Educación

101 días sin aula en Catarroja: "Nos sentimos abandonados"

El alumnado de la ESO del IES Berenguer Dalmau de Catarroja es el único que no ha vuelto al aula desde la dana, y que mantiene las clases online

Educación afirma que 1º y 2º de la ESO podrán comenzar el jueves que viene en Picassent

Más de 100 días sin clases en el IES Berenguer Dalmau

Germán Caballero

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

València

Daniela y Carmen tienen 15 años y llevan 101 días sin pisar un aula. Es exactamente el tiempo que ha pasado desde que la dana arrasara el IES Berenguer Dalmau el 29 de octubre, hasta el punto que tendrá que construirse de nuevo. Educación prometió a las familias instalar barracones a inicios de enero, pero las prefabricadas no llegan y el estudiantado lleva más de tres meses en clases online que ni siguen ni aprovechan. Son los únicos que no han vuelto a las aulas en toda la provincia de València.

"Nos sentimos abandonados. No le estamos importando a nadie. Somos 700 niños que nos están dejando al lado como si no existiéramos, y al fin y al cabo somos personas y tenemos derecho a la educación. Sólo queremos estudiar y asegurarnos un futuro ". Es la sensación general condensada Carmen, estudiante de 4º de ESO. Educación ha prometido que el alumnado de 1º y 2º de ESO podrá empezar el jueves que viene en un IES de Picassent, y para 3º y 4º no hay fecha. Sin embargo, las familias no se fían de que sea así. "Siempre nos dicen que la semana que viene, y luego la que viene...", recriminan.

Daniela y Carmen, alumnas del IES Berenguer Dalmau, llevan 101 días sin pisar un aula tras la dana.

Daniela y Carmen, alumnas del IES Berenguer Dalmau, llevan 101 días sin pisar un aula tras la dana. / Germán Caballero

Los que sí que han vuelto a clase son los de FP (trasladados a Massanassa) y los de Bachillerato, que dan clase en aulas del centro de La Florida. El resto, de los 12 a los 16 años, están en casa. "Mi hija de 13 está desganada, llora y no sabe por qué. Cuando yo me voy a trabajar ella se queda sola toda la mañana delante del ordenador y no puede hablar con nadie", cuenta Fornés. Las familias entendieron las clases online como algo provisional las primeras semanas de la tragedia, pero ahora piden soluciones dignas. "Dos semanas de clases online están bien, o si te conectas un par de horas. Pero todos los días 7 u 8 horas de clases en la pantalla del ordenador es muy difícil de aguantar, además de que no hay ningún control. Muchos chicos dejan el ordenador conectado y se van a hacer otras cosas", lamenta la madre.

"Empezamos a las 8 y estamos hasta las 3 delante de la pantalla muchos días", cuenta Daniela. Añade que, en su caso, tiene madurez suficiente para hacerlo, pero que niños más pequeños no pueden. "Mi hermano tiene 11 y es incapaz de estarse sentado ¿Cómo vas a pedir a un niño recién salido del colegio que atienda 7 horas en una pantalla sin moverse? No es su responsabilidad", lamenta.

"Estamos viendo a muchos de nuestros hijos con ansiedad, sin ganas de nada, no podemos estar más así", reivindica Fornés. Roger Doménech, también padre del centro, explica que "todos hemos notado a nuestros hijos agobiados, y con preguntas que no podemos responderles. No sabemos cuándo volveremos a clase, y no hay ningún argumento para que nuestros hijos no estén aún reubicados".

Protesta del alumnado del IES por no tener clase dos meses después de la dana.

Protesta del alumnado del IES por no tener clase dos meses después de la dana. / F.Calabuig

Los estudiantes se sienten olvidados porque casos como el de Daniela, que quiere entrar en un ciclo, rezuman injusticia. "En la primera evaluación ni siquiera tuvimos calificaciones, y el temario lo llevamos muy atrasado. Yo necesito buena nota para entrar en la FP y los estudiantes de otros centros han tenido más tiempo y han podido dar clase en condiciones. A mi seguramente me vaya a bajar la nota", critica.

Centro en barracones

El IES Berenguer Dalmau quedó en condiciones catastróficas tras la dana y tendrá que ser en gran parte reconstruído. El plan de Conselleria es levantar un nuevo centro modular en otros terrenos del municipio. Algo que le llevará (estiman) 12 semanas.

Este centro ha estado en el foco mediático tras la dana debido a que las familias rechazaron varias veces las soluciones que les proporcionaba conselleria para que los niños y niñas siguieran estudiando. La primera de ellas era estudiar en un centro de Picassent en horario de tardes, algo a lo que padres y madres se negaron rotundamente. "Las primeras semanas nos insistían en que era muy importante para los niños estar con nosotros ¿Cómo íbamos a verlos si tenían que ir a Picassent por las tardes y por las mañanas teníamos que trabajar? Por eso dijimos que no. Además, como nos dijeron que volveríamos a barracones pronto decidimos que no pasaba nada por un mes de clases online", cuenta Fornés.

Carmen, estudiante de 4º de la ESO del Berenguer Dalmau de Catarroja.

Carmen, estudiante de 4º de la ESO del Berenguer Dalmau de Catarroja. / Germán Caballero

"Sólo queremos que nuestros hijos puedan jugar y estar con sus compañeros en clase. Que salgan a la calle, que charlen... Que tengan le educación de cualquier otro", reivindican los padres. "Echas de menos hasta que una compañera te pregunte por qué parte del libro vamos, ver a tus amigas, o incluso que el profesor pueda estar levantado y gesticulando. Las clases así son horribles", reivindica Daniela.

Jornadas maratonianas para el profesorado

Datxu Peris, una de las docentes del centro, explica que el profesorado está realizando jornadas interminables para dar una educación digna a los menores. "Empiezas a las 8 de la mañana online y acabas a las 20 horas con los de Bachillerato vespertino en la Florida, no podemos seguir en estas condiciones", lamenta.

Sin embargo, reivindica que los mayores damnificados son los y las estudiantes, especialmente los que tienen necesidades especiales. "Hay muchos chicos que llevamos meses sin ver porque igual en su casa no tienen ordenador con conexión, y otros que necesitan apoyo educativo y tú no puedes dárselo. Genera mucha impotencia", lamenta Peris. De estos "muchos están tirando la toalla porque ven que les han abandonado y nadie les ayuda".

Daniela, estudiante de 4º de la ESO del Berenguer Dalmau de Catarroja.

Daniela, estudiante de 4º de la ESO del Berenguer Dalmau de Catarroja. / Germán Caballero

Una donación de ordenadores al alumnado ha hecho que muchos de los vulnerables puedan asistir a clase, pero no todos. La propia Peris explica que ni siquiera los profesores tienen los medios, "a mi casa no llega la fibra, y el internet me va muy lento y se me desconecta varias veces en clase. Así es imposible enseñar nada", reivindica.

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