La dana arrastró hasta la presa de Forata fangos para llenar más de 90.000 camiones

La presa de Forata logró reducir de forma importante la brutal crecida del río Magro el día de la dana, tras haber causado enormes daños en Utiel y Requena. Además de los 2.000 metros cúbicos de agua por segundo que soportó el embalse en el momento más crítico -el doble de lo que podía asumir-, llegó también una auténtica avalancha de fango, cañas y piedras. Hasta dos millones de metros cúbicos de sedimentos llegaron a entrar, y que ahora se está procediendo a retirar. En cifras entendibles, son algo Más de 90.000 camiones bañera que colocados en línea recta cubrirían unos 1.500 kilómetros de distancia. El riesgo de rotura planeó durante cuatro horas críticas en las que en el Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi) se planteó la evacuación de parte de la Ribera Alta.

Explosivas precipitaciones

La infraestructura hidráulica de Forata, con capacidad para 37,5 hectómetros cúbicos, ayudó a laminar la descomunal avenida que hubiera agravado aún más los daños en los municipios situados aguas abajo. Reparar todos los desperfectos de aquellas explosivas precipitaciones pasan por retirar en las próximas semanas la obstrucción que tapona varios de los órganos de desagüe. Unos trabajos de emergencia que se alargarán aún varios meses y cuyo coste ascenderá a 6,5 millones de euros. Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar explican que los restos de la riada se situaron hasta seis metros por encima de la embocadura de la toma de riego.

Seis metros de altura de lodos

Emilio Micó, director de las obras y técnico de la confederación, señala que se habrá que reducir esos seis metros de lodos para poder despejar esa salida de agua y cumplir con las demandas de las comunidades de regantes. Atender los caudales para el riego agrícola y también los ecológicos es la máxima prioridad ahora para el organismo de cuenca dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica. Las labores de retirada de fangos implican una costosa operación que está llevando a cabo una grúa anclada en las aguas del pantano que deposita los lodos en unas pontonas. De ahí se traslada a una zona donde vertidos donde se procede a su secado.

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Desperfectos en el aliviadero

Para llegar a la toma de riego, ahora aterrada, y que vuelva a estar operativa se calcula que se van a tener que extraer alrededor de 3.000 metros cúbicos de lodo. Además, habrá que proceder a la reconstrucción del cuenco amortiguador del aliviadero, en casi la mitad de su longitud hasta unos treinta metros. Las obras de reparación incluyen también el socavamiento de la ladera de la margen izquierda, con unos tres metros de profundidad, así como la renovación de las instalaciones eléctricas, de comunicaciones y de auscultación de las galerías inferiores de la presa, inundadas el día de la dana.

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tiene previsto invertir cerca de 87 millones de euros en obras de emergencias en los cauces del río Magro, en el tramo bajo del Túria y en el barranco del Poyo, desde la cabecera hasta Picanya. Cabe recordar que el Consejo de Ministros autorizó hace un par de semanas al ente a iniciar obras y proyectos a cargo de presupuestos de ejercicios futuros. Por el momento son ya más de 120 millones destinados por la CHJ a la reconstrucción de todas las infraestructuras dañadas por las inundaciones del 29 de octubre, tanto por el norte como por el sur.