Ordenación del territorio
Los dos proyectos de 150 millones en la cuenca del Poyo que podrían haber minimizado la barrancada
Las actuaciones para mejorar la capacidad y laminar la fuerza del agua lograron la declaración de impacto ambiental en 2011 pero caducó en 2016 y se retomó en 2020

J.M. López
Los barrancos de Poyo y Pozalet-Saleta que se desbordaron y afectaron gravemente a las comarcas de l’Horta Sud, el Camp de Turia y la Hoya de Buñol tras la dana del 29 de octubre (29-O) tienen actuaciones pendientes desde 2006 que no habrían evitado, aunque sí podrían haber minimizado, los graves efectos de la barrancada que ha cambiado para siempre la vida de miles de personas.
Como ya contó Levante-EMV, el barranco de Poyo, o de Chiva, o de Massanassa según el término que atraviesa, acumula cien riadas en dos siglos y medio, cuatro décadas de intentos baldíos para intentar domar la furia del agua y ordenar el territorio que ha ido conformando. Un problema que se ha acrecentado en las últimas décadas por el sellado o impermeabilización del suelo debido al crecimiento de las ciudades y la construcción de polígonos industriales.
Y que ha provocado que tanto el barranco de Poyo como el de Pozalet-Saleta tengas zonas sin cauce o con acusadas reducciones de capacidad que forman auténticos embudos en estas ramblas, típicas del litoral mediterráneo.
En los años 90 la Unión Europea frenó por motivos medioambientales el proyecto de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) de construir una presa en Cheste y ejecutar encauzamiento tradicional del barranco hasta l’Albufera. Su ejecución habría supuesto el aterramiento del lago, la joya medioambiental del área metropolitana de València.
Únicamente se construyó a principios de siglo el encauzamiento en su parte final desde Paiporta hasta Massanassa y Catarroja «con capacidad decreciente a partir de la Pista de Silla para favorecer la sedimentación antes del lago». Esta actuación también permitió aumentar la capacidad del barranco del Poyo desde los 400 metros cúbicos por segundo (m3/s) a los 800 m3/s.
Una capacidad insuficiente ya que durante la dana se alcanzaron caudales punta de más de 3.500 metros cúbicos por segundo (m3/s) en el cruce entre el barranco del Poyo y la Pista de Silla, según la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Un caudal que multiplica por 10 el caudal medio del Ebro en Amposta (333 m3/s) y supera el del río Nilo (2.830 m3/s).
Primer plan de riesgo
A partir de 2006, la CHJ elaboró el primer Plan de gestión del riesgo de inundación en la zona en el que colaboró Félix Francés García, catedrático de ingeniería hidráulica de la Universitat Politècnica de València y presidente de la Plataforma Tecnológica Española del Agua y especialista en riesgo de inundación y que en estos dos meses ha recordado las medidas pendientes que podrían haber minimizado, pero no evitado, el impacto de la barrancada.
Aunque en estas cuatro décadas en que se ha intentado «domar» las crecidas del Poyo y el Pozalet-Saleta las fórmulas para lograrlo han evolucionado desde los caducos encauzamientos tradicionales aplicados a todo el recorrido de los barrancos (que algunos ingenieros aún defienden) típicos de los años 90. A las fórmulas híbridas que pasan por renaturalizar ríos y barrancos, combinado con encauzamientos puntuales. Entrados ya en el siglo XXI la fórmula pasa por devolver su espacio a los barrancos en lugar de arrebatárselo. Porque, como dicen los ingenieros, el agua tiene memoria y siempre reclama sus escrituras.
En el caso de los barrancos del Poyo y el Pozalet-Saleta el primer Plan del riesgo de inundación realizados por la CHJ en 2006 «la propuesta seleccionada para estas ramblas fue la reforestación y construcción de micropresas de protección contra la erosión en la cabecera de las cuencas», explica Félix Francés, en una guía de preguntas y respuestas sobre la dana facilitada por la Universitat Politècnica de València (UPV).
Para la zona inundable «la propuesta era situar balsas de laminación en el tramo del Pozalet y zonas de sacrificio en el Poyo, conectadas por corredores verdes y puntualmente tramos de encauzamientos tradicionales por falta de espacio en algunas zonas industriales».
Este primer análisis del plan de riesgo de inundación fue el que dio pie al estudio informativo que se elaboró en 2009, con declaración de impacto ambiental (DIA) en 2011, pero que se dejó caducar entre 2016 y 2017, por lo que el estudio informativo (dividido en siete proyectos) tuvieron que reiniciar la tramitación ambiental en 2020.
La consultora Typsa llegó a redactar el «Proyecto informativo de adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a l’Albufera», que también se encargó de alguno de los siete proyectos recuperados a partir de 2020.
En estos documentos la consultora destacaba que «el principal problema de la cuenca alta del barranco del Poyo radica en el elevado índice de erosión debido a las fuertes pendientes presentes y la escasa vegetación, lo que facilita el arrastre del suelo fértil por las escorrentías generadas». Un problema agravado por «la recurrencia de los incendios forestales, difíciles de extinguir debido a la mala accesibilidad, escasa presencia de infraestructura para la extinción de los mismos y la falta de tratamientos selvícolas de la masa forestal existente».
