Mazón acata el perfil bajo que impone Génova

El president cumple con la orden de Feijóo y reduce su exposición pública tras vivir sus horas más críticas por los giros en su relato del 29-O

El ‘president’ Carlos Mazón, al finalizar un acto en el Palau el pasado viernes tras el que no atendió a los medios.

El ‘president’ Carlos Mazón, al finalizar un acto en el Palau el pasado viernes tras el que no atendió a los medios. / R. Solsona/EP

Mateo L. Belarte

Mateo L. Belarte

València

Hasta el pasado 24 de febrero, la presión sobre Carlos Mazón por su gestión de la dana del 29 de octubre había entrado en una fase valle. La oposición seguía al ataque, la calle mantenía las movilizaciones y la investigación judicial avanzaba con paso firme, pero el jefe del Consell parecía que tomaba algo de oxígeno al centrar su discurso en las ayudas a los afectados, donde las ejecución autonómica supera la del Gobierno. Además, el comodín del “respeto al proceso judicial” le permitía evitar aportar más datos sobre su actividad en el día D. Casi cuatro meses después de la tragedia, el foco nacional parecía alejarse de la Comunitat Valenciana.

Pero todo cambió ese lunes, cuando Mazón sorprendió a propios y extraños al revelar voluntariamente su registro de llamadas de las horas críticas del 29-O durante un acto en Madrid, una información que había ocultado a la oposición en el parlamento valenciano. Ese listado ampliaba el agujero en su relato y evidenciaba que llegó al Cecopi más tarde de lo que se había dado a entender desde el Consell desde poco después de la dana.

Su intervención, sin autocrítica y presentándose casi como la víctima 228 de la dana, no tuvo el efecto deseado y causó incredulidad y malestar en la cúpula nacional del partido, que ya había dado muestra de su distancia con el president con la ausencia de Alberto Núñez Feijóo en ese desayuno informativo. En Génova no se comprendió el empeño de Mazón en seguir anclado en el 29-O en lugar de centrarse en la reconstrucción, a la que el jefe del Consell y sobre todo Feijóo han ligado su futuro.

El "hecho fáctico", punto de inflexión

La cuerda se tensó todavía más el miércoles 26 de febrero, cuando el president improvisó una atención a medios que Génova desconocía y con la que contraprogramó a su propio líder nacional, que justo en ese momento realizaba su pregunta de control a Pedro Sánchez en el Congreso. Ante una nube de medios, Mazón reveló la hora exacta de su llegada al Cecopi: las 20.28. Es decir, 17 minutos después del envío de la alerta masiva.

Pese a la evidente colisión de este relato con sus versiones anteriores, cuando dijo que llegó “pasadas las 19.00 horas”, Mazón exhibió ese retraso como un triunfo e insistió en que no hay contradicción. “Es un hecho fáctico”, defendió en lo que todo el mundo entendió como una forma de priorizar su defensa judicial sobre su crédito político. La guinda llegó con la imagen de su llegada al Cecopi en actitud desenfadada, que trascendió esa misma tarde.

Es la última vez que el jefe del Consell se ha detenido ante los medios, pero la mecha ya había prendido. “Señor Mazón, no sé si piensa dimitir”. Fue la primera pregunta que recibió al día siguiente el president a su entrada a un acto en el que volvió a ser abucheado. Llegaba directa desde Madrid, desde donde ese día aterrizaron enviados especiales ante los rumores de una intervención de Génova. Feijóo finalmente resistió la presión, pero reclamó un cambio de actitud al president, a quien pidió guardar un perfil bajo y enfocarse en la recuperación.

Carlos Mazón a su llegada al acto de este lunes.

Carlos Mazón a su llegada al acto de este lunes. / Jorge Gil/EP

Y así ha hecho Mazón, que viró de estrategia ya al día siguiente, cuando no aceptó preguntas tras un acto al que se había convocado a los medios y se limitó a mostrarse "centrado en la reconstrucción". No tuvo agenda durante el fin de semana y el lunes su equipo le diseñó un evento amable (no pudo evitar algún grito aislado de "dimisión") en el que tampoco atendió a periodistas. Ese mismo día declinó clausurar un importante evento de la patronal CEV en Catarroja, zona cero de la dana. Otro síntoma de las tensas relaciones del president con el mundo empresarial, explicitadas también este miércoles por Adolfo Utor (Baleària).

Las lluvias de esta semana han permitido a Mazón justificar ese perfil bajo y alejado de los focos. Sin agenda oficial, se ha centrado en asistir a las reuniones de coordinación ante el temporal y se ha desplazado en primera persona varios puntos críticos, siempre sin convocar a los medios.

El 'president' calla, pero 'habla' el Palau

El alejamiento de los focos ha permitido a Mazón esquivar otras cuestiones incómodas que han ido surgiendo al calor de la instrucción judicial, como las cerca de 16.000 llamadas gestionadas por el 112 antes de que el president llegara a l'Eliana. También le han ahorrado valorar el escaso apoyo recibido por compañeros de partido como Juanma Moreno, Cuca Gamarra o el propio Feijóo, que este lunes dijo que el Consell de Mazón "no estuvo a la altura" el 29-O.

Pero el silencio del president a nivel oficial no significa que su Consell haya capitulado en la batalla del relato. De hecho, desde Presidencia de la Generalitat continúan difundiendo su versión por cauces extraoficiales ante cualquier hecho noticioso, ya sean las llamadas al 112, la medición de caudales de la CHJ o los recesos en el Cecopi.

No es la primera vez desde la fatídica dana que Mazón opta por el repliegue tras días en el ojo del huracán. Ya sucedió en noviembre, cuando estuvo apartado de la primera línea durante casi dos semanas después de que la Generalitat admitiera tras días de incógnitas que esa tarde estuvo comiendo en El Ventorro con una periodista, una losa que todavía pesa en la espalda del 'president'.

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