Día de la Mujer en la Ciencia

Mujeres a la conquista de la Medicina

Ellas son dos de cada tres médicos en activo en la sanidad valencia y, para el año 2032, se espera que haya el doble de mujeres que hombres en los colegios de la Comunitat Valenciana

Cristina La Parra, Susana Sáez, Empar Mayordomo, Leyre Benet, Ana Mª Arbaizar y Rosa González frente al mural de Ana Lluch en Benimaclet.

Cristina La Parra, Susana Sáez, Empar Mayordomo, Leyre Benet, Ana Mª Arbaizar y Rosa González frente al mural de Ana Lluch en Benimaclet. / Germán Caballero

Lluís Pérez

Lluís Pérez

València

Frente al mural de Ana Lluch, una de las médicas valencianas de referencia, en el barrio de Benimaclet; Levante-EMV reúne a seis mujeres médicas, de distintas edades y especialidades. Son Cristina La Parra, radióloga en el hospital de la Ribera; Susana Sáez, R4 de Cirugía en Sagunt; Empar Mayordomo, jefa de sección de Anatomía Patológica en La Fe; Leyre Benet, estudiante de quinto año de grado; Ana Mª Arbaizar, jefa de estudios de la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria; y Rosa González, médica de familia en el centro de salud Salvador Pau. ¿El motivo? Debatir sobre la feminización de su profesión y reflexionar sobre el avance "espectacular" del empoderamiento de las mujeres en la Medicina con motivo del Día de la Mujer en la Ciencia, que se celebra el martes. "Se ha avanzado mucho", pero hay tareas pendientes porque, como reconocen las seis, han vivido en sus ciernes el hecho de considerarlas enfermeras por su género frente a compañeros varones.

Las cifras constatan su avance porque dos de cada tres médicos en activo en la sanidad pública valenciana son mujeres, cuando cuatro décadas atrás la situación era la inversa. Actualmente, ellas son 16.983 frente a los 14.521 varones, según las cifras de los tres colegios médicos de la Comunitat Valenciana. Y las previsiones del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Valencia (ICOMV), estiman que, en el año 2032, habrá el doble de médicas que de médicos, contando los profesionales en activo y los ya retirados. En las universidades valencianas, ellas son el 80 % del alumnado. "El avance en la segunda mitad del siglo XX fue muy grande y nosotras nos hemos beneficiado de ese legado", reconoce Cristina. Ana Mª y Rosa lo constatan porque se formaron en un entorno "eminentemente masculino".

Para todas, el avance más notable está relacionado con la existencia de referentes femeninos; antes no los había o eran "tan pocos que tenían una distinción llamativa", prosigue la radióloga. Y añade: "Ahora las estudiantes pueden decir 'quiero ser como ella cuando sea mayor'". Y eso solo en los últimos 20 años. Aún así, Leyre confiesa que la mayoría de catedráticos universitarios siguen siendo hombres. En la docencia, dedicación en una edad avanzada, ellos siguen siendo más. Para ejemplo, el suyo: "He tenido hoy seis clases y solo dos eran profesoras". Y lo mismo ocurre en los tribunales de tesis, donde Empar explica que se "ha obligado a incluir mujeres porque siempre se escogían los mismos perfiles".

Rosa González, Susana Sáez, Ana Mª Arbaizar, Empar Mayordomo, Cristina La Parra y Leyre Benet.

Rosa González, Susana Sáez, Ana Mª Arbaizar, Empar Mayordomo, Cristina La Parra y Leyre Benet. / Germán Caballero

El techo de cristal persiste en los cargos de responsabilidad. De los 24 departamentos de salud de la Conselleria de Sanidad, solo ocho -un tercio del total- cuentan con una gerente mujer. Y de los cerca de 52 colegios profesionales médicos, solo una decena están presididos por mujeres. Ha habido progreso, "no muy llamativo", reconocen, pero creen que ellas lo siguen teniendo más difícil. "Cuando accedí a la subdirección médica me llamaron 'joveneta' -, relata Empar-. Y, en ese momento, tenía la misma edad que Pablo Casado y Albert Rivera que aspiraban a gobernar el país. A ellos nunca les hubieran cuestionado su cualificación por su edad". Por su parte, Rosa reconoce que antes "había que demostrar el doble para alcanzar el mismo puesto". Y, ahora, detecta "mayor vocación entre las féminas". De hecho, los estudios estiman una probabilidad mayor de supervivencia, del 8 %, si "te atiende una facultativa".

El hueso de la cirugía

La mayoría se han visto cuestionadas en su trayectoria, pero se sienten con el derecho de reivindicar su valía. Susana lo ha hecho sin miedo desde el primer momento de la residencia y ha tenido que escuchar "como viene esta, ¿no?". Lo hace porque, según Cristina, "estamos en la posición de exigir nuestro sitio" y no hacerlo "con la boca pequeña". Asumen que la actitud es fundamental y, en eso, también han cambiado, están más empoderadas.

Tanto es así que no renuncian a elegir especialidades asociadas, tradicionalmente, a los varones; sobre todo, las quirúrgicas. En Sagunt, por ejemplo, todas las residentes son mujeres. Es en estas especialidades donde la brecha es aún mayor, también en el trato, porque se trata "de servicios con una jerarquía muy vertical", cuenta Cristina. El mando es del profesional más veterano y, de momento, siguen siendo hombres; aunque eso con la alta presencia femenina en las universidades acabará produciéndose un giro radical. "El futuro es esperanzador", afirma Leyre, quien no descarta especialidades por ser mujer.

El reto de ser madres

Le preocupa, eso sí, la conciliación por la pausa obligatoria si decide ser madre. Empar la respalda instantáneamente: "La responsabilidad de la crianza recae todavía en nosotras", apunta; mientras que Rosa recuerda que, según las encuestas del ICOMV, "la mayoría de los permisos de conciliación los pedimos nosotras". Es verdad que, en este ámbito, hay diferencias entre ellas porque la situación de Cristina es de igual a igual con su pareja. Sin embargo, cree que "las mujeres nos tenemos que plantar" porque le "repugna eso de sentirnos culpables por hacer lo mismo que ellos".

La conciliación familiar se complica en las especialidades quirúrgicas "porque sabes cuando entras a operar, pero no cuando sales", explica Susana. Sin embargo, Ana Mª cuenta que, en su época, dejaba a sus hijos a las siete de la mañana con los abuelos para conducir 90 kilómetros hasta su puesto de trabajo. "Se ha avanzado mucho, pero hay bastante por hacer", añade.

Y, por inverosímil que parezca, Leyre recibió el mismo consejo en sus prácticas hace unos meses: "Quédate embarazada el día antes de tomar posesión de la plaza, me dijo una tutora".

Cambio de roles

Una de las claves llega hacia el final de la conversación, tras una hora de intenso debate, y la lanza la benjamina del grupo: "El cambio es que hemos pasado de adoptar el rol de cuidadoras a ser científicas". Por eso, las seis sienten que la feminización es imparable. Son seis mujeres a la conquista de la Medicina.

La seis mujeres médicas conversan frente al mural de Ana Lluch en el barrio de Benimaclet.

La seis mujeres médicas conversan frente al mural de Ana Lluch en el barrio de Benimaclet. / Germán Caballero

Tracking Pixel Contents