Navidad
Navidad en la zona cero de la dana: "Donde nos sentábamos 30 en Nochebuena ahora solo hay fango"
Miles de valencianos no podrán pasar las navidades en sus casas arrasadas por la riada, aunque el parón navideño les de un respiro después de tanta desgracia

Francisco Calabuig

Mireia solía tener un gran comedor donde juntaba a 30 personas cada Nochebuena para cenar. Hoy sólo quedan escombros y una casa apuntalada tras la riada. Como mínimo habrá que demoler la mitad. La familia se ha quedado sin nada y afronta una de las navidades más difíciles de su vida.
Es la realidad que enfrentan miles de valencianos afectados por la riada, que vivirán unas navidades marcadas por la tragedia. La casa de Mireia, al borde del barranco en Paiporta, es una de tantas. Están agradecidos por haber salvado la vida, pero la situación no está siendo nada fácil.
Ella salvó la vida de milagro, subió al tejado de su casa y fue rescatada por un vecino, pasando de un edificio a otro. "La alarma sonó cuando ya me habían rescatado", recuerda. Su madrido también esquivó la muerte ya que la riada le cogió en la plaza y tuvo que subir a la casa de un desconocido. Sus hijos de 3 y 5 años, por suerte, estaban en casa de sus abuelos, en altura, aunque lo vieron todo.

Gonzalo Sánchez

Mireia ha perdido la casa donde vive y donde celebraban las Navidades tras la Dana / F.Calabuig
Por el momento ha recibido la ayuda de 6.000 y espera que el Consorcio de Seguros le adelante pronto 50.000 euros para continente y 20.000 para contenido de su casa que está que se cae. "Al menos podré contratar a los arquitectos y empezar el derrumbe, con ese dinero no da para mucho más", explica.
Espíritu navideño y los reyes de Córdoba
Mireia reconoce que este año en Paiporta no hay mucho espíritu navideño, pero que lo mantienen por sus hijos, a los que sí que les hacen falta algunas alegrías. "Ayer me llamó la pediatra para derivar al mayor a salud mental, empezará la terapia en enero", cuenta. "Aunque estaba seguro en casa de mis padres lo vio todo, sabe que hemos perdido la casa y que a mi me sacaron por el tejado y que su padre casi se muere. Si para nosotros es difícil de digerir para un niño tan pequeño es casi imposible".
Pese a todo, Paiporta se ha tapizado estos días con decoración navideña llegada desde todos los sitios de España gracias a la ingente ayuda de los voluntarios, algo que ha venido muy bien a la infancia especialmente tocada por la tragedia de la riada. "Hace poco nos donaron un regalo de Navidad y mis hijos lo pudieron montar súper ilusionados, esperando que el día 25 le puedan dejar los regalos", cuenta Mireia.

Navidad en la zona cero de la Dana / F.Calabuig
La mujer se muestra muy agradecida por toda la ayuda que han tenido, en especial la de una familia de Córdoba que los ha "apadrinado" para comprarles regalos en estos días. "Los niños y niñas de Paiporta lo están pasando muy mal", explica. Aunque no son los únicos, ella (como tanta otra gente) ha tenido que medicarse por los problemas de salud mental que ha desarrollado.
Tradiciones rotas
La Navidad en casa de Mireia es todo un ritual que empezaba a preparse semanas antes como excusa para estar con la familia y poder cantar y bailar. Ahora todo eso ya no existe, ha saltado por los aires tras la riada y no saben si volverá a ser así el año que viene.
Hace dos meses que lo perdieron todo. Salvaron una muda de ropa y se fueron a vivir a casa de sus padres, donde ella duerme con sus hijos en una cama y su marido en otra habitación. El objetivo para 2025 es empezar de cero, reconstruir toda una vida, aunque primero haya que derrumbar lo que queda de la anterior.
Están esperando a que el consorcio pague los 12 meses de alquiler prometidos mientras empiezan los trabajos en su casa, que llevan parados más de 8 semanas desde la riada. Lo único que quieren es ponerse en marcha y empezar a diseñar su nueva vida. Pero antes, unos días de tregua en estas navidades que serán de todo menos navidades.

Gonzalo Sánchez / Eduardo Ripoll
Juguetes y estrellas solidarios
Pese a la situación, la ayuda ha desbordado Paiporta en los días de Navidad gracias a los voluntarios de todas partes de España. Sin ir más lejos, ayer la ciudad acogió dos repartos solidarios de juguetes que montaron tiendas kilométricas, el de la falla Cervantes y el de la asociación Nacidos del Barro.
En el segundo caso, además de juguetes hubo reparto de chocolate con buñuelos, la visita de Papá Noel, taller de dibujo y cuenta cuentos, con el objetivo de que las familias pudieran pasar una mañana agradable de manera gratuita.
En las calles del centro de la ciudad los bajos apuntalados y aún reventados tras la dana han sido tapizados por estrellas de colores con mensajes de ánimo de niños y niñas de toda España. La iniciativa surgió de una madre de la localidad que lo comentó a su guardería, sin embargo, rápidamente la idea corrió como la pólvora y se empezaron a unir colegios de todos los rincones del país para mandar en sobres miles de estrellas con mensajes de ánimo para Paiporta. Aquello sirvió para cambiar la cara al centro de la ciudad y traer algo de alegría entre tanta desgracia.
Lo que pide ahora Mireia es que, después de Navidad y habiendo pasado dos meses, la gente se olvide de ellos, ya que algunos repartos se están desmontando y quedan todavía muchas familias necesitadas.
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