El juez también rechaza que se impute al jefe de Bomberos por 10 homicidios imprudentes

El juez de Instrucción 9 de València, encargado de investigar por orden de la Audiencia de València el incendio del edificio de Campanar en el que el pasado 22 de febrero murieron diez personas –tres de ellas, menores de edad: dos hermanos de 3 años y 8 días, y una adolescente de 14 años–, ha vuelto a denegar todas las diligencias solicitadas por las familias de los diez fallecidos en el incendio que el pasado 22 de febrero arrasó el edificio de Campanar; la más importante, la imputación en calidad de investigado por diez delitos de homicidio imprudente del jefe de Bomberos del Ayuntamiento de València, Enrique Chisbert. Eso sí, el magistrado ha dicho un no condicionado al resultado de lo que declaren dos de sus mandos.

De hecho, el juez, que ha resuelto en poco más de tres folios las diez solicitudes de las acusaciones particulares, ha autorizado precisamente esa, la única en la que la Fiscalía también estaba de acuerdo: que declaren como testigos los dos mandos de los bomberos de València que actuaron durante la primera hora y media como jefes del servicio, hasta que acudió al lugar Chisbert y asumió el mando. Se trata de un sargento y de un cabo, que supuestamente serían quienes decidieron ordenar que las personas que seguían en el edificio en ese momento permaneciesen confinadas en el interior, algo que acabaría siendo letal.

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¿Qué pasó con la columna seca?

Ambos declararán el próximo 13 de enero, el mismo día que comparecerá un tercer bombero, el responsable del informe sobre la intervención que realizaron en el incendio ese día 22 de febrero, cuya aportación sí ha estimado oportuna el juez.

Por lo que respecta a la imputación de Chisbert, el letrado Ignacio Grau, que representa a la familia del matrimonio con los dos bebés fallecido en el baño de su casa, donde les ordenaron confinarse, la había solicitado basándose en que «mintió sobre extremos que le pudieran comprometer a él mismo o al cuerpo que dirige» y «ocultó, hasta que fue interrogado expresamente por alguno de los operadores jurídicos que estuvieron presentes [en su declaración como testigo ante el juzgado], información muy relevante» para esclarecer si hubo o no negligencia en la gestión de la emergencia y, en ese caso, si contribuyó al fatal resultado.

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La escalera nunca colapsó

El abogado se refiere, entre otros, a varios hechos como que la primera escalera de altura que enviaron al lugar no funcionaba y hubo que sustituirla por otra, que no hicieron uso de la columna seca con la que contaba la finca al ser un edificio de especial altura (la instalación de extinción del propio inmueble) sino que acometieron la extinción con sus propios recursos, que una de las mangueras quedó inutilizada o que la escalera que compartían las dos torres nunca colapsó (de hecho sigue en pie, recuerda Grau), ya que ese fue el argumento que Chisbert esgrimió ante el juez como la clave que impidió las evacuaciones.

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Precisamente a partir de esas declaraciones del jefe de Bomberos de València, las acusaciones habían pedido determinadas diligencias, como la declaración de una vecina y la mejor amiga de Marta (la madre de los bebés), con la que estuvo hablando hasta el último momento, las 18.50 horas, para refrendar que si se quedaron confinados en el baño fue porque los bomberos se lo ordenaron o la aportación de vídeos de que la escalera sigue en pie, pero el magistrado lo ha denegado.

La misma suerte ha corrido la solicitud de que se incorpore a la causa la investigación y sus conclusiones por el incendio de la torre Grenfell en Londres en 2017 (idéntico al de Campanar en muchos aspectos), que se inste a la Policía Nacionala realizar «un atestado policial completo» que hasta ahora no existe; que se cite a declarar como investigados a los responsables de la empresa que montó la fachada con las planchas de aluminio cuyo núcleo de polímeros fue lo que favoreció la rápida propagación del fuego.