El aumento de la temperatura del Mediterráneo durante 2024 intensificó la dana

Además batir el récord absoluto con 28,44 ºC el 13 de agosto, el mar ha estado la mayor parte del año en el 5 % de los valores más cálidos

Las altas temperaturas de la superficie marina son uno de los factores que alimentaron las lluvias extremas de la devastadora dana del 29-O

Miles de bañistas en la playa de la Malva-rosa de Vaència el pasado 18 de agosto, cuando la temperatura del mar rondaba los 28 ºC.

Miles de bañistas en la playa de la Malva-rosa de Vaència el pasado 18 de agosto, cuando la temperatura del mar rondaba los 28 ºC. / Manuel Bruque/ Efe

València

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en un avance de los hitos climatológicos que ha dejado 2024 destaca que la temperatura de la superficie del Mediterráneo fue anormalmente cálida durante todos los días del año. La Aemet subraya que "la superficie del Mediterráneo alcanzó una temperatura de 28,44 °C el 13 de agosto, lo que supone un récord absoluto", batiendo el máximo histórico que se había alcanzado poco más de un año antes cuando el 13 de julio de 2023 se registraron 28,19 °C.

El año más cálido

En el que ya es el año más cálido del Mediterráneo, detalla la Aemet, "su temperatura estuvo por encima del promedio 1991-2020 todos los días de 2024". Es más, añade, "la mayor parte del año se situó en el 5 % de los valores más cálidos". Estas altas temperaturas de la superficie marina son uno de los factores que alimentaron las lluvias extremas de la dana del 29 de octubre que desataron las devastadoras inundaciones que afectaron a 79 municipios de la provincia de València, causando 224 muertes y tres desaparecidos además de daños multimillonarios.

El Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo, el CEAM, dos días después de la tragedia, en el informe Análisis del estado meteorológico asociado a las inundaciones en la provincia de Valencia que publicó el 31 de octubre, ya sostenía que el "el Mediterráneo más cálido" era una de las causas —junto a una dana prolongada e intensa, la alta humedad atmosférica y el contexto del cambio climático que habían hecho que dicho "evento de inundaciones sea particularmente devastador en la Comunitat Valenciana".

Temperatura anómala del mar

Para el CEAM la "temperatura anómala del Mediterráneo" durante 2024, que provocó que la superficie del mar haya mantenido "temperaturas significativamente superiores a la media durante meses con episodios de olas de calor marinas", incrementó el otoño pasado la humedad disponible en el aire sobre la costa este de España. "Este mar cálido, que actúa como fuente de energía adicional, ha intensificado las precipitaciones en la región, desencadenando lluvias torrenciales sostenidas", se lee en el informe.

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Óscar García

La temperatura de la superficie del mar, según el CEAM, "es una de las variables que caracterizan el clima mediterráneo, siendo partícipe fundamental en fenómenos como el desarrollo de las brisas marinas en la época estival y de las precipitaciones torrenciales en otoño". La temperatura superficial del mar (TSM), añade, "es un indicador muy claro de la acumulación de energía en el mar que, a su vez, favorece los intercambios de esa energía y humedad que propician condiciones favorables para el desarrollo de precipitaciones torrenciales".

La TSM presenta un ciclo anual muy marcado, prosigue el informe del CEAM, "con su valor máximo durante el mes de agosto cuando inicia un lento descenso hacia los valores invernales que se alcanzan a partir de diciembre". Durante el periodo otoñal, entre septiembre y octubre especialmente, añade, "aún se registran valores altos de TSM, especialmente durante las últimas décadas".

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Foto: EFE | Vídeo: Europa Press / Levante-EMV

Calentamiento persistente

La temperatura de la superficie del mar media del Mediterráneo en 2024 "se ha mantenido de forma persistente por encima de los valores medios climáticos del periodo 1982-2011 a lo largo de todo el año", reitera el CEAM. Un fenómeno que se observó "de manera más intensa en los meses de verano con valores medios, entre mediados de julio y mediados de septiembre, que se han mantenido de manera persistente entre 1 y 1,5 °C por encima del promedio de verano".

Durante el mes de agosto, además del récord absoluto de temperatura media del Mediterráneo, el CEAM señala como "relevante que los valores superiores o muy cercanos a 28 °C se mantuvieron todo el mes de agosto y los primeros días de septiembre, favoreciendo la acumulación de energía en el mar Mediterráneo".

En el mes de octubre la temperatura de la superficie del mar "siguió por encima de los valores climáticos para este mes, comenzando con una temperatura media superior a 24 °C para ir bajando progresivamente hasta 22 °C a final de mes, aún cerca de un grado por encima de la media climática", detalla el CEAM. En los días previos a la devastadora dana, añade, "se observaron frente a las costas de la Comunitat Valenciana y el mar Balear valores de temperatura de la superficie del mar entre 22 y 23 °C con anomalías positivas alrededor de un grado aunque en días anteriores fueron algo más altas y extensas en esta zona, llegando hasta 1,5 °C".

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Valores muy elevados

En el área entre la Comunitat Valenciana y el mar Balear, concluía el CEAM en su análisis, "se ha registrado un comportamiento similar al del Mediterráneo en su conjunto durante el verano. Los valores medios de la temperatura de la superficie del mar en esta zona, continua, "superaron el percentil 90, valor que permite calificar la TSM como muy elevada, desde mitad de julio hasta mitad de septiembre". Estos altos valores de temperatura de la superficie del mar (TSM) según el CEAM "propiciaron el desarrollo de una ola de calor marina de un mes de duración entre finales de julio y finales de agosto que durante la mayor parte de su duración se clasificó en la categoría moderada, pero que alcanzó categoría fuerte en torno a la mitad de agosto". Durante el resto de verano se registraron otros episodios de ola de calor marina en esta área, pero siendo de menor duración.

"La persistencia de valores muy altos de temperaturas de la superficie del mar favorece los intercambios de energía y humedad desde el mar hacia la atmósfera, aumentando la humedad atmosférica disponible en niveles bajos de la atmósfera que contribuyen al desarrollo de precipitaciones torrenciales", insiste el CEAM.

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