De barracas a puentes centenarios: el patrimonio cultural sucumbe a la DANA

La prioridad tras los efectos devastadores de la DANA que ha asolado distintos municipios de la provincia de Valencia es recuperar víctimas, localizar desaparecidos y limpiar calles y casas de lodo. Después vendrán otros asuntos también importantes como el recuento de los daños que la riada ha causado en el patrimonio cultural de las zonas más afectadas. Barracas, puentes o iglesias con siglos de antigüedad han sucumbido a la fuerza del agua. 

El Arquets de Baix en Torrent

Un ejemplo de los daños que ha causado el paso de la DANA por la localidad de Torrent se puede ver en los Arquets de Baix del siglo XVI ubicado en el barranc de l’Horteta, un cauce que aguas abajo se une con el de Poyo. «Es un monumento declarado Bien de Relevancia Local y forma parte de la ‘Ruta del reg mil·lenari’. «De las seis arcadas que habían llegado hasta nuestros días, por la fuerza del agua únicamente ha quedado una en pie», constata ‘in situ’ el experto en patrimonio y colaborador de este diario Tomás Roselló.

Igualmente, Roselló relata daños en el puente de la antigua carretera a València desde Torrent por Alaquàs, Xirivella y Mislata, del siglo XIX, que se encuentra sobre la rambla de Poyo. «Este fue reformado a finales de los años 90 para ampliar su tablero con hormigón armado, lo que ha producido los mayores daños en esta infraestructura por un posible error en el diseño al no prever que, en el caso de ser sobrepasado por la corriente, la fuerza del agua podía arrancar este tablero como sucedió en parte». Igualmente, añade que el puente de Catarroja de la antigua carretera Real de Madrid por Almansa, del siglo XVIII, que se encuentra sobre el cauce de la rambla de Poyo, «ha visto afectada su barandilla y partes recientes, pero no su parte histórica».

El ‘puente romano’ de Quart

En Quart de Poblet la riada ha provocado daños en la pasarela conocida popularmente como «Puente Romano», el único viaducto antiguo en toda la comarca de l’Horta Sud sobre el Turia excepción de los de la capital. A pesar de estar bautizado por los vecinos con ese nombre, lo cierto es que se desconoce el origen concreto en el que se creó esta infraestructura. Mientras algunos historiadores se remontan al imperio romano, no es hasta el 1690 cuando se registran los primeros documentos oficiales de la mano del artista Juan Antonio Conchillos. Incierto también es el alcance de los daños, pues el estado en el que ha quedado el parque natural a su paso por Quart de Poblet ha impedido que los técnicos municipales hayan podido acceder hasta el momento a la zona para evaluar la magnitud de las lesiones. 

Daños en templos

En cuanto a iglesias, estas tampoco han escapado a la riada la de Sant Jordi de Paiporta, construida en el siglo XVIII; Mare de Déu del Rosari, de Sedaví, de entre finales del siglo y la primera mitad del XIX, o la de la Assumpció de Alaquàs, del siglo XVI . «Les llegó el agua por lo que su pavimento se ensucio de lodo pero, a priori no ha tenido una grave afectación en su integridad. No obstante, sí que es cierto que se inundó la cripta de la de Alaquàs», explica Roselló. Además,  también se inundó «levemente» -dice el experto- el Castell-Palau de Alaquàs del siglo XVI, «pero sin una afectación relevante».

«Skyline» tradicional

Además de estos puentes y templos, el skyline más tradicional de València, el que conforman sus barracas y alquerías, se ha visto especialmente dañado con el paso de la DANA. Hasta una quincena de conjuntos catalogados como Bien de Relevancia Local (BRL) han quedado dentro de la zona afectada por la riada en las zonas de la Torre, Forn d’Alcedo y Castellar Oliveral. Todavía falta entrar para conocer el alcance de los daños. 

Según César Guardeño, presidente del Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, han localizado ya en Forn d’Alcedo hasta cuatro barracas con importantes desperfectos, tres de ellas catalogadas como BRL: la barraca de Llop, la de la Xupa y la de Cucala. Guardeño hace un llamamiento a la ciudadanía para identificar patrimonio cultural que esté dañado para que lo ponga en conocimiento. Además, sobre estas barracas, señala que «no solo es patrimonio cultural, también son viviendas». 

En cuanto a la Barraca de Llop, fue construida en el siglo XIX. Como en el caso de muchas de estas edificaciones, no es fácil darle una cronología más concreta, según recoge la Universitat de València en su catalogación. Muchas de estas construcciones fueron edificadas durante el siglo XIX o principios del XX, incluso con posibles modificaciones importantes sobre el mismo solar. «Estas barracas no suelen aparecer en la documentación de los siglos pasado de forma identificable por nombres o topónimos, mientras que a nivel oral normalmente se las conocía en su entorno por el nombre o apodo de las personas que eran propietarias o vivían en ellas», señala el texto de la UV. 

Por esta razón era frecuente el cambio de nombre de la barraca por el cambio de residencia de dichas personas, y su historia concreta de propietarios u obras es difícil concretar si no quedan testimonios familiares o vecinos. En cuanto a su nombre, es razonablemente el apellido de alguna de las familias propietarias del siglo XX». Esta barraca, según la documentación que hay sobre ella, está construida de adobe y con elementos de caña rota. Por la parte exterior está rebozada y encalada. La carpintería de los huecos es de madera, y también lo es la viguetería del tejado, por lo que el agua es un gran enemigo. Hasta ahora había sido una de las barracas de l’Horta que mejor había mantenido su arquitectura y estructura primitivas. Mientras, la vecina barraca de la Xupa -de características similares- tiene una antigüedad de ciento cincuenta o doscientos años aproximadamente y está construida de adobe y reparada con algunos bloques de hormigón y refuerzos de ladrillo.

Evaluación del daño

Por su parte, Francisco Juan, director del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la Universitat Politècnica de València (UPV), asegura que están ahora en las tareas de evaluación del daño. «Ahora la prioridad son las personas y lo que sabemos es de lo que la gente nos envía, pero para tener un diagnóstico de los daños en el patrimonio hay que entrar», señala Juan. El catedrático añade que «no solo hablamos de patrimonio catalogado, sino que también hay mucho privado que habrá que evaluar».

Juan apunta a que los sistemas de riego (canalizaciones o acequias) hayan, quizá, resistido mejor la fuerza del torrente «por estar diseñadas precisamente para el agua». Lo mismo opina de construcciones patrimonio industrial como las chimeneas, al ser elementos acostumbrados a condiciones muy extremas, como las altas temperaturas.  

Hora de recopilar información

Estos son solo algunos los ejemplos del daño que la DANA ha provocado en una parte del patrimonio. Habrá muchos más. Los expertos esperan para entrar en cada lugar para valorar los desperfectos. Pero ahora, la prioridad son las personas. Mientras, la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, ha mantenido ya una reunión con el ministerio, para coordinar la recuperación de daños en los municipios afectados. Para ello ya han puesto en marcha un formulario para la evaluación de daños en bienes culturales. El formulario tiene como objetivo hacer una primera aproximación sobre el alcance de los daños en patrimonio, equipamientos, infraestructuras u otros que han sufrido las entidades, empresas y profesionales del mundo cultural. La conselleria, dice Tébar, está trabajando en la recopilación de información porque «todavía es momento de velar por las personas afectadas y sus necesidades».