Educación
Abren las primeras aulas en barracones tras las dana
El alumnado del Ceip Orba de Alfafar, que ha quedado en estado catastrófico, es el primero en estrenar las clases prefabricadas de Conselleria
El director general de centros docentes, Jorge Cabo, ha visitado el colegio para informar a la directora del plan de reconstrucción

Militares en una de las aulas prefabricadas en Alfafar, estrenadas hoy por el alumnado de quinto de Primaria del Ceip Orba. / Gonzalo Sánchez
"En la clase de mi hijo había un coche empotrado". Es el testimonio más normal de las madres que esperan a la puerta del Ceip La Fila de Alfafar. Sus hijos e hijas estudiaban en el Ceip Orba de la misma localidad, pero la dana lo dejó en estado catastrófico. Hoy, estrenan los primeros barracones levantados a consecuencia de la dana.
Conselleria derivó a los jóvenes del Orba al colegio la Fila, que haría las veces de escuela de acogida de forma urgente. Eso sí, el cole se saturó porque sus aulas no tenían tanta capacidad.
Mientras tanto, Conselleria levantó unas aulas prefabricadas en el propio recinto del colegio. Unas aulas que los jóvenes del Orba han estrenado este jueves. Se trata de 6 barracones con el objetivo de aliviar la saturación del Ceip La Fila.
El director general de centros docentes visitó este jueves el centro para informar del plan que siguen para la reconstrucción que tiene tres fases. La primera es esta, barracones, la segunda es buscar un terreno para levantar un centro modular, y la tercera será volver al centro reconstruido (algo que se prolongará años en vista de su estado ruinoso).

Militares en una de las aulas prefabricadas para el ceip Orba de Alfafar. / Gonzalo Sánchez
Rutina pero no normalidad
La vuelta a las aulas era un aspecto clave para la recuperación emocional del alumnado de la zona cero, y lo cierto es que en Alfafar los niños y niñas del Orba ya llevan semanas en ellas.
Eso sí, pese a los esfuerzos de Conselleria por retomar las clases con urgencia, pasarán muchos meses hasta que se pueda hablar de "normalidad". "La calidad educativa se ha resentido mucho estos meses. Primero por tener las aulas saturadas, con 30 o 35 niños, y ahora por las prefabricadas, que siguen estando en el mismo recinto", explica una docente del Orba.
Mariló Ferriols, directora del centro, no para quieta más de dos minutos. Todo el mundo la requiere y no para de trabajar ni de organizar a servicios sociales, otros docentes, y hasta los militares que llevan varios días moviendo las mesas y las sillas necesarias para que los chiquillos estudien. A pesar de tener el pie roto, no se ha cogido la baja y sigue trabajando.

Militares y alumnado en una de las aulas prefabricadas del Ceip la Fila de Alfafar. / Gonzalo Sánchez
Aulas hasta en los despachos
Al pasar de 500 a más de mil estudiantes el día a día del ceip ha dado un giro radical. Para empezar, el patio se hace en dos turnos, y el alumnado más pequeño tiene que comer en las aulas como en la pandemia debido a la falta de espacio.
Se han tenido que habilitar como aulas ordinarias todos los espacios disponibles, como aulas de música y hasta despachos de profesores. La llegada de 6 barracones ha aliviado la carga, ya que acogerán al alumnado de segundo, quinto y sexto de Primaria, pero el centro seguirá saturado mientras Conselleria va avanzando en soluciones.
En las clases de educación física se llegan a juntar hasta 4 grupos en el patio por la ausencia de gimnasio ya que el Ceip La Fila (aunque menos que el Orba) también ha sido afectado por la dana. Las consecuencias de la riada aún se pueden ver en algunos marcos de cuadros hinchados. Es, cabe remarcar, la solución de urgencia para los niños y niñas de un centro que ha quedado borrado de un día para otro.
Montar un cole de cero
Los barracones llegaron al recinto de La Fila el pasado 27 de noviembre, y fueron montados y entregados el día 17 de diciembre. En total son 6 aulas prefabricadas y dos baños.
Pero el trabajo no acabó ahí, según explica una docente del Orba, había que esperar unos días a que se secara el epoxy y para trasladar todo el mobiliario a las aulas, algo de lo que se han encargado los militares. Mesas, sillas, pizarras, armarios, todo guardado en el gimnasio de la Fila que hace las veces de almacén porque no está en condiciones para acoger alumnado.
Por otro lado, el alumnado afectado del Ceip Orba (al menos los consultados por este diario antes de entrar a clase) ha recibido libros y material escolar nuevo, ya que muchas familias han perdido también eso en la riada.
La brecha educativa
La preocupación ahora de los docentes es la evidente brecha educativa que tendrá el alumnado de la zona cero de la dana. "Hemos vuelto a dar clase, sí, pero las condiciones son las que son y el estado emocional de los niños tampoco es bueno. No tiene nada que ver con otros niños de otros puntos de la Comunitat que lo han visto por la tele, y eso se va a notar en el nivel educativo. Es irremediable", explica una docente.
Ferriols explica que el alumnado del Orba es de especial vulnerabilidad, tanto por su origen (muchos son migrantes o población gitana) como por su situación económica. El barrio, antes de la dana, tenía un 70 % de población pobre. La directora estima que al menos un 20 % de las familias de su centro vivían en bajos, con lo que han sido afectados gravemente, y eso es algo con lo que deben lidiar también los niños mientras dan clase.
Sin embargo, lo que más preocupa a la directora es todo aquello que no se hacía en clase, empezando por las extraescolares y acabando con los proyectos para la digitalización de los estudiantes. "El barrio ya de por sí tenía población muy vulnerable y para los niños es muy importante poder estar en las aulas, pero también lo son las extraescolares. Ya no hay ningún campo de fútbol en la zona, cualquier solar no construído de propiedad pública es una campa con 4 alturas de coches. Los niños también necesitan sus extraescolares y divertirse, eso es fundamental", cuenta.
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