DANA Valencia
Ana Camarasa: “Con toda la información, se podía haber dado la alarma antes incluso de la inundación en cabecera”
La catedrática de geografía física de la Universitat de València Ana Camarasa, especialista en la rambla del Poyo, cree que la alerta llegó "tardísimo"
Cree que la previsión "se ha quedado corta"

Ana Camarasa (UV) / UV
Con la información del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) y con las alertas meteorológicas, los responsables políticos tenían las herramientas para seguir el episodio de la DANA en tiempo real y para tomar medidas antes incluso de las inundaciones en cabecera, es decir, antes de las tres de la tarde. A esa hora, el barranco se desbordó y el agua inundó Chiva. Según la catedrática de geografía física de la Universitat de València Ana Camarasa, especialista en la rambla del Poyo, todo lo que ocurrió a partir de esa hora, o al menos la pérdida de muchas vidas humanas, se podría haber evitado si la alerta de Protección Civil se hubiera enviado cuando todavía podía ser útil.
¿Cómo es la rambla del Poyo y qué funciones cumple dentro del sistema hidrográfico valenciano?
Como todos los sistemas fluviales, tiene la función de recoger el agua de la lluvia y sacarla al mar. Lo que pasa es que la rambla de Poyo está muy cerca del área metropolitana de València y tiene una afección muy importante sobre un gran núcleo de la expansión urbana de la ciudad.
¿Tiene algunas particularidades geográficas que la hagan especialmente peligrosa en momentos de alerta meteorológica?
Es muy impermeable porque tiene una gran parte de su superficie con materiales arcillosos y margosos, además de que tiene mucha pendiente, como todas las ramblas. Además, tiene muchos puntos de desconexión o de desorganización de la red de drenaje, es decir, que no en todos los puntos está conectada con los ríos y todos sus afluentes. Tiene cauces que de pronto pierden su morfología y no llegan al mar, o que están desconectados. Así, el drenaje no es tan eficiente como en un río, donde todos los cauces están muy intercomunicados, y esto se debe a que la mayor parte del tiempo, la rambla está seca y no ha hecho la función erosiva que corresponde para que se labren esos cauces hasta la desembocadura. Y hay zonas donde se pierde el cauce y son zonas de desbordamiento, más allá de que salga o no el agua.
¿Qué le ocurrió a la rambla del Poyo 29 de octubre, el día de la DANA?
Fue un suceso extraordinario, muy muy extraordinario y muy grande, muy intenso. Lo que ocurrió fue que llovió muy intensamente en en toda la cuenca a la vez, no solo en cabecera o en la cuenca media, sino en toda la cuenca de la vez, con un episodio muy intenso que hizo que la lluvia se convirtiera en caudal rápidamente y que circulase con una gran velocidad. La rambla se conectó hidrológicamente y llevó mucha agua a la desembocadura, que es donde está la población asentada. El desbordamiento se produce en varios sitios: en la cabecera, afectando a Chiva y a Cheste, y también en la cuenca baja, donde afecta a muchos municipios de l’Horta Sud. Es un episodio sin precedentes. En 1957 hubo un episodio muy importante, la riada, pero la última vez que ocurrió así grande y de la que tenemos recuerdo, pero que no fue ni mucho menos como esta, fue en octubre del año 2000. También hubo muchos problemas de inundaciones con varios tipos de crecida en la rambla de Poyo, pero en ese momento hubo caudlaes de unos 500 metros cúbicos por segundo mientras que ahora se han superado los 2000 metros cúbicos por segunda cerca de Chiva, entre Chiva y Cheste, donde está el aforo.
¿Cómo funcionó la alerta meteorológica de emergencias por desbordamiento o por posibilidad de desbordamiento de la Rambla?
La alerta meteorológica funcionó muy bien, porque el día de antes, Aemet ya estaba diciendo que iba a pasar algo muy gordo. Cuando ya empieza a llover y el agua empieza a convertirse en caudal, hay que dar la alerta hidrológica, la que da la Confederación Hidrográfica, pero no a la población, sino al centro que gestiona la emergencia y a Protección Civil. Entre todos ellos hay un Cecopi en l’Eliana y estos son los que deciden cuándo dan la alerta a la población. Y esta alerta la población vino tardísimo.
¿Cómo se debería mejorar este proceso de alertas: aviso meteorológico, hidrológico y de protección civil?
