Locura en València por las sillas de la cabalgata de Reyes

Los padres esperan hasta doce horas para coger un buen sitio para sus hijos

A las 10.30 prácticamente no quedaba sitio para ver el desfile que arranca a las 17.30

Ramón Ferrando

Ramón Ferrando

Doce horas de espera para ver la cabalgata de los Reyes Mayos de València en primera fila. La imposibilidad de reservar con tiempo por internet los asientos para ver el desfile dispara la 'locura' para conseguir un buen sitio. Los primeros padres han llegado a las siete de la mañana a la calle San Vicente a pesar de que la cabalgata no pasa por ese punto hasta las 19.00 horas. A las diez y media prácticamente no quedaban sitios libres en las calles del centro de València a pesar de que el desfile arranca a las 17.30 horas en el Palacio de la Exposición. La mayoría de las personas que ha madrugado para coger sitio es reincidente y este año ha llegado antes al ser festivo.

Dos horas antes de la aparición del camión de reparto de las sillas, las dos aceras de la calle de la Paz ya estaban llenas de carteles de familias que reservaban su sitio. Isabel Calvete, que ha llegado a las 9.15 horas, asegura que lleva 16 años cumpliendo con la tradición de ver la cabalgata desde el centro y este año ha venido antes al ser domingo. "Aquí han empezado a poner las sillas a las 10.30. Yo he venido más pronto para poder estar en primera fila. He reservado 16 sillas", confiesa. "Lo normal es que hicieran como en Alicante que se compran con anterioridad. Así no nos tendríamos que pegar estos madrugones", añade.

Sillas sin numerar

El problema es que las sillas no están numeradas y el primero que llega se queda el sitio. Esto obliga a padres con hijos pequeños a estar desde primera hora y a no marcharse hasta el final del desfile para no perder el sitio. Muchos padres están haciendo esta mañana relevos con amigos para no pegarse la paliza de doce horas de espera. Otros aguantan desde el principio hasta el final.

Luis Espinosa lleva 24 años siguiendo la cabalgata desde la calle de la Paz. "Nosotros hemos llegado a las nueve de la mañana. Hemos venido muy pronto porque siempre se llena. Lo hacemos por los niños", afirma. Espinosa confirma que ha venido antes que otras veces porque "al ser domingo sabía que iba a ser una locura. Este año somos siete".

Una parte importante procede de poblaciones cercanas a València. Es el caso de Pepe Navarro y su familia, que han cogido 16 sitios tras llegar a la calle de la Paz a las 9.30 horas. "Venimos tres familias de Puçol y Vilamarxant. Todos los años estamos aquí desde primera hora porque si no es imposible. Por la tarde siempre hay gente que se queja y dice que los 'chiquillos' tienen que estar en primera fila", señala.

Falla Lope de Vega

Entre los más madrugadores están los miembros de la falla Lope de Vega. Amparo Cuesta explica que tienen como tradición estar a las siete de la mañana para reservar un hueco para cincuenta personas en la intersección de las calles San Vicente y Cerrajeros. La comisión compra dos filas de sillas y coloca detrás las suyas propias. "Uno de nuestros actos falleros es celebrar aquí una merienda con los niños a las cinco de la tarde", apunta. "Cuando hemos aparecido a las siete de la mañana ya había gente en esta zona a pesar de que aquí llegan los Reyes Magos a las 19.00 horas", precisa.

Y es que el que no está desde primera hora corre el riesgo de quedarse sin una de las 2.500 sillas autorizadas por el Ayuntamiento a un precio de cuatro euros cada una. "Estoy desde las nueve de la mañana (al principio de la calle San Vicente) y he pillado silla de milagro. A esa hora, ya estaba toda la calle de la Paz reservada. Yo lo hago por mi nieta, que tiene dos años", afirma Nuria Valero.

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