Nuevo choque entre Generalitat y Gobierno por el sensor del Poyo

"El sensor del barranco del Poyo lleva repuesto desde hace meses y está plenamente operativo"

La Generalitat califica de "chapuza" las obras para la monitorización de los cauces llevada a cabo por la Confederación del Júcar

El Gobierno responde al Consell que el sistema recuperado en la rambla del Poyo "no ofrece datos porque el caudal circulante no es relevante"

El barranco del Poyo, a la altura de Picanya este miércoles

El barranco del Poyo, a la altura de Picanya este miércoles / J.M. López

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

València

El sensor sobre el barranco del Poyo a la altura de Riba-roja “lleva repuesto desde hace meses y está plenamente operativo”. Si en este episodio de lluvias no refleja datos “es porque el caudal circulante no es relevante, como constatan los agentes sobre el terreno”. Esa ha sido la contundente respuesta del Ministerio para la Transición Ecológica a la Generalitat, que lleva desde ayer calificando de “chapuzas” las obras de emergencia de la Confederación del Júcar en toda la red del Sistema Automático de Información Hidrológica. “Hay 265 puntos de control, entre control de embalses y pluviómetros con solo cuatro aforos que no aportan datos porque están en mantenimiento”, incidía este miércoles Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente. Morán calificaba de "catálogo de mentiras de Mazón" esta nueva polémica suscitada a cuenta de los mecanismos que permiten la evolución de una rambla cuya súbita crecida provocó tanta destrucción hace cuatro meses.

Panorámica del barranco del Poyo este miércoles

Panorámica del barranco del Poyo este miércoles / CHJ

Una veintena de puntos repuestos

A la pregunta de cuantos puntos de control se han repuesto desde la dana, la CHJ responde que son una veintena. Entre los más importantes figuran los de Calles, Requena (río Magro), Rambla Castellana (Túria), Huerto Mulet (Júcar, aguas debajo de la confluencia Júcar-Magro), Rambla del Poyo, Vilamarxant (Túria), Azud de la Marquesa (desembocadura Júcar), Jérica (Río Palancia) y Cofrentes (río Cabriel). También se han recuperado otros en el tramo Alto del Turia, en el tramo Alto del Júcar y en el tramo Medio del Júcar. En algunos casos son provisionales porque para conseguir un repuesto definitivo hace falta rehacer las infraestructuras, explican desde la CHJ. Los que siguen sin ofrecer información son los situados en Bugarra, Macastre, Camporrobles y Assut Font d'en Carrós. Desde el Miteco se apunta que la confusión que ahora trata de generar el Consell con la falta de información real de los sensores es un intento de justificar por qué ahora sí han desplegado a bomberos y agentes ambientales para el control de cauces y barrancos, una competencia autonómica, en contraposición a lo que se hizo el 29-O.

"Inaceptable" e "inseguridad"

Fuentes del Consell, pese a ello, insisten en callificar de “inaceptable” la “inseguridad que genera el organismo de cuenca”, sobre el que lleva centrando el grueso de las críticas desde hace meses. “Así no se puede gestionar una emergencia, la gente necesita certezas, no excusas”, subrayaban. “Lo más grave es que ni siquiera han actualizado la web con los datos reales, alegando que el caudal es tan bajo que no merece ponerse”, remarcaba Vicente Martínez Mus, conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, para concluir: “Esto es una falta de transparencia total”. Martínez Mus instaba a la CHJ a "dar una solución de la monitorización de los cauces" y reprochaba que cuatro meses después de la dana hay un "sistema precario".

El barranco del Poyo, este miércoles a la altura de Riba-roja.

El barranco del Poyo, este miércoles a la altura de Riba-roja. / CHJ

Enormes daños

Las extraordinarias precipitaciones del 29-O en las cuencas del Alto y Bajo Túria arrasaron a su paso estaciones y marcos de control, dañando también gravemente los situados en todo el Alto, Medio y Bajo Júcar. Hasta cuarenta y cinco han sido los puntos que se han tenido que sustituir por la destrucción parcial o completa bien de los dispositivos de medida, de comunicaciones, de alimentación eléctrica o de protección. El contrato, que se redactó a mediados de noviembre del año pasado, contemplaba un presupuesto de 22,5 millones de euros, lo que da la medida de los destrozos causados por la tromba de agua, piedas y restos vegetales de aquel fatídico martes 29 de octubre.

Estado del marco de control de la rambla del Poyo en Massanassa.

Estado del marco de control de la rambla del Poyo en Massanassa. / CHJ

Desde caudalímetros a Sistemas de Alerta Temprana

Entre los elementos sustituidos figuran los caudalímetros, estaciones remotas, limnígrafos - miden la altura máxima del agua-y escalas de medida. Los trabajos previstos incluían también Además, se repararon y cambiaron piezómetros con la reposición de pasarelas y taludes, el relleno de muros o de escolleras. Además, la CHJ incidía en que la dana del 29-O había mostrado "la necesidad de incorporar con urgencia un Sistema de Alerta Temprana (SAT)". "Estos sistemas se centran en el análisis en tiempo real de los datos disponibles e incorporar previsiones futuras de lluvias", se reflejaba en la declaración de emergencia para la adjudicación de la obra.

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