La versión de la periodista a la que Mazón ofreció dirigir À Punt es que la polémica comida era la primera a solas con él

Maribel Vilaplana asegura a través de una fuente cercana que el encuentro en el restaurante de València fue de carácter estrictamente profesional, duró de las 15.00 a las 17.45 horas, "no hubo sobremesa" ni gin-tonics y ella salió del local sin ser consciente de lo que sucedía con la dana

Carlos Mazón y Maribel Vilaplana, durante el acto de los 50 años del polígono Fuente del Jarro.

Carlos Mazón y Maribel Vilaplana, durante el acto de los 50 años del polígono Fuente del Jarro. / Levante-EMV

A. G.

La periodista Maribel Vilaplana asegura que la comida con Carlos Mazón en el restaurante El Ventorro de València el pasado 29 de octubre, el día de las inundaciones que ha dejado más de 220 muertos, fue la primera y única ocasión que han comido solos, aunque sí se conocían y se habían visto en encuentros y foros profesionales. La periodista y empresaria responde a través de una fuente cercana autorizada tras la ola de comentarios tras conocerse que era ella la comensal del misterioso almuerzo que mantuvo el jefe del Consell la fatídica jornada, en la que llegó pasadas las 19.00 al centro de coordinación de emergencias de l’Eliana, donde estaba reunido el Cecopi en plena tensión sobre cómo actuar ante los desbordamientos que ya estaban produciendo.

El relato que realiza Vilaplana, a partir de la citada fuente, en una respuesta a El Confidencial y El País confirmada por este diario, es que estuvo en el restaurante desde las 15.00 hasta las 17.45 horas. En ese tiempo ratifica que Mazón le propone ser directora general de À Punt (fue presentadora de los informativos de Canal 9 durante la etapa de Francisco Camps como presidente), y “no consellera”, como también ha circulado, asegura la fuente próxima; una oferta, en todo caso, que rechazó, insiste.

La periodista relata que el teléfono del president suena en varias ocasiones durante el encuentro, pero ella sale del restaurante sin conocer los efectos de la dana. Es al llegar a su casa cuando es consciente de lo que sucede, añade. De esta manera, Mazón durante la comida “no transmitió en ningún momento que estuviera pasando algo”.

Vilaplana se fue del establecimiento y no precisa si el president se quedó más tiempo. Según la versión de lo sucedido aportada por Presidencia el día que desveló que Mazón había comido con la periodista, este llegó al Palau en torno a las 18.00 horas. Antes de llegar al Cecopi, habría hablado con el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, según el jefe del Consell explicó después, si bien fue una conversación sin referencia a la dana, sino porque su nombre habría aparecido en una conversación, de acuerdo con el relato del edil socialista.

Lo que la periodista sí explica en este relato que realiza de aquella jornada es que, al darse cuenta de la magnitud de la catástrofe, telefoneó a Mazón para pedirle: “No me metas en esto”. Esa sería la razón por la que el secreto se mantiene durante doce días, a pesar del revuelo.

Doce días de secreto

Las explicaciones suponen un nuevo capítulo en la disputa de relatos que envuelve los acontecimientos del día de la riada. El de la comida ha sido uno de los episodios que más interés han despertado, debido al secretismo con el que lo abordó Presidencia de la Generalitat, con cambios de versión sobre este encuentro, primero como "comida privada" y luego "un almuerzo de trabajo". No fue hasta el 9 de noviembre, doce días después de la tragedia, cuando trascendió dónde estuvo Mazón en las horas críticas de la jornada, cuando la UME entraba en Utiel, la situación se complicaba en diferentes escenarios y avanzaba la reunión (desde las 17 horas) del centro de coordinación de emergencias, el Cecopi, para hacer frente a la situación, en su ausencia.

"Mantuve mi agenda plenamente consciente de cómo estaba la situación", dijo el president en las Corts el pasado viernes. Esta comida, de hecho, ha tenido consecuencias directas. El director general de À Punt, Alfred Costa, ha presentado su dimisión esta semana.

La fuente consultada por este diario asegura que el objetivo es desmentir bulos y comentarios que se han generado a partir de conocerse el encuentro, como la presencia de otros comensales políticos o el lugar del encuentro. Según esta explicación, fue en una de las salas para reservados del establecimiento y no en ningún apartamento turístico, como se ha especulado.

À Punt, oratoria y discursos

La comida fue de trabajo, insiste (llegó a abrir el ordenador para explicar algún detalle de oratoria, materia sobre la que ella es profesora), y “no hubo sobremesa”. Tomaron algo para picar de manera conjunta y pidieron una botella de vino. “No tomaron gin-tonics después”, asevera.

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