Cambio climático
La dana llega a Davos: "Mirad lo que pasó en València. El Mediterráneo es como un jacuzzi"
Al Gore, exvicepresidente de Estados Unidos, reclama tomar decisiones "antes de que ocurran las peores catástrofes"
El Premio Nobel de la Paz 2007 recuerda ante el auditorio el desastre que ha causado 224 víctimas y pérdidas millonarias

EFE
La onda expansiva de las dramáticas inundaciones del 29 de octubre han llegado esta semana al Foro Económico Mundial de Davos. Al Gore, en su defensa de acelerar las energías renovables, apeló a salvar los obstáculos negacionistas cuanto antes. “Vamos a resolverlo, estoy seguro. La cuestión es ¿vamos a lograrlo antes de que ocurran las peores catástrofes?”. En ese punto el exvicepresidente de Estado Unidos espetó: “Mirad en Valencia lo que pasó, porque el Mediterráneo se ha convertido en una bañera de agua caliente”.
“Hay esperanza, hay mucha esperanza… Las cosas tardan más de lo que crees que van a tardar y luego pasan más rápido de lo que esperabas”, incidía Al Gore. El político y ambientalista estadounidense, mano derecha de Bill Clinton en la presidencia (1993 a 2001), participaba en la mesa ‘Nuevo Trilema: Clima, Desarrollo y la Clase Media’. Le acompañaban Dani Rodrik, economista y Premio Princesa de Asturias y Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para una Transición Limpia, Justa y Competitiva.
Un territorio muy vulnerable
Lo cierto es que Al Gore volvía a colocar el foco en la vulnerabilidad de la zona mediterránea, considerada por los científicos como “un punto caliente” de los efectos del calentamiento global.Así lo confirmaba hace apenas unas semanas el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), el programa de observación de la Tierra del programa espacial europeo. El mediterráneo es, pues, un territorio abonado a los eventos extremos como venía recordar el demócrata, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007 por su activismo político junto al Grupo Intergubernamental de Expertos de la ONU.
Un antes y un después
Los científicos coinciden en que el desastre del 29-O marca un antes y un después en cuanto a la necesidad de activar, ya, medidas de adaptación concretas a escala local para los eventos extremos, como publicaba Levante-EMV en su edición del pasado lunes. La reconstrucción, además, ha de plantearse desde la resiliencia y el respeto al territorio. La dana ha supuesto «un crudo choque con la realidad de lo que son los riesgos naturales, amplificados por los efectos del calentamiento global", como incidía Ana Camarasa, catedrática de Geografía Física de la UV.

Playas junto al Parc Natural de l'Albufera, arrasadas por la dana del 29 de octubre. / JM López
Camarasa recordaba que habrá que empezar a convivier con dos de las manifestaciones más evidentes del cambio climático en nuestro entorno, "las inundaciones y las sequías». Recuperarse de episodios de la magnitud de este requiere, en su opinión, «de la participación de toda la sociedad: gobiernos y poderes públicos, entidades privadas y ciudadanos en general».
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