría del martes es la más adversa del siglo en la Comunitat Valenciana, con un impacto y registros superiores a la Dana de septiembre de 2019, la que arrasó la Vega Baja y la Vall d’Albaida. El episodio que sembró el caos y la devastación hace apenas 24 horas “estaría a la altura de los dos grandes temporales de los años ochenta, el de octubre de 1982 y el de noviembre de 1987”. Está entre los tres más intensos del último siglo, con una cifra de víctimas mortales cada vez más desgarradora. Cincuenta y una en el último balance oficial.

En octubre de 2000 se registraron lluvias torrenciales, pero fue un fenómeno prolongado. De varios días y menos catastrófica que la de 1982, 1987 y 2024. ¿Lo sucedido tiene relación con el cambio climático? “Los patrones de precipitación se están alterando en nuestro territorio. Varios estudios apuntan hacia lluvias más torrenciales y de corta duración”, explica Aemet. “No es posible que la temperatura del aire y del mar esté aumentando y todo lo demás siga igual”, remarca, para concluir: “Estamos en un planeta más cálido y con más disponibilidad energética”. "Con más energía en la atmósfera la meteorología va a ser más violenta", como recordaba Jorge Tamayo, delegado de la Aemet en la Comunitat Valenciana, en una entrevista a Levante-EMV.

Caos y destrucción en la V-30 en la mañana del miércoles.

Caos y destrucción en la V-30 en la mañana del miércoles. / José Manuel López

Extremización de los fenómenos extremos

La extremización de los fenómenos extremos es la nueva realidad en la que las Administraciones deben trabajar. Una reflexión que no para de lanzar, con insistencia, Shamira Khodayar, directora del grupo de meteorología y climatología del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo. El catedrático Jorge Olcina es de los que lleva tiempo ya advirtiendo sobre los efectos catastróficos de las bautizadas como lluvias explosivas. Capaces de descargar enormes trombas, con hasta 100l/m² en poco tiempo que apenas dejan margen en los puntos más vulnerables del territorio. Especialmente en aquellos donde se ha construido en zonas inundables.

Imagen de los puntos más confictivos del martes.

Imagen de los puntos más confictivos del martes. / Aemet

Fuerte temporal marítimo también

En la zona de desembocadura el fuerte temporal marítimo, además, impide el desagüe normal de las ramblas, barrancos y cauces que llegan muy crecidos, desbordados en la mayoría de los casos. La mar gruesa, con olas de hasta 6,5 metros junto con los ríos crecidos, es sinónimo de inundación en los puntos del litoral y en este caso de las pedanías del sur del área metropolitana de València. Una combinación fatal de elementos que sembró el desconcierto. Cuando la alerta de Emergencias sonó por la noche, tras horas de caos y destrucción, mucha gente se encontraba atrapada en tres puntos fatídicos: la A3, la V-31 y la V-30. Sin hablar de los arrastrados por la avalancha de agua y lodo en numerosas poblaciones, especialmente en l’Horta Sud.

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