La retirada de basura y fauna muerta en l’Albufera asciende a 60.000 kilos
Los residuos y daños dentro del límite del parque natural afectan a 40 kilómetros de costa
Detectan la llegada de la caña exótica invasora a nuevos puntos del lago

Voluntarios de colectivos conservacionistas retiran restos de la barrancada en la marjal / Eduardo Ripoll
La retirada de hasta 36 tipos de residuos en el Parc Natural de l’Albufera se cifra ya en unos 59.049 kilogramos. Entre los más voluminosos: neumáticos, parachoques, puertas, ventanas, uralitas, bombonas de butano, muebles, bobinas de madera, tuberías o depósitos de agua. Más complicada ha sido la recogida de medicamentos, cosméticos, bolitas de corcho, bastoncillos de los oídos o trozos de vidrio. La huella de la dana se ha dejado sentir también en aproximadamente unos 40 kilómetros de las playas que forman parte del espacio protegido.
Además de envases, juguetes, peluches, textiles, material de ferretería, hierros o canalizaciones de hasta medio metro, se han localizado cadáveres de animales. El grueso ha sido fauna piscícola. La participación de 1.539 voluntarios ha sido decisiva en las tareas de recuperación del humedal, además de la labor de las brigadas de conservación de espacios naturales de la Generalitat. A lo largo de hasta cincuenta y tres jornadas las actuaciones se han centrado en la marjal de Massanassa, el puerto de Catarroja y el litoral sur de la Devesa. Focalizadas, además, en las acequias de mayor caudal: Font de Rus, Rabisanxo y el barranco de Beniparrell. En la zona norte se recogieron más de 1.600 m3 de enseres y voluminosos.
Una de las principales preocupaciones de la Dirección General de Medio Natural y Animal son las consecuencias de la barrancada sobre la flora acuática protegida. De las ocho zonas inspeccionadas por los técnicos, los mayores daños se aprecian en la Llacuna del Samaruc, en Algemesí, y en el propio lago de l’Albufera. En el primer caso, la vegetación de ribera no está desarraigada aunque sí tumbada por el arrastre de vallas, puentes, pasarelas de madera o mobiliario. En muchos casos está sepultada por el fango y material vegetal. En cuanto a las especies con protección (Nymphaea alba, Kosteletzkya pentacarpas, Lonicera biflora e Hydrocotyle vulgaris) habrá que esperar a la llegada de la primavera.
Parada vegetativa
La Conselleria de Medio Ambiente incide en que se trata de una valoración preliminar por la parada vegetativa propia de la época invernal. Algo aplicable también a la fauna. El principal peligro, ahora, estriba en las invasoras arrastradas por la lengua de agua y barro hasta el lago. En ese sentido la problemática caña común (Arundo donax), originaria de Asia y África, figura entre los restos vegetales predominantes. Tanto el tallo como el rizoma por lo que cabría la posibilidad de futuros enraizamientos en algunos puntos nuevos del entorno de la laguna e incluso de alguna otra especie exótica «procedente de zonas altas del barranco del Poyo».
Como curiosidad, algunas zonas próximas no han resultado afectadas, como las inmediaciones de la Mata del Rei. Por su situación, quedó a resguardo del aluvión de la riada y de los vientos de levante de esos días. El informe del Servicio de Vida Silvestre y Red Natura 2000 subraya que se han detectado además numerosos ‘flotons’ – islas pequeñas de vegetación de ribera- que han llegado a las orillas a la deriva arrastrados por la corriente.
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