Algarrobico: el cuento que nunca acaba

Vista general del hotel ilegal de El Algarrobico. A 10 de febrero de 2025, en Carboneras, Almería (Andalucía, España).

Vista general del hotel ilegal de El Algarrobico. A 10 de febrero de 2025, en Carboneras, Almería (Andalucía, España). / Marian León - Europa Press

Gonzalo Aupí

Hace ya muchos años que el Algarrobico, uno de los mayores atentados contra la ley de costas y la naturaleza de la península ibérica, fue declarado ilegal. Al serlo, la ley obliga a su demolición, pero una serie de cuestiones judiciales, burocráticas y de diversa índole han impedido que, hasta el momento de redacción de este artículo, la mole de hormigón que ocupa la primera línea de mar en la playa que da nombre al hotel, en el término de Carboneras, Almería, haya sido demolida.

En los últimos días, los organismos ejecutivos tanto a nivel central como autonómico han vuelto a la contienda por la gestión de la demolición. Sin profundizar en los detalles, que pueden resumirse en disputas sobre competencias y lealtades —o deslealtades, según a quién se pregunte—, la consecuencia sigue siendo la misma: la dilatación de la puesta en práctica de una decisión que hace ya mucho tiempo se convirtió en imperativa.

Confiemos en que, por una vez, se antepongan al interés político y al orgullo personal los intereses del bien común, en este caso, de uno de los espacios naturales más importantes de Andalucía. Y que, lo que avergonzó al mundo hace ya veintidós años, se convierta, por fin, en un ejemplo de resiliencia y madurez medioambiental.

Tracking Pixel Contents