Yo no sé cómo funciona la comunicación interna en un gabinete de crisis. Pero lo que sí que puedo decir es que, sabiendo que se está saliendo el agua en Chiva, ya podían dar rápidamente la alarma porque se sabía que la cuenca baja iba a llegar a Paiporta, a Massanassa, a Catarroja… Se sabía que a la cuenca baja, que ya forma parte del área metropolitana de València, iba a llegar más agua de la que estaba pasando por Chiva. Es igual que lo que pasó en el río Magre: si se está saliendo en Utiel y en Requena va a llegar la desembocadura, a Algemesí, y con más cantidad, porque va recogiendo más agua por el camino. Por eso, esas alertas deben darse con mucha más alteración. El pitido que llega a los teléfonos es lo más eficaz, porque aunque veas una alerta por la tele o por la prensa, la población a lo mejor no está pendiente. Y se tiene que dar con suficiente antelación para que la gente pueda ponerse a salvo.
¿Qué características tendría que tener un sistema de alertas de Protección Civil que fuera efectivo?
Una de las características que debería tener es ser temprano, que diera lugar a actuar con tiempo suficiente. También es muy importante que, cuando llega una alerta de estas características, la gente sepa cómo reaccionar, qué es lo que tiene que hacer y en qué entorno vive. Y en ese sentido, nosotros desde la Universitat de València, concretamente desde el Departamento de Geografía, tenemos varios proyectos de investigación en esta línea, en cómo enseñar a la población a convivir con el riesgo. La adaptación es muy importante, y más en un contexto de cambio climático como el que estamos viviendo. Estamos hablando de la autoprotección, de cuando la gente, una vez que le han dado la alerta con tiempo suficiente, sabe lo que tiene que hacer. La idea es que, aunque la población no vea llover, aunque no le esté lloviendo encima, entienda que su pueblo pertenece a una cuenca de drenaje que está recogiendo agua y que va a llegar tarde o temprano.
¿Con qué recurrencia podría volver a ocurrir un episodio similar?
Eso no lo podemos saber, porque tendríamos que hacer cálculos y aún no están los datos tan finos como para eso, pero sí sabemos que se ha quedado corta la previsión. En los planes de ordenación, el Patricova y los planes de protección contra las inundaciones se habla de avenidas con periodo de recurrencia de 500 años, pero hay que tener cuidado con la interpretación, porque que no significa que no va a volver a pasar en 500 años, sino que el episodio es tan grande que solo tiene probabilidad de pasar una vez cada 500 años. Pero la realidad es que te puede pasar otra igual al día siguiente. Por ejemplo, en la riada del 57 vino una inundación muy grande por la noche y tenía un periodo de recurrencia muy largo, de mucho tiempo, de modo que ya se pensaba que no iba a venir otra en mucho tiempo y, al día siguiente, a las dos de la tarde volvió a venir otra onda de crecida. Es decir, que los modelos son probabilísticos, no indican si algo va o no a pasar.
¿En qué momento o con qué caudal es prudente que empiecen a sonar todas las alarmas y se active el proceso de avisos?
Esto no se puede decir así, porque se tiene que ir viendo cómo sube la rambla en los aforos, que los tienen medidos, y eso depende de donde esté lloviendo. No es tan sencillo como decir “con este caudal”. Sí que existen modelos y están contrastados pero no es tan sencillo como marcar un caudal y ya.
Y, en este caso particular, ¿cuándo habría sido prudente enviar la alerta de protección civil para poder prevenir daños mayores?
En el momento en que se están inundando las cabeceras es cuando ya tienen que hablar para para avisar a las cuencas bajas. Desde el momento en que empiezan a tener los primeros problemas Cheste, Chiva o incluso antes . Si se tiene constancia de que está lloviendo muy intensamente en estas zonas, antes de que se den problemas en las cabeceras ya cabe esperarlos. Con el Sistema Automático de Información Hidrológica y con AVAMET y con todas las demás redes de meteorología se puede seguir el episodio y, cuando ya se ve que está lloviendo de manera muy intensa, ya en ese momento tendrían que haber dado la alarma. Y, por supuesto, cuando ya se empieza a inundar en cabecera, a la cuenca baja mucho antes y enseguida tendrían que haber dado la alarma. Pero también se podría haber evitado que incluso la cabecera se inundara cuando estaba lloviendo muy intensamente, que eso lo van siguiendo, van siguiendo la lluvia. La lluvia necesita un tiempo para convertirse en caudal, de forma que, en el momento que ven que llueve mucho ya tendrían que dar a la alarma previendo que se va a convertir en caudal. Todo eso se debería de poder modelar y prever qué es lo que va a pasar a aguas abajo.
¿Qué tipo de medidas preventivas para la población se podrían haber tomado?
Lo primero es no salir de casa y no estar en la carretera o coger los coches. Hay una serie de medidas dependiendo de la zona donde se habite, pero son medidas de adaptación. Pero entre las medidas generales de autoprotección estarían esas sobre todo: no coger el coche, no bajar a los sótanos, subir arriba las partes más altas por si pasa algo.
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