Primavera: ¿la mejor época para hacer ejercicio?

Un ramo de flores.

Un ramo de flores. / Pexels

Natacha Payá

La primavera, con su clima ideal, invita a practicar deporte al aire libre. Sin embargo, muchos deportistas y personas con bastante actividad física diarias experimentan una notable disminución en su rendimiento durante esta estación. ¿A qué se debe este fenómeno?

Es un saber generalizado que el tiempo afecta a nuestro estado de ánimo y a las ganas de practicar ejercicio. Las temperaturas extremas del verano y el invierno pueden provocar fatiga y desmotivación, mientras que la primavera y el otoño, con su clima moderado, favorecen la actividad física y mental.

En principio, con la primavera se supone que estamos en la mejor época del año. Los días duran más, en unas semanas las temperaturas comenzarán a ser más cálidas y los días muy fríos serán muy pocos. Sin embargo, no todo es perfecto. También tiene aspectos negativos.

El aumento de las horas de luz en primavera altera nuestros ritmos circadianos, retrasando la producción de melatonina y dificultando el sueño. Esta falta de descanso, sumada a los cambios en la dieta, como la incorporación de alimentos más ligeros y bebidas frías, puede afectar negativamente el rendimiento físico, especialmente durante las primeras semanas de adaptación.

Ahora bien, el polen es sin duda el aspecto negativo más importante para las personas con alergias. En España ya son más de 8 millones de personas las alérgicas a los pólenes. Esta patología afecta principalmente a los ojos, los pulmones y la nariz, teniendo sensación de molestia muchas horas al día. Básicamente, limita mucho la resistencia de la persona alérgica a la hora de practicar deporte.

El paso a esta estación también cuenta con una pequeña molestia, la astenia primaveral. Este desajuste se debe a la adaptación del organismo a los nuevos patrones de luz y temperatura, y puede generar síntomas como somnolencia, insomnio, falta de apetito, irritabilidad y cefaleas. Es importante prestar atención a estos síntomas, ya que podrían intensificarse con la llegada de la astenia estival.

Adaptarse al ritmo de la luz natural es fundamental para mantener el equilibrio en nuestro día a día y de cara a hacer ejercicio. La alteración de los horarios puede generar apatía y desmotivación. Por ello, conservar una rutina estable se convierte en una estrategia clave para combatir la astenia primaveral y disfrutar plenamente de esta estación, evitando que se convierta en un período cuesta arriba incluso fuera de nuestro rendimiento deportivo.

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