La urbanización de Calicanto abandonada: “Nos sentimos desamparados porque aquí no viene nadie a ayudarnos”

La estampa que ha dejado la Dana en la conocida urbanización de Calicanto es desoladora. Los accesos continúan cortados y los vecinos llevan desde el pasado martes sin luz ni agua. Algunos han podido desplazarse este jueves a la zona comercial de l’Alberca para poder comprar alimentos de primera necesidad. “Estamos totalmente incomunicados. No hay luz y la cobertura para los teléfonos móviles es muy mala. Pero todavía tenemos que dar gracias de estar bien. Hemos sobrevivido a esta catástrofe y solo nos queda esperar a que todo vuelva a la normalidad. De momento nos estamos abasteciendo con latas de conserva, fiambre y fruta que tenemos por casa ya que no podemos cocinar”, lamenta Carmen sin apenas cobertura en su teléfono y vecina de Calicanto.

El desbordamiento del barranco del Poyo afectó considerablemente a las urbanizaciones próximas a Torrent, entre ellas Calicanto. “Nos sentimos desamparados porque aquí no viene nadie a ayudarnos”, contaba Carmen esta misma mañana. Alertaba de que no había aparecido ningún vehículo de emergencias. “Ayer recibí un mensaje que sobre las 22 horas volvería la luz pero seguimos igual”, lamenta. Sin embargo, añade que, por suerte, los vecinos de la zona están bien.

Es por ello que hoy muchos vecinos se han desplazado a la zona comercial que está a 3Km de la urbanización en busca de agua y de alimentos. “Hemos ido a comprar algo de comida y a poner gasolina porque al estar sin luz solo podemos cargar los móviles con el coche. Iberdrola nos ha enviado varios mensajes diciendo que volvería hoy la luz y luego otro desdiciéndose y la nevera ya se ha descongelado. Lo único que tenemos es la radio”, contaba Salvador. Explicaba también que estaban utilizando el agua de la piscina para aseo personal. 

La entrada a la urbanización de Chiva ha quedado totalmente devastada. Además, como relatan desde esta urbanización, la imagen es desgarradora. “El martes me quedé atrapado en la carretera de Torrent a la altura del restaurante ‘La Curra’. Hasta llegar a ese punto no sabía el alcance de la situación. La carretera estaba destrozada, los puentes que unen la urbanización con Torrent estaban derrumbados y los coches empezaban a flotar y tenías que ir esquivándolos. El agua venía como un río y algunos de los vehículos se quedaron apilados sobre la rotonda de la entrada. Pude avisar a mi familia pero después de tantas horas me quedé sin batería y completamente incomunicado. Con suerte, y después de casi siete horas pude llegar a casa”, relata Salvador.