Cinco de los seis depósitos de tormenta de l’Albufera están llenos de agua y lodo

Las obras de los diques situados junto a la pista de Silla para retener vertidos iban a concluir en diciembre pero vuelven a paralizarse tras 15 años de retrasos

Residuos, cañas y todo tipo de enseres llegaron con la lengua de barro y agua que arrastró el barranco del Poyo hasta su desembocadura en l’Albufera. Arriba, imagen de uno de los tanques de tormenta situados en paralelo a la pista de Silla. Fotos: Germán Caballero  | GERMAN CABALLERO

Residuos, cañas y todo tipo de enseres llegaron con la lengua de barro y agua que arrastró el barranco del Poyo hasta su desembocadura en l’Albufera. Arriba, imagen de uno de los tanques de tormenta situados en paralelo a la pista de Silla. Fotos: Germán Caballero | GERMAN CABALLERO

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

Cinco de los seis depósitos de tormenta construidos para evitar la llegada de vertidos al lago de l’Albufera también han resultado dañados por la lengua de barro, agua y cañas del 29-0. Situados en paralelo a la V-31, y con capacidad para unos 100.000 metros cúbicos, son algunas de las infraestructuras hidráulicas sobre las que la dana ha tenido un grave impacto. La evaluación de los daños es muy preliminar todavía, aunque el tanque de Silla sur es el único que no ha sufrido desperfectos. El resto se han inundado con el de Sedaví, al norte, como el peor parado.

Cinco de los seis depósitos de tormenta de l’Albufera están llenos de agua y lodo

Cinco de los seis depósitos de tormenta de l’Albufera están llenos de agua y lodo

Todos los depósitos se han llenado parcialmente con los arrastres que escupió el barranco del Poyo salvo el de Sedaví, lleno hasta los topes. Desde Acuamed, ente público del Ministerio para la Transición Ecológica, señalaban a Levante-EMV que su vaciado «está pendiente de realizarse cuando las condiciones lo permitan». Este escudo anticontaminación, situado en la desembocadura de la rambla, es una obra crucial para el Parc Natural de l’Albufera, al impedir la llegada de aguas negras al espacio protegido. Una reclamación histórica de los colectivos conservacionistas desde hace décadas.

Vertidos y residuos en una acequia junto a l'Albufera

Vertidos y residuos en una acequia junto a l'Albufera / Germán Caballero

Las obras estaban siendo realizadas por Tragsa y su finalización estaba prevista para diciembre de 2024 salvo las acometidas eléctricas, aunque han tenido que paralizarse temporalmente debido a los daños sufridos por la gota fría. «Todos los medios disponibles de Tragsa se han derivado a la atención de la emergencia», explican. De ahí que tampoco se haya podido realizar una exhaustiva valoración de los destrozos pese a haber transcurrido ya un mes del desastre. Como se recordará los operarios del ente público están ahora destinados a tareas de limpieza en las localidades de la zona cero.

En cuanto a qué papel podría haber jugado la infraestructura como posible cordón para el humedal, desde Acuamed recuerdan que «hubiera sido prácticamente nulo». «No está concebida para la prevención de inundaciones», remarcan. «Se trata de interceptores en colectores y acequias aguas abajo de la V-31, no tiene ningún efecto de protección respecto a los desbordamientos de la Rambla del Poyo o el barranco de Picassent en las zonas urbanas», remarcan.

Todo lo arrastrado por el barranco del Poyo hasta l'Albufera

Todo lo arrastrado por el barranco del Poyo hasta l'Albufera / germán caballero

Trabas administrativas

Desde que se iniciaron las obras hasta que se proceda a su inauguración - estaba previsto durante 2025- habrán pasado más de quince años. Aunque la primera máquina entró en los terrenos paralelos a la pista de Silla en marzo de 2010, los trabajos se paralizaron en 2012 por trabas administrativas entre la empresa concesionaria y la administración contratante que acabaron en los tribunales. No se retomaron hasta septiembre de 2021, ocho años después.

La inversión final estaba fijada en unos 42,9 millones de euros. Una cuantía que de seguro aumentará por este nuevo contratiempo. Desde el momento en que se reanudaron las obras, hace ahora tres años, se han certificado 11,2 millones de euros y el presupuesto total asciende a los 15,5 millones. El importe de lo ejecutado hasta entonces era de 27,4 millones.

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