Una tubería de 5.000 metros pondrá fin a los vertidos de fecales en el Poyo

Infraestructuras finalizará esta semana la construcción del colector provisional para reconducir las aguas residuales de Torrent a la depuradora de Pinedo

Maquinaria trabajando ayer para la reconducción de las aguas fecales que se vierten en el Poyo

Maquinaria trabajando ayer para la reconducción de las aguas fecales que se vierten en el Poyo / Francisco Calabuig

Lluís Pérez

Lluís Pérez

Los trabajos de reconstrucción de la red de saneamiento se intensifican sobre el lecho del barranco del Poyo. Máquinas y operarios se encontraban trabajando ayer en tres puntos diferentes, centrados en la recuperación del colector del Torrent y Picanya; una cañería de cinco kilómetros de longitud para conectar de nuevo el alcantarillado de estos municipios con la depuradora de Pinedo y evitar que los vertidos de las aguas residuales acaben en el lecho del cauce, con final en el Parque Natural de l’Albufera, como lleva ocurriendo desde el pasado 29 de octubre. Según las estimaciones de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, la infraestructura temporal estará finalizada en «cuestión de días»; como máximo en el plazo de una semana.

Las labores se dividen en dos cuestiones, por lo que se trabaja simultáneamente en varios puntos. Primero, se realiza la construcción de unas acequias provisionales. Después se instala la canalización —también temporal— sobre el cauce de una rambla, cuyo caudal alcanzó los 3.500 s/m3 el día de la riada. La infraestructura temporal se utilizará hasta la ejecución de las obras definitivas.

Punto crítico

Este tramo de cinco kilómetros es uno de los últimos puntos críticos por resolver en cuanto al vertido de aguas fecales en entornos naturales, según Medio Ambiente. Se han ido recuperando otras conducciones perdidas, como un tramo de 500 metros sobre el lecho del río Túria en Vilamarxant; pero esta del Poyo tiene especial relevancia porque trasladará los residuos de más de 100.000 personas, entre ambas poblaciones.

En este sentido, las obras impulsadas por el departamento de Martínez Mus han permitido solucionar el 97,1 % de los vertidos incontrolados generados por las deficiencias y pérdidas en la red de saneamiento. Bien por la restauración de la infraestructura destruida de forma provisional, para los que el Consell ha previsto la inversión de 100 millones de euros; bien por el desvío de las aguas fecales a otras depuradoras, en el caso de que la instalación correspondiente esté inoperativa. 

Maquinaria trabajando ayer en el lecho del barranco del Poyo a la altura de Paiporta.

Maquinaria trabajando ayer en el lecho del barranco del Poyo a la altura de Paiporta. / Miguel Angel Montesinos

De las 123 depuradoras afectadas por la riada y gestionadas por la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunitat Valenciana (Epsar), se ha conseguido recuperar 117. Sin embargo, las de Vilamarxant, Buñol-Alborache, Requena-casco, Requena-San Antonio y Aldeas de la Vega y Pinedo se encuentran «más gravemente afectadas». Esta última ha estado siempre en funcionamiento, aunque registra incidencias puntuales. Hay otras seis infraestructuras críticas afectadas; entre ellas, el colector del barranco del Poyo, en reconstrucción.

La capacidad de Pinedo

El crecimiento del caudal de la rambla destruyó, también, la depuradora municipal de Torrent, situada en la partida Sequia, entre el barranco y la carretera hacia Picanya, cuya gestión depende de Aigües de l’Horta. Su destrucción tampoco ha ayudado a paliar el vertido de residuos porque, en caso de estar operativa, podría haber asumido parte del tratamiento de las aguas residuales; no todo. Su capacidad máxima diaria es de 18.000 m3 de agua. Una vez construido el colector provisional, la totalidad de las aguas negras de Torrent se recaerá en la depuradora de Pinedo, la cual ya asumía el tratamiento de gran parte de estos vertidos. La instalación tiene una capacidad 20 veces superior a la anteriormente mentada; puede depurar hasta 350.000 metros cúbicos al día, aunque presta servicio a València ciudad y a otros 16 municipios de l’Horta Sud.

Instalaciones de la depuradora de Pinedo

Instalaciones de la depuradora de Pinedo / Fernando Bustamante

¿Podrá asumir la instalación de Pinedo este caudal extra una vez finalizadas las obras? Así lo aseguran fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente: «Técnicamente, es viable y no hay preocupación al respecto». El restablecimiento de esta conexión devolverá parte del volumen perdido en la depuradora de Pinedo porque «casi la totalidad de las aguas de Torrent ya se enviaban allí», reconocen desde el Consell y la depuradora municipal solo trataba una pequeña parte de las aguas residuales del municipio. En el último mes, no ha recibido ningún aporte desde l’Horta.

Sin embargo, estas mismas fuentes reconocían ayer a Levante-EMV que la instalación está asumiendo el saneamiento de otras infraestructuras, aunque sin concretar a cuántas está reemplazando de manera completa o parcial. Cabe señalar que la riada ha vuelto más laborioso el tratamiento de depuración de las aguas por un incremento «infrecuente» de la densidad de contaminantes en el agua. Es decir Pinedo está asumiendo el tratamiento de más cantidad de vertidos y, para más inri, de mayor complejidad. Esta situación se prolongará, al menos, durante más de un año. Es el tiempo estimado por los técnicos de la Generalitat y la Diputación de València para la reparación completa de la red de saneamiento.

Problema en el largo plazo

Más allá de las infraestructuras destruidas, el problema del alcantarillado es el lodo acumulado; mucho no se ha podido extraer, está ya solidificado y será «imposible sacar» con los camiones-bomba, explica Juan Bautista Marco, profesor ad honorem del departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universitat Politècnica de València (UPV). Además, Marco señala la singularidad de la red de saneamiento de l’Horta Sur; por la orografía de la comarca, su extensión está un 50 % por debajo de lo recomendable y de lo habitual en otras zonas. De ahí que, ante catástrofes como la vivida, la afectación sea mayor. A pesar de ello, justo un mes después de la riada, la Conselleria de Medio Ambiente saca pecho por haber conseguido controlar casi la totalidad de los vertidos incontrolados.

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