Investigación del IIAMA de la UPV
El agua del barranco del Poyo alcanzó una velocidad de 8 metros por segundo
El ingeniero de caminos e investigador del IIAMA de la UPV Francisco Vallés Morán diseña una herramienta que permitiría salvar vidas en otras riadas

La lámina de inundación que provocaron los barrancos de Poyo y Pozalet Saleta a las 20.10 horas, un minuto antes de que llegara el Es Alert. / Francisco Vallés Morán
De la impotencia de quedarse incomunicado por la dana nació una herramienta científica que ha sido útil en la localización de víctimas de la dana del 29 de octubre. Quedarse sin luz, ni agua y sin posibilidad de salir de su Buñol natal durante días fue el incentivo que llevó al ingeniero de caminos Francisco Vallés Morán a idear un modelo hidráulico que le ha permitido analizar la fuerza del agua de los barrancos del Poyo y del Pozalet-Saleta y el Turia después, el 29 de octubre. Una herramienta científica que, sumada a la experiencia de los efectivos de la Guardia Civil, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Consorcio Provincial de Bomberos, ha sido de utilidad para localizar víctimas mortales que dejó la dana. Tres personas aún siguen desaparecidas. Aunque no se deja de buscarlas.

Evolución del desbordamiento del barranco del Poyo en Catarroja / Fran Vallés Morán
El ingeniero de caminos Francisco Vallés Morán también es investigador en el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València. De ahí que en su trabajo cotidiano sea habitual montar modelos hidráulicos para diagnosticar proyectos y calcular medidas de protección frente a inundaciones.
Son procesos «metódicos, minuciosos, que requieren visitas al terreno», explica. Pero a él le urgía calcular la fuerza del agua para llegar a localizar supervivientes. Y tenía que hacerlo con las herramientas a su disposición. «Yo me dije: necesito algo rápido, un modelo hidráulico bidimensional yo lo haría con ese objetivo, pero tiene que ser con las herramientas que tengo a disposición con los datos que tengo y con la experiencia y el conocimiento previo, porque el objetivo no es diagnosticar nada ni proyectar obras de ingeniería, sino ayudar en la búsqueda de desaparecidos», explica a Levante-EMV.
Así que el ingeniero de caminos de Buñol echó mano de cuatro herramientas «públicas, gratuitas y a disposición de cualquiera»: la base cartográfica del Institut Cartogràfic Valencià (ICV), los datos pluviométricos de la Agencia estatal de meteorología (Aemet) y Avamet (Asociación Valenciana de Meteorología), el SAIH (Sistema automático de información hidrológica) de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y un programa de cálculo del cuerpo de ingenieros estadounidense.
A partir de aquí introdujo todos esos datos en su ordenador portátil y, tras dieciséis horas de cálculos, el primer modelo hidráulico de la dana estaba listo el 4 de noviembre, cuando las fuerzas y cuerpos de seguridad ya habían localizado 188 cuerpos de víctimas de la barrancada y la riada.
Mapa de potencia hidráulica de la corriente en l'Horta Sud el 29-O
Demostración de la capacidad de arrastre de los flujos desbordados del barranco del Poyo tras las precipitaciones
Seis días después de la dana el investigador Francisco Vallés ya tenía «un mapa de potencia de arrastre, muy visual. La idea era analizar los flujos desbordados, cuando ya se sale el agua del cauce del barranco del Poyo, para ver si tienen alguna dirección preferente y potencia hidráulica suficiente como para arrastrar lo que encuentren a su paso y seguir ese flujo con las velocidades, solapando las corrientes con el campo de velocidades del flujo y analizar donde esa energía se disipa» y se deposita todo lo que ha arrastrado la corriente.
También reflejó «la potencia hidráulica de la corriente que es una especie de energía por unidad de tiempo y utilizarla como indicador de la capacidad de arrastre de la misma. Cuanto más potencia hidráulica tenga mayor capacidad de arrastre» por lo que también elaboró un «mapa de potencia de arrastre» del agua desbordada de los cauces de los barrancos del Poyo y sus principales afluentes (Gallego y Horteta) además de los barrancos del Pozalet-Saleta, y después del río Turia. De esta manera, solapó las corrientes con el campo de velocidades de flujo y determinó dónde se disipa la energía para orientar a la Guardia Civil, la UME y los Bomberos dónde buscar. Esta sincronización con las cuerpos de emergencias ha resultado providencial para todos. «Han dispuesto de una herramienta de carácter científico-técnico -aunque construida desde casa- que les da la razón en los restos que van leyendo, los rastros que deja la avenida, que son muchos. Y para mi ha sido una satisfacción que ellos vieran sobre el terreno lo que el modelo predice».
El resultado que también ha logrado el investigador Francisco Vallés ha sido la secuencia de fotos fijas del comportamiento de los barrancos del Poyo y Pozalet-Saleta «desde las 9 de la mañana del 29 de octubre hasta las 12 horas del 30 de octubre. «La evolución del caudal con el tiempo. La punta máxima registrada fue a las 18.55 horas del 29 de octubre: 2.282 metros cúbicos por segundo, aunque luego el agua hizo desaparecer el sensor del SAIH». Días después, explica el ingeniero Francisco Vallés, «la CHJ estimó que la punta real era mayor y ascendía a 2.800 metros cúbicos por segundo en esa sección de cauce».
De ahí que su modelo hidráulico baraja varias hipótesis: «el máximo registrado y el máximo estimado» en los 166 kilómetros cuadrados de extensión del modelo con 415.000 celdas de cálculo. El agua alcanzó velocidades máximas del orden de los 8 metros por segundo (m/s) en el tramo del barranco del Poyo paralelo a la A3, aguas abajo de su cruce conésta hasta la A7, equivalente a 30 km/h. O de alrededor de los 6 m/s en el acceso a la población de Picanya.
El modelo desarrollado por el investigador de la UPV también ha permitido congelar en una imagen cómo estaba l’Horta Sud inundada cuando Emergencias decidió enviar la alerta a través del sistema Es-Alert a a las 20.11 horas del 29 de octubre. Demasiado tarde para l’Horta Sud, como se observa en la imagen.
La dirección del flujo también revela que el agua desbordada de los barrancos del Poyo y Pozalet-Saleta siguió el curso de los paleocauces, los cauces históricos que existían antes de que el urbanismo ocupara el territorio de l’Horta Sud.
En estos tres meses transcurridos desde la dana, el investigador del IIAMA ha podido confirmar sobre el terreno la fiabilidad de sus estimaciones. «El modelo recoge bien los calados que me mostró una vecina de Picanya. El perímetro en la zona de chequeo de Bonaire también se ajusta y la dinámica del proceso también se recoge en Catarroja, tal como explicó la alcaldesa en declaraciones a los medios de comunicación. Y todo eso me confirma que el modelo es más fiable de lo que pensaba a priori».
Cuando finalice la judicialización procesal, su intención es «calibrar bien los valores para calcular la capacidad de arrastre para coches y personas». «Y dejar la herramienta a punto para que, en la próxima catástrofe, que habrá, no sabemos cuándo pero volverá a pasar, que esta herramienta esté desde el minuto cero porque podría ayudar a salvar vidas».
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