Incendios y pérdida de cauces
Estos incendios y los fenómenos torrenciales «han provocado una denudación de la capa superficial del suelo y un arrastre del mismo, quedando incluso, en algunas zonas, la roca al descubierto». De ahí que las actuaciones propuestas incluían «repoblación forestal con especies autóctonas y protectoras del suelo» para conseguir «una mejora en la capacidad de retención del agua y minimizar las pérdidas de suelo por erosión hídrica».
En la cuenca alta también se preveía la «construcción de dos azudes (hidrotecnias) de una altura de siete metros en los dos ramales principales que conforman el barranco del Poyo», cuya función básica sería «retener sedimentos». Y una balsa de laminación, "aprovechando la disponibilidad de unas canteras abandonadas adyacentes al trazado del cauce de uno de los ramales principales del Poyo».
Ya en la cuenca media y baja del Poyo, las actuaciones previstas consistían en recuperar el cauce en la confluencia del Poyo con el Gallego ya que en este tramo se produce uno de los embudos del barranco: entre la A-3 y la A-7 el Poyo tiene una capacidad de 1.390 m3/s (equivalente a un periodo de retorno de 500 años), pero se reducía a 100-120 m3/s aguas abajo de la A7. De ahí que la actuación prevista era recuperar 2 kilómetros de cauce tanto «para el Poyo como para su afluente principal, el Gallego) con una capacidad equivalente de 755 m3/s y 269 m³/s (un periodo de retorno de 100 años) hasta «alcanzar el tramo con capacidad suficiente» (1.500 m3/s) ya ubicado en Torrent.
Otro de los embudos del barranco del Poyo se produce precisamente después de Paiporta ya que el barranco pasa de una capacidad de 1.500 m3/s a 800 m3/s. De ahí que la propuesta prevista era «desviar al nuevo cauce del Turia un caudal del entorno de los 700 m3/s». Un nuevo cauce del Poyo que tendría «una doble función al reducir el transporte de sedimentos hacia l'Albufera». Según el proyecto de Typsa, «para materializar el desvío hacia el Turia se diseña una estructura de regulación en el cauce de modo que los primeros caudales siempre se deriven hacia el Turia».
La estructura consistiría en «un azud de escollera recebada de hormigón de 3,5 m de altura». Y la vía verde tendría 2.220 metros, con sección tipo principal bi-trapecial formada por un cauce principal de 28 m de base, 4,5 m de altura y taludes 2:1, con lecho del cauce en tierras y taludes revestidos de geoceldas revegetadas». Estos proyectos, con un coste inicial de 150 millones en cifras de 2007, no podrían haber evitado la barrancada. «Pero en el corredor del Poyo, la capacidad que finalmente se define es de 1.000 m3/s, y la avenida que hemos tenido ha sido de unos 2.000 m/s. No es lo mismo tener 2.000 m/s “sueltos” en una zona de inundación. Esa es la diferencia. Se podría haber reducido el impacto a la mitad», según Félix Francés.

Zona verde inundable en el Pozalet y desvío de la Saleta
La actuación prevista para el barranco del Pozalet consiste en «encauzar las aguas hasta un nivel de 500 años de retorno para evitar afecciones a las zonas urbanas e infraestructuras, evitando la transferencia de caudales hacia el Poyo», según el proyecto de Typsa.- Y«reducir la punta de la avenida a un nivel compatible con la capacidad de evacuación a través de la zona urbana de Aldaia». Entre Loriguilla y Quart se habilitaría una vía verde de 5,9 kilómetros en el barranco del Pozalet: 2,4 km de cauce totalmente nuevo y perdido y el resto se acondicionaría el cauce existente, con una capacidad de 240 m3/s y se habilitaría una zona verde inundable o balsa de laminación de 2,8 Hm3.
Entre esta última y el barranco de la Saleta «el cauce primitivo ha sido invadido totalmente por polígonos industriales por lo que es necesario redefinirlo con un trazado diferente de 3.055 m de longitud, diez metros de base, 2,7 metros de altura y taludes 2:1 y un caudal de diseño de 75 m3/s».
Ya en Aldaia, el proyecto consistía en desviar el barranco que atraviesa el centro de Aldaia para realizar mediante una conducción cerrada a través del polígono industrial al norte de Aldaia (con capacidad de 80 m3/s) y otros 15 m3/s que se derivan por un cunetón construido por la CV33. Una vez fuera del municipio se diseñó por la Conselleria de Territorio y Vivienda en 2006 una «vía verde» que incluía «dos carriles para coches y otro carril para bicicletas y peatones» y que «no precisaba de declaración de impacto ambiental», según dijo entonces la Generalitat. En este tramo es donde surgió, precisamente, el debate sobre la afección del proyecto entre Aldaia y el nuevo cauce al haberse protegido en 2018 la huerta de Faitanar, por lo que se rehizo el diseño para adaptarlo al entorno.
- Detectan en l’Albufera varios ejemplares del dañino cangrejo chino tras la dana
- El agua del barranco del Poyo alcanzó una velocidad de 8 metros por segundo
- El embalse de Arenós. La presa del Alto Mijares
- El audio del día D: Aemet estudia acudir a la justicia por la filtración de la llamada al 112
- Bernabé sugiere que Pradas esperó a Mazón el 29-O para enviar el SMS
- Sanidad estudia integrar el SAMU en las urgencias de los hospitales
- Aemet explica 'su' 29-O: “Todo lo que pasó estuvo condicionado por no convocar el Cecopi antes”
- La Confederación del Júcar envió 18 correos a Emergencias en las horas del 'apagón informativo