El «Mazón dimisión» vuelve a retronar en la quinta protesta multitudinaria

«No podemos aguantar ni una mentira más, es una burla, que se vaya ya», exige la hija de una de las 227 víctimas mortales

Delegación del Gobierno cifra los manifestantes en 30.000 y el ayuntamiento en 16.500

Una quinta manifestación recorre las calles de Valencia para exigir la dimisión de Mazón

J. M. López

Rafel Montaner

Rafel Montaner

València

Las calles de València volvieron a ser ayer, en el día que se cumplieron cuatro meses de la devastadora dana del 29 de octubre, un clamor contra el jefe del Consell, Carlos Mazón. Cerca de 30.000 personas participaron en la quinta manifestación que bajo el lema Mazón dimisión acoge el Cap i Casal , según la cifra oficial aportada por la Delegación del Gobierno de la Comunitat Valenciana. Sorprendentemente, el dato ofrecido por el Ayuntamiento de València, a través de la Policía Local, fue algo más de la mitad: 16.500 personas. 

La marcha varió su recorrido tradicional, que quedó circunscrito a la calle Colón al coincidir con la cabalgata del Ninot aunque esta fue pospuesta por la amenaza de lluvia. Un pronóstico meteorológico que no disuadió a la multitud en una semana en la que han arreciado las críticas contra Mazón al reconocer el miércoles que el 29 de octubre no se unió a la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) hasta las 20.28 horas, 17 minutos después de que a las 20.11 se enviara la alarma del ES Alert que llegó tarde para la mayoría de las 224 víctimas mortales y los tres desaparecidos. 

Al final sobraron los paraguas y la única lluvia fueron las lágrimas de los familiares de las víctimas que encabezaban la marcha tras la pancarta Nuestros familiares han muerto por vuestra incompetencia. Asesinos, ante los aplausos y los gritos de Mazón dimisión de la multitud que se agolpaba en las aceras de la calle Colón.

Una cercanía a las víctimas que ha logrado arrancar a Susana su «primera sonrisa» en cuatro meses. Una sonrisa de emoción de esta mujer de Catarroja, que el 29 de octubre perdió a su marido, José Ruiz Torrecilla, a las 20.06 horas «cuando intentaba salvar a una vecina». «He venido destrozada a la manifestación, pero me voy emocionada por toda la gente que nos ha apoyado; la he visto llorar y he sentido el calor humano que las víctimas no tuvieron cuando se estaban ahogando porque nadie les avisó», añadió.  

Susana explica que todos los días que ve a Mazón «en la tele mintiendo, lloro al ver que no dimite». El consuelo que le queda, dice, «es que al vernos a los familiares huye por la puerta de atrás como hizo en la Catedral de València, aunque nuestros seres queridos salieron con los pies con delante».

A su lado, Lourdes Rincón, quien perdió a su padre, Francisco Rincón, a las 19.15 horas del 29 de octubre cuando bajó con todos los vecinos a sacar el coche del garaje, llora cuando cuenta que, dos días después, fue su novio, que es militar de la UME, quien rescató el cadáver. Sus lágrimas de dolor dan paso a la rabia cuando crítica que Mazón, cuando ve a las familias «sale corriendo como si fuéramos etarras», como hace dos viernes en el Port de Catarroja «cuando pese a que únicamente éramos 8 familiares, cambio de coche para evitarnos». «Nadie se ha preocupado por nosotros, la única que ese día se paró y lloró con nosotros fue Pilar Bernabé», subraya en referencia a la delegada del Gobierno.  

Esta serie de manifestaciones en denuncia de «la inactividad, la carencia de responsabilidad y la gestión nefasta del la Generalitat ante la catástrofe» la impulsan más de 200 entidades ciudadanas y sindicales. Los 30.000 manifestantes de ayer se suman a las 130.000 personas el 9 de noviembre, casi 100.000 el 30 de noviembre, cerca de 80.000 el 29 de diciembre y 25.000 el 1 de febrero, según los datos de la delegación de Gobierno 

El comunicado final, leído en la plaza de la Porta de la Mar por representantes de la decena de comités locales de emergencia y reconstrucción que se han creado exigió «justicia, reparación y dignidad» para las 227 víctimas.

EN DIRECTO | Quinta manifestación para exigir la dimisión de Mazón / David García Sebastiá

Dolor y lágrimas

Rosa María Álvarez, la hija de Manuel Álvarez, el barber de Catarroja, que falleció ahogado en su casa a las 19.50 horas en su emocionado parlamento final recalcó que «es muy posible que si hubieran avisado en tiempo y forma mucha gente se hubiera salvado». «No fue ni la lluvia, ni el barranco, ni el río, fue la irresponsabilidad de aquellos que pudiendo salvar sus vidas no lo hicieron», proclamó antes de que un atronador Mazón dimisión le impidiera seguir. 

Rosa, al inicio de la marcha exigió al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que cese a Mazón. «No podemos aguantar ni una mentira más, es una burla constante, no podemos más, que se vaya ya», insistió. «Su dimisión será el principio de nuestra reconstrucción», apuntó Sonia Fuster, quien perdió a su padre antes de las 20.00 horas cuando la avenida le sorprendió en la Autovía de Torrent (CV-36).

Encarna Martínez Toral, la hermana José, el director del IES n.º 1 del Complejo Educativo de Cheste fallecido en la dana, fue la encargada de leer durante cinco minutos los nombres de las víctimas. Ya lleva cinco manifestaciones y asegura que lo hará «las veces que haga falta hasta que Mazón dimita». 

Rosa rechazó que «algunos partidos afirmen que las víctimas estamos manipuladas, cuando ni nos conocen, porque no se han reunido con nosotros ni en Madrid ni tampoco los que mandan aquí y su socio», dijo en alusión al PP y Vox. «Nos da asco que digan que están manipulando nuestro dolor», dijo.

Antes de la manifestación, Compromís llevó la protesta contra el president a la primera mascletà fallera al desplegar las juventudes de la coalición valencianista la pancarta de 6x6 metros con el Mazón dimisión que colgaron el jueves de las Torres de Serranos 

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