De Colombia a Paiporta 21 días antes de la dana: la odisea de una familia con dos mellizas prematuras

Milton y Maricela llegaron a España en busca de seguridad y se encontraron con una barrancada. A los 21 días, apenas tres semanas después de aterrizar e iniciar una nueva vida en pueblo llamado Paiporta, cerca de un barranco, al otro lado del océano. El 8 de octubre, día de la llegada, y el 29 de octubre, día de la riada: dos fechas marcadas para siempre en su calendario. La suya es una de tantas historias que deja la dana, de dramatismo pero también de esperanza, porque salieron ilesos y ahora tratan de iniciar una nueva vida. Lo hacen con dos niñas de 5 y 7 años, y con dos mellizas recién nacidas de manera prematura y tras pasar por dos residencias desde el 29 de octubre.

Lo cuenta Milton, recién llegado a Castelló, donde la Conselleria de Servicios Sociales les ha ha facilitado una vivienda a través de una organización social. «Estamos bien, gracias a Dios», narra en conversación telefónica, cuando se le pregunta por su 29 de octubre: «Fue una experiencia inolvidable. Pensé: ‘Venimos de 8.500 kilómetros a vivir y vamos a morir acá’, Pero todo nos ha salido bien».

Su vivienda de alquiler, en una segunda planta en Paiporta, junto a las vías del metro, quedó a salvo del agua, que alcanzó los dos metros y medio. Pero el impacto de la barrancada obligó a desalojar de urgencia el edificio por los daños estructurales. «Nos sacaron los bomberos y Guardia Civil por el riesgo en los pilares, el segundo día a las nueve de la noche. Fue una odisea», relata.

Esa odisea, en realidad, ha sido un viaje de más de 40 días con varias estaciones de paso. Y en cada una se han encontrado con una mano amiga, humana e institucional. El matrimonio se movilizó y a través de los otros padres del colegio de las niñas fueron acogidos por una familia en Godella, donde llegaron con lo puesto. Aquellos conocidos les ayudaron con la conselleria y lograron plaza en el centro de atención temporal de emergencias (Cate) abierto en Burjassot, hacia donde solo tienen palabras de agradecimiento. «Estamos muy contentos con la ayuda de este país», señala: «Nos ha dado la seguridad. Nunca me he sentido atropellado, vulnerado en mis derechos», agradece. 

Fueron 20 ó 25 días en Burjassot, cuenta Milton, donde trataron de abstraerse, de evitar las noticias terribles que llegaban desde Paiporta y la zona cero a través de los medios de comunicación; protegiéndose, en definitiva, para lo que estaba por venir.

Burjassot acoge un Centro de Acogida Temporal para los afectados por la DANA

Nacimiento prematuro

Milton cree que el trauma por la dana hizo que el parto fuera prematuro. Esa fue la siguiente estación de su odisea: el hospital la Fe de València, el 23 de noviembre. «La Cruz Roja -que gestiona el centro de Burjassot- la llevó a la Fe. Llegó a las 12 y a la una y media empezó el parto. Fue una cirugía de emergencia». Una de las niñas tenía una bajo ritmo cardiaco, y necesitó ser intubada. Los dos bebés pasaron por la UCI. De nuevo, todo son palabras de agradecimiento, a la conselleria y al personal del hospital.

Tras varios días de ingreso, las bebés, Antonella y Mariangel, y su madre están bien. Desde este fin de semana, estrenan nuevo hogar en Castelló, en una vivienda social puesta a disposición de la familia tras las gestiones de la conselleria con una organización.

Su caso es una de las situaciones que la Generalitat ha tenido que atender en estos 47 días de crisis. El centro de atención temporal de emergencias (Cate) de Burjassot, en el que esta familia pasó unas semanas, es ahora mismo el punto de referencia que queda abierto para atender a las familias y personas que no tienen otras redes de apoyo y han perdido su hogar. 

Se trata de una antigua residencia de mayores que ha sido reabierta, con capacidad para 111 personas. Hoy hay cien ocupantes. En total se ha atendido a 150 personas, en este y en otros dos puntos que ya se han desmontado: la antigua escuela de enfermería de la Fe y un albergue habilitado en Bétera. Todos estos usuarios (en algunos casos personas sin hogar), o van obteniendo solución a su situación o se les realoja en una vivienda desde la Generalitat.

Solucion temporal o definitiva

La directora general de Dependencia y Personas Mayores, Beatriz Simó, explica que en este mes y medio han funcionado con un protocolo con los responsables municipales para realojar a la gente que ha perdido parcial o totalmente sus viviendas.

La mayoría de quienes ha perdido su hogar, si tienen apoyo familiar, no necesitan esta acogida temporal, aunque pueden requerir una vivienda estable, una solución que se deriva a la Entidad Valenciana de Vivienda (EVhA).

En el caso de las personas más vulnerables, por no tener una red familiar que les pueda dar soporte, «sí se buscan soluciones personalizadas», explica la directora general. De ahí la importancia que han tenido en estas semanas esos centros temporales de acogida en Burjassot, Bétera o València.

En paralelo, la conselleria hace de «mediador» con entidades sociales en busca de estos pisos. Incluso han llegado ofertas para alojarse en viviendas de otras comunidades, aunque es difícil que los afectados acepten si existe arraigo por motivos laborales.