Las ‘dobles’ víctimas de la dana

El Ministerio de Igualdad registra un «repunte» los casos de violencia de género en los municipios afectados por la dana y las asociaciones instan a crear un protocolo específico ante catástrofes naturales

Casi la mitad (3.123) de las mujeres que forman parte del sistema Viogén en la provincia de València (7.551) viven en los municipios afectados por la dana.

Casi la mitad (3.123) de las mujeres que forman parte del sistema Viogén en la provincia de València (7.551) viven en los municipios afectados por la dana. / J. M. López

Jaume Vidagañ

Jaume Vidagañ

València

El pasado 29 de octubre, València vivió uno de los episodios más negros de su historia. La dana que azotó la provincia se cobró la vida de 224 personas y cambió, de forma repentina, la de otras cientos de miles que viven en las zonas afectadas.

En este punto, hay un colectivo que ha sido doblemente golpeado por la tragedia y que, sin embargo, ha quedado invisibilizado durante estos cuatro meses como consecuencia de la gestión de la catástrofe y su posterior reconstrucción: el de las mujeres víctimas de violencia de género.

«La gestión ha sido un desastre. Entiendo que tras una catástrofe natural se tiene que atender a toda la población, pero hay colectivos muy vulnerables como el de las víctimas de violencia de género y de explotación sexual. Estas mujeres han sido totalmente abandonadas», explica Chelo Álvarez, presidenta de la asociación feminista Alanna.

Estas mujeres recibieron el impacto propio de la dana, pero, además, las consecuencias derivadas de la riada —ausencia de cuestiones e infraestructuras básicas como la vivienda, el alumbrado público o la conexión a Internet— acrecentaron su vulnerabilidad frente a sus agresores. De hecho, algunas de ellas se vieron en la necesidad de tener que volver a convivir con su maltratador ante la falta de medios para subsistir o, incluso, de una vivienda. «Volver a vivir con su agresor supone una ruptura cognitiva bestial y la sensación de sentirse abandonadas, señaladas y culpables de haber vuelto con él», señala Chelo Álvarez.

Casi la mitad de las mujeres que forman parte del sistema Viogén en la provincia de València viven en los municipios afectados por la dana, según datos del Gobierno de España. En total, 3.123 de las 7.551 mujeres adheridas a este programa destinado al seguimiento y protección de las mujeres víctimas de violencia de género.

Brigadas de mujeres

Los desastres naturales derivados de fenómenos climáticos extremos incrementan los casos de violencia de género. Así pues, el Ministerio de Igualdad registró «un repunte» de las situaciones de violencia machista en los municipios afectados por la riada, según explicó la ministra Ana Redondo durante su visita a València, a finales de enero.

Esto se debe al debilitamiento de los sistemas de protección hacia las víctimas de violencia de género como consecuencia de la emergencia, lo que dejó a muchas mujeres de estos municipios en una situación de desamparo. «Siempre hay repuntes de la violencia contra las mujeres en casos de catástrofes naturales, porque estos energúmenos se ponen más nerviosos de lo habitual al no tener el control de la situación y tienen brotes de mucha violencia», lamenta Chelo Álvarez.

En este punto, durante los días posteriores a la catástrofe, desde Alanna organizaron cuatro equipos de intervención psicosocial, entre psicólogas, interventoras sociales y voluntarias, para buscar víctimas de violencia de género en las zonas afectadas por la dana. «El jueves ya estábamos buscándolas. El subdelegado del Gobierno nos facilitó la entrada a los municipios desde el principio y en servicios sociales nos pasaron listados. Íbamos cada día a un pueblo a buscarlas, en sus domicilios o preguntando por el vecindario, hasta que las encontramos a todas», detalla Chelo Álvarez.

Uno de los grupos de voluntarias impulsado por la Asociación Alanna. /

Uno de los grupos de voluntarias impulsado por la Asociación Alanna. / / Alanna

En total, 503 mujeres localizadas. «Tratamos de tranquilizarlas, porque estaban muy angustiadas y con mucho miedo. No sabían qué iba a pasar, cómo salir a la calle o dónde tenían las órdenes de alejamiento. Las primeras horas fueron horribles», añade la presidenta de Alanna.

Actualmente, la asociación feminista sigue ofreciendo atención a las víctimas de violencia de género en los municipios afectados. «Estamos en cinco municipios y las pedanías de València atendiendo a las víctimas, en coordinación con los servicios sociales, ofreciendo atención psicoterapéutica especializada», subraya.

Con todo, Chelo Álvarez alerta de la necesidad de crear un protocolo específico para la prevención de la violencia machista frente a catástrofes naturales. «En España todavía no lo tenemos y ya debería estar hecho, porque en los últimos años hemos sufrido una pandemia, un volcán en La Palma y, ahora, la dana en València. Hay que anticiparse a las desgracias y, para ello, hace falta un protocolo que se extienda a todas las fuerzas de seguridad del Estado, protección civil, sanidad, colegios...».

Planes de ayuda

Una vez superada la primera fase de gestión de la tragedia, en la que los esfuerzos de centraron en encontrar a todas las personas desaparecidas, recuperar comunicaciones y garantizar el abastecimiento de enseres y servicios mínimos a la población, las diferentes administraciones pusieron en marcha paquetes de medidas para ayudar a estas mujeres cuya situación de vulnerabilidad empeoró tras la riada.

Así pues, el Ministerio de Igualdad reforzó el Servicio 016 estatal de atención a la violencia contra las mujeres y agregó cuatro psicólogas con formación en violencia machista y preparación en atención de emergencias. 

Asimismo, se realizó un seguimiento especial e individualizado de todas aquellas mujeres usuarias en los servicios de Atenpro (875) y Cometa (137) en los municipios afectados por la riada.

Por otro lado, se ha puesto en marcha también un paquete de medidas estatales destinadas a «eliminar los obstáculos que puedan dificultar o imposibilitar la detección de la violencia y el acceso de las víctimas a los medios habituales de asistencia integral, comunicación y denuncia de situaciones de violencia», así como a garantizar su derecho a la asistencia social integral.

En este sentido, la presidenta de Alanna reconoce que las ayudas se están gestionando «muy rápido» para que «ninguna víctima esté abandonada» y explica que, en estos momentos, las víctimas de violencia de género que viven en estos municipios necesitan «atención social para ellas y los niños y niñas, así como una gestión acelerada de las ayudas y la gestión de la vivienda». Al respecto de esto último, detalla que, dede la asociación, «hemos gestionado con otras oenegés el reparto de muebles, camas y cocinas para recuperar sus viviendas».

Por último, el Consejo de Ministros aprobó en noviembre un paquete de ayudas de 500.000 euros destinadas a proteger a las víctimas de violencia contra las mujeres en los municipios afectados. Las subvenciones contemplan facilitar el desplazamiento seguro de estas mujeres, cubrir el coste de un alojamiento temporal seguro, la contratación de equipos de personal especializado —orientación psicológica, jurídica o social— para asegurar la prestación de los servicios de prevención y asistencia social integral.

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