Inspeccionan las campas de vehículos vacías en busca de restos muy contaminantes

El Centro Superior de Investigaciones Científicas y técnicos de la Generalitat ya han tomado muestras en Picassent

La Universitat Politècnica alertó hace unas semanas de los fluidos tóxicos como gasolina, gasoil o baterias de litio

Vehículos aún abandonados en una de las campas junto a la Torre, en València

Vehículos aún abandonados en una de las campas junto a la Torre, en València / José Manuel López

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

València

Las campas con los cerca de 130.000 vehículos destrozados por la lengua de agua y barro del 29 de octubre empiezan a vaciarse. Los traslados a desguaces autorizados como los de Benaguassil o Sagunt, pero también a otras comunidades autónomas como Castilla-La Mancha, Castilla-León, Aragón, Madrid y Galicia han sido una constante en las últimas semanas. La Generalitat estima que unos 110.000 ya han sido retirados con localidades como Sedaví, que tenían el 92,5 % del parque móvil afectado, ya limpias.

Uno de los puntos de acopio de residuos junto a la pista de Silla

Uno de los puntos de acopio de residuos junto a la pista de Silla / José Manuel López

La mayor preocupación estaba, sin embargo, en los fluidos tóxicos para el medio natural que pudieran haber escapado de los motores. Una jornada organizada con expertos de la Universitat Politècnica de València alertaba de este riesgo, reclamando una descontaminación de las zonas habilitadas por los consistorios. Desde la Conselleria de Medio Ambiente explican que ya se están evaluando las primeras campas en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Experiencia previa en Alemania

Entre los elementos peligrosos a los que se referían los investigadores: aceites, productos químicos, gasolinas, gasoils y las baterías de litio. El documento de conclusiones del encuentro organizado por la UPV también advertía de que las experiencias previas en otros países, como Alemania, revelan que «los recursos necesarios para gestionar adecuadamente los residuos van a ser superiores en coste y tiempo a los inicialmente estimados», una «carrera de fondo» que obliga a que cuanto antes se disponga de ellos mejor, pues se podrán realizar «las acciones pertinentes para rebajar la preocupación social».

Estado de la campa de coches que se generó tras la Dana en la Av Jaume I de Catarroja ya vacía

Estado de la campa de coches que se generó tras la Dana en la Av Jaume I de Catarroja ya vacía / Francisco Calabuig

Más de 800.000 toneladas de basura

Como se recordará, las inundaciones del pasado 29 de octubre han generado en apenas cuatro meses más de 800.000 toneladas de residuos mezclados con barro. La Comunitat Valenciana suele producir una media anual de 180.000 toneladas por lo que solo en unas horas se acumularon 6,25 veces más basura de lo que es habitual. Las máquinas siguen a día de hoy retirando voluminosos, coches, lodos, electrodomésticos y plásticos diseminados en los principales epicentros de aquel fatídico martes: el curso del Magro y el barranco del Poyo. Propiedades y recuerdos arramblados por el agua en minutos.

Puntos de tratamiento

La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio tuvo que crear Puntos de Acopio Local en los que acumular los restos de los municipios. También Puntos de Transferencia donde hacer un primer tratamiento – trituración, separación de metales y colchones, miles de camas-, situados en Quart-Manises, Picassent, Catarroja y Alfafar. Todo ello antes de llevarlos a vertederos de la provincia de Valencia, además de a Villena, Xixona y Caudete. «Cientos de camiones al día son los que están procediendo al traslado. Un tercio de esos residuos ya se han trasladado, aseguran desde el departamento que dirige el conseller Vicente Martínez Mus.

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