Los últimos 36 desaparecidos de la DANA que nunca lo fueron
A la espera de confirmar que la víctima 222 es un vecino de València desaparecido en Pedralba, quedan por localizar cuatro personas: tres hombres y una mujer vistos por última vez en Sot de Chera, Monserrat, Albal y Cheste
Uno de los 36 sacados del listado estaba en prisión, otro había fallecido por causas ajenas a la riada y la mayoría no se dieron de baja tras ser localizados
Mientras los rastreadores buscan incansablemente bajo metros de barro, entre millones de cañas, bajo el agua, desde el aire, con perros, con excavadoras y con todas las herramientas y recursos habidos y por haber en cauces, riberas, barrancos, el mar o l’Albufera, un puñado de policías nacionales y guardias civiles, con el apoyo de los forenses, han realizado una auténtica obre de ingeniería social para organizar los listados de desaparecidos tras el paso de la histórica DANA que sumió en la devastación el sur y el este de la provincia de València.
Aunque parezca difícil de entender, y cuando ha pasado casi un mes desde aquél día apocalíptico, ha seguido habiendo personas que, por fortuna, se caen de la lista de desaparecidos porque son localizados vivos. ¿Bajo escombros? ¿Aislados en sótanos? ¿En casas alejadas de entornos inaccesibles?
No desactivar la denuncia
En absoluto. Sanos y salvos, lejos del peligro. ¿Cómo es posible? La policía lo sabe muy bien porque es lo que sucede día tras día con las decenas de desapariciones que se denuncian cada año en todo el país: que los ‘desaparecidos’ dan finalmente señales de vida, pero ni ellos, ni los familiares que han interpuesto las denuncias se acuerdan después de llamar a la comisaría o al cuartel para darlas de baja, así que, oficialmente, siguen desaparecidos hasta que alguien pone fin a esa situación engañosa.
En el caso de la DANA, ha sucedido 36 veces cuando la lista ya parecía definitiva, una vez que fue depurada gracias al análisis de datos obtenidos en las denuncias llamadas ‘antemortem’ (con información de la persona en vida facilitada por sus familiares).
En este sentido, fuentes del TSJCV han confirmado que, «en su mayoría es gente que es localizada con vida con posterioridad a la formulación de la denuncia y apertura del expediente ‘antemortem’. Básicamente porque después de formular denuncia, tras la localización, los familiares no retiraban la denuncia».
Las oficinas policiales donde se han recogido esas entrevistas ‘antemortem’ con los familias, y que han estado en coordinación con el Centro de Integración de Datos (CID), «van haciendo cada cierto tiempo un cribado, mediante llamadas a familiares denunciantes, y por eso se va depurando el listado» a medida que responden que su pariente ha dado señales de vida.
"No voy a decir dónde estaba"
En los primeros días, con casi un cuarto de millón de personas sin cobertura telefónica, ni de móvil ni fija, las llamadas por desaparición de familiares, conocidos, vecinos, allegados y amigos se multiplicaron por miles. Obviamente, no era una cifra real. Por eso nunca se facilitó.
A medida que se fue recuperando el servicio telefónico, el número de personas no localizadas se desplomó, pero seguía siendo una cifra imposible, incluso a pesar de que ya estaban en marcha las oficinas policiales para recoger las denuncias. Así que empezaron los cribados periódicos. Hasta que las cifras se ajustaron a la realidad.
De esas 36 últimas desactivaciones ha habido todo tipo de casos. El más habitual, el que no ha llamado para decir que está vivo y en buen estado. Pero también ha habido un caso en el que el ‘desaparecido’ había ingresado en la cárcel poco antes de la DANA o quien finalmente fue localizado y respondió con un «estoy bien, pero no voy a decir donde estaba». La casuística es increíblemente variada.
Hay un caso, incluso, en que una mujer denunció la desaparición de su hermano y la Policía Nacional lo localizó muerto y enterrado a través del certificado de defunción, pero no por la DANA, sino por causas ajenas a esta. Simplemente, la denunciante no lo sabía. «El error es pensar que todas las familias responden a un patrón estándar de lo que llamamos normalidad en las comunicaciones entre sus miembros, y nada más lejos de la realidad», advierte una fuente policial.
Aún hay cuatro desaparecidos
En este momento, y si se confirma oficialmente que la víctima 222, cuyo cadáver fue hallado este lunes sumergido en el Túria, entre Vilamarxant y Benaguasil, es un hombre de 56 años del que no se tienen noticias desde la tarde de la DANA, cuando estaba con su hija en una casa de campo de Pedralba, quedarían solo cuatro personas desaparecidas.
Se trata de tres hombres y una mujer: Francisco Ruiz, de 64 años, arrastrado por la riada tras poner a sus nietos a salvo junto a un supermercado de Monserrat; Elisabeth Gil, de 38 años, desaparecida en Cheste con su madre, fallecida y hallada, cuando ambas iban a trabajar; Javier Sánchez,de 51 años, desaparecido al derruirse su casa bajo la fuerza del agua en Sot de Chera (su hijo de 4 años falleció y su mujer y su hija lograron salvarse); y un cuarto hombre, extranjero, de 59 años, desaparecido en Albal y cuya identidad no ha trascendido.